Opeth – Heritage: el paso definitivo hacia lo progresivo

Muy poco recuerda este Heritage a aquellas masterpieces que fueron Morningrise, My Arms, Your Hearse o Blackwater Park. Todas suenan a agua pasada, a un Opeth del que solo quedan el alma del grupo, Michael Åkerfeldt, y su bajista desde 1999, Martin Mendez. Hace tiempo que los suecos le dan al palo de la experimentación y en este décimo disco han dejado a un lado las voces guturales amparándose en el hard rock y rock progresivo de los setenta/ochenta, cosa que no es novedad en absoluto para ellos. Desde aquel Still Life con los primeros acordes de Never Let Go de Camel, han ido sucediéndose los trabajos con distintas influencias, pasando por Deep Purple o incluso Jethro Tull, del que han incluido alguna pincelada en este trabajo y que veremos más adelante.

Opeth - Heritage

Portada de Heritage, a cargo del artista Travis Smith.

Toda la creación musical ha corrido a cargo de Åkerfeldt (excepto el bonus track Pyre, en colaboración con Fredik Åkresson), tomando la inspiradora y valiente decisión de grabar sin incluir arreglos ni edición a posteriori. El estudio elegido fue el mítico Atlantis (formalmente Metronome), en Estocolmo, donde ABBA forjó sus grandes éxitos. Allí dispusieron, por ejemplo, de una propia sala para los efectos de eco, amén de otros elementos vintage como viejos Hammonds o pianos Wurlitzer. Así suena Opeth, sin añadiduras. En la producción esta vez no ha tomado parte su amigo Steven Wilson, que en breves publicará Grace For Drowning, su último disco en solitario desde Insurgentes. Ambos han hecho saber hoy mismo que Storm Corrosion será el nombre de su proyecto y disco conjunto, el cual pondrá punto y final a una especie de trilogía formada por éste, Heritage y el mencionado Grace For Drowning.

Opeth – The Devil’s Orchard

Letras intrincadas, oscuras y demoníacas, de soledad, desesperación y esperanza. Los riffs del primer single, The Devil’s Orchard, mantienen el sonido tan mágico de las Paul Reed Smith que tanto tiempo llevan usando los suecos. Tenemos un abandono completo hacia las voces limpias, los cambios de ritmo y los teclados. Esta mezcla resulta en una inevitable comparación con Damnation, por ejemplo, en los primeros minutos de I Feel The Dark o Nepenthe. Por eso mismo a veces da la sensación de haber escuchado esto antes, pero no por ello deja de sonar tan bien. Tampoco se olvidan de la vertiginosidad y rapidez. Slither, The Lines In My Hand o Folklore (con un cierto aire en la melodía a Forest of October) son una gran muestra de que Opeth son todavía capaces de provocar un buen headbanging. Un riff eléctrico y el magnífico y fresco aire de la flauta a lo Jethro Tull en Famine te despiertan de un pequeño letargo y te devuelve al disco de golpe, cuando Häxprocess te había sumergido previamente en un estado un tanto soporífero.

Opeth – Nepenthe

Opeth manejan una y otra vez esos cambios de ritmo como auténticos expertos. Dan un pequeño bandazo, descolocándote, y después te mecen con la mejor de las posibles nanas acústicas. La voz de Michael Åkerfeldt es tan soberbiamente capaz tanto de lo suave como de lo rasposo, y es sin dudarlo uno de los grandes elementos característicos del grupo. Desde Damnation no se habían atrevido a dejar un disco sin incluir voces death propiamente dichas. Pero no siempre tenemos el estandarte de voz de Åkerfeldt; la homónima e inicial Heritage o la última Marrow Of The Earth son composiciones instrumentales simples y gráciles a la escucha pero difíciles a la composición.

Pyre funciona bien como bonus track: no añade mucho más que grandes guitarras solistas sobre una melodía que se podría decir que fue rescatada de alguna grabación de Damnation. Face In The Snow, el segundo bonus, es una bonita balada que tampoco llega a aportar mucho al total. De este género recordaremos que lo mejor que ha hecho Opeth hasta el momento es To Bid You Farewell.

Sí, Opeth dejan a un lado su cara más dura para mostrar la más progresiva. Asimismo hay que destacar que es un trabajo extremadamente cuidado en el que no se pierde ni pizca de contundencia ni creatividad. No todo es bonito, por supuesto: por momentos la sensación es la de haber escuchado ya antes este disco. Reminiscencias de otros discos pasados, distintos en el conjunto, pero similares en los detalles. Los que tengan la suerte de comprobarlo el 18, 19 o 22 de noviembre en Bilbao, Madrid o Barcelona respectivamente nos podrán contar cómo se desenvuelve en directo y las sensaciones que deja este Heritage.

01 – Heritage
02 – The Devil’s Orchard
03 – I Feel The Dark
04 – Slither
05 – Nepenthe
06 – Häxprocess
07 – Famine
08 – The Lines In My Hand
09 – Folklore
10 – Marrow Of The Earth
11 – Pyre (Bonus Track)
12 – Face In The Snow (Bonus Track)

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4 comentarios en “Opeth – Heritage: el paso definitivo hacia lo progresivo

  1. Enhorabuena por la review. Siempre fui fan de Opeth, desde hace muchos años, pero creo que este disco se han pasado de la raya. Cuando buscas un sonido setentero, buscas un sonido que recuerde al de entonces, no un que suene exactamente igual. Porque hace cuarenta años sonaban así porque no les quedaba otra, pero ahora…. En definitiva, creo que el ego del Sr. Mikael está tan inflado que cree que nos vamos a tragar cualquier mierda que publiquen.

    1. Lo primero: gracias.

      Yo también llevo escuchando Opeth bastante tiempo. Este disco no es para nada malo, las formas de grabación le dan un toque interesante. Mantiene el sonido Opeth, pero de otra manera. Gana muchísimos oyentes no interesados en el death. ¡Incluso tiene folk! Entiendo lo del ego del Sr. Mikael, pero si yo fuera un máquina como él también lo tendría por las nubes. A estas alturas casi cualquier cosa le saldría bien.

  2. Si, sé que se basaron mucho en jazz-folk (en Jan Johansson y su famoso «Jazz på svenska» principalmente) y en canciones como Heritage, realmente se nota. Lo que pasa es que de un grupo de su altura te esperas algo «más», abusan demasiado de algunos recursos (como los colchones de melotrón, tan característicos de otras décadas). E incluso, me atrevería a decir que algunas partes suenan muy atonales(mal, que cojones). Llegando algunas partes a aburrir, como en «Marrow in the Earth», que me parece uno de los mejores temas del disco, también creo que abusan demasiado del riff base, haciéndolo repetitivo. No sé, por lo que fueron se merecen una segunda audición. Gracias por responder.
    PD: Acabo de escuchar los bonus-track y esos sí que me parecen lo mejor del disco.
    Saludos y a seguir creciendo, TanakaMusic.

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