Parece ser que el pasado 27 de enero alguien entró donde la banda guardaba sus cosas, abrió uno de los baúles por la fuerza y se llevó dos guitarras y dos bajos propiedad de Michael Been, técnico de sonido y padre de Robert, el bajista y también vocalista del grupo. En este momento algún desalmado estará disfrutando de sus nuevas adquisiciones, o las estará malvendiendo, o algo.

Rebeldes, pero apesumbrados por la pérdida… ¿Y ahora cómo tocan?

El grupo ha publicado una nota en su página oficial, con la esperanza de recuperar al menos parte del equipo que les han robado: una guitarra Fender 1954 Esquire amarilla, una Gretsch Country Gentleman 1968 Single Cutaway, un bajo Ampeg 1968 Scroll Top Fretless Bass y un Black Fender 1964 Precision Bass. Como veis, un kit bastante vintage y que debe de valer un buen montón de dinero.

Desde la redacción esperamos que la banda pueda recuperar sus cosas en buen estado y que al ladrón se le caigan las manos de la vergüenza. El 8 de marzo publicarán su esperado nuevo disco, Beat The Devil’s Tattoo, del que ya podemos disfrutar su primer single, que lleva el mismo título.

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