Blanck Mass – S/T (2011): ambientes cósmicos y eléctricos

A través de un tweet de Stuart Braithwaite me enteré de que Rock Action publicaba el pasado día 20 un nuevo disco bajo su sello. Entusiasmado con la idea de que todos los trabajos de esta discográfica fuesen como los de Mogwai, me puse a buscar la forma de darle una escucha. No fue muy difícil, el mismo día de lanzamiento ya estaba disponible en Spotify. No sabía qué me iba a encontrar con este Blanck Mass, y tras los primeros temas me quedé más sorprendido que otra cosa.

Ya en la portada podemos notar la sensación de estar completamente sumergidos.

Blanck Mass es Benjamin John Power, componente del dúo electrónico Fuck Buttons. Sí, es una banda de un solo señor y él mismo ha compuesto, grabado y autoproducido sus canciones en su casa en Londres entre el verano y el invierno de 2010. Me atrevo a clasificarlo en un género que quizás ya exista, el post-ambient. Con la cantidad de música y artistas que hay hoy día, no me sorprendería que ya existiese e incluso que haya algo más enrevesado aún, como podría ser post-ambient-drone-experimental.

Casi como un Vangelis de esta década, bien se podría elegir, por ejemplo, Sundowner como apertura de Cosmos. Benjamin es conocedor y fan de la obra de Sagan, y seguro que entre sus influencias se encuentra el trabajo del griego para la serie astronómica. Podríamos definirlo también como música cósmica, pero salvando las distancias con aquel Albedo 0.39 o Heaven & Hell, dada la práctica nulidad de melodías en este disco. Elementos ambientales, sensación de profundidad oceánica, acordes alargados. Chernobyl, por ejemplo, son cuatro minutos de buceo intensivo en un mar de radiación.

Blanck Mass – Chernobyl

Otras comienzan siendo la sencillez de un arpegio repetido para acabar convirtiéndose en caóticas composiciones abarrocadamente continuadas. Raw Deal llega así hasta los casi 10 minutos, en la que suenan hasta los grillos del jardín de mi casa para acabar casi con la misma simpleza con la que se inició. Benjamin pretende y consigue transportarnos a distintos parajes de la naturaleza. En Icke’s Struggle te verás en una charca en medio de la jungla, rodeado de ranas y nenúfares. What you know, la más larga con 13 minutos y medio, quizás sea la más melodiosa y menos experimental que todas las demás, haciéndose asequible al oído medio.

Si eres amante de este género, es posible que puedas llegar a escucharlo prestándole atención exclusiva. Si no es el caso, lo mejor es que lo pongas mientras haces alguna tarea que no requiera excesiva concentración, para poder dejar una oreja en los paisajes electrónicos que dibuja este Blanck Mass.

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