Crónica: Marco Z + David Bazan @ Café&Pop Torgal (Ourense, 27/02/2013)

Hay momentos en los que poco más esperas que la satisfacción de ver a uno de tus artistas favoritos en directo. Y es entonces cuando sin esperarlo pasan las cosas más extraordinarias. El pasado miércoles 27 de febrero, una fecha que llevaba esperando desde diciembre del año pasado, tuve la gran oportunidad de disfrutar del gran David Bazan y su acústica, pero sobre todo, de escuchar en directo algunas de las canciones de Pedro The Lion. Y cómo no, dos días después, sigo teniendo ganas de pellizcarme por haber podido estar por fin en una de las salas desconocidas y de la que tanto había oído hablar, el Café&Pop Torgal.

En esta ocasión y como en los viejos tiempos, fui acompañada por un antiguo compañero, Jimmy Jazz, que tuvo el placer de charlar con David Bazan después de su prueba de sonido y cuya entrevista enlazaré aquí cuando se publique. Algo nerviosos y con tiempo de sobra entramos rápidamente pese a la cantidad de gente que había en la puerta haciendo tiempo y el set que nos encontramos en el escenario de la acogedora sala despertó nuestra curiosidad e hizo preguntarnos cómo sería el concierto, cómo sonarían las canciones de ambos, qué tocaría David, etecé. Las respuestas a estas pequeñas preguntas las podréis leer a continuación, pero no sin antes darle las gracias también a Federico Álvarez por haberme pasado las fotos que veréis según vayáis leyendo la crónica.

Marco Z

A eso de las nueve y media de la noche, subía Marco Z al escenario. Y a partir de ahí ya nada volvería a ser igual. La catarsis fue inmediata y los nervios pasaron a un segundo plano gracias a una sensación de buen humor que nos duró, tanto todo el concierto del telonero belga, como del posterior artista. ¡Ay! Bendita locura esto de los directos «familiares», arropando a los músicos en petit comité, en los que casi puedes escuchar su respiración… Continuemos.

Apoyado por su guitarra, con especial atención a su voz y un curioso parecido al gran Ken Stringfellow, hizo por momentos de cuentacuentos con un castellano cuasiperfecto explicándonos de qué trataba cada canción, hablándonos de lo que le gustaba la ciudad, la cena en «Samuel’s» (una muestra, el pie de foto)… Y todo ello frente a un público callado y atento. 21st Century Punkrocker, Delivery Failed y This Smile fueron las primeras en aparecer. El sonido, por supuesto, perfecto. Apenas era necesario un poco de amplificación. Canciones de temática tan actuales como por ejemplo, sobre el tiempo que perdemos en Facebook, Marketing Song, sobre la depresión, Bringing Back The Love, acompañada de unas country Pills, Pills, Pills para ayudarnos a salir de ella de la forma más alegre: I’m A Bird. Una de las canciones más aplaudidas gracias a su ritmo pegadizo. Poco más de media hora duró su directo, más que suficiente para que fuera capaz de contagiarnos su deliciosa manera de disfrutar de la vida, aceptando sus miserias y sus grandezas, sus depresiones y las ganas de salir de ellas. Qué actitud, qué sentido del humor, y sobre todo, qué envidia tener esa capacidad para escribir esos estribillos tan contagiosos sobre temas tan complicados.

David Bazan (2)

Y llegó el momento. Sobre las diez y poco de la noche, el tímido músico de Seattle, David Bazan, aparecía sobre el escenario, y acústica en mano, empezó con: Wolves At The Door. Canción que abre también su último trabajo en solitario, Strange Negotiations, que sonó extremadamente pulcra y diferente. Él, como uno más, tan cercano y solitario a la vez, prefería esconderse cerrando los ojos a lo largo de todo su directo y quizá ese pequeño detalle de verlo cantando emocionado hizo que las canciones fueran aún más suyas aunque quisiera dejar cierta época atrás. Continuó con la amarga Shit Talker para más tarde atacar con Cold Beer and Cigarettes. Primera joya de las muchas que le permitieron llegar a un público feliz rodeando el pequeño escenario. «Right on, right on, right on…». Así sería la tónica del resto del directo. Es muy difícil hablar de momentos clave, porque fueron muchos, pero sin duda y tras uno de los múltiples «Thank you very much», Transcontinental, pareció bajar las pocas revoluciones. Y creedme que fue necesario para afrontar (de las más esperadas) la magnífica Options, del álbum Control, de Pedro the Lion, que casualmente volvía a tocar coincidiendo el pasado año con su décimo aniversario. Y curioso también que se pasara a celebrar los 10 años del Torgal.

No os imagináis lo difícil que es ofrecer una visión objetiva de alguien a quien se admira. Un músico que ha sido una de las piezas clave gracias a esas canciones tan profundamente personales y volviendo a tocarlas años después demuestra que sigue teniendo intacta su sensibilidad como artista, que difícilmente puede decepcionar. Volviendo al concierto, continuó con dos de esas canciones «rescatadas»: Foregone Conclussions y Slow and Steady Wins The Race que ganaron en intensidad con respecto al disco gracias a su envolvente y susurrante voz, desprendiendo perfectamente todo ese sentimentalismo que imprime en sus creaciones. Hard To Be, de su primer disco en solitario, Curse Your Branches, se llevó los aplausos y elogios más sonoros de la velada. Pelos de punta y lágrimas de emoción durante los aullidos tragados de Bazan.

David Bazan

Aunque venía a presentar canciones de su época como Pedro The Lion, también se dejaron escuchar esos desgarradores himnos de melancolía como la anteriormente mencionada y Lost My Shape, que tocaría después de otra que no podía faltar, Big Trucks. Entre canción y canción, nos preguntaba si teníamos alguna pregunta, y tras las gracias de rigor, y en esta ocasión también a la sala, además de otra pequeña mención a la comida de Ourense, tal y como había hecho Marco Z, continuó con otra de las fijas en su setlist, Penetration. Canción que empieza increíblemente fuerte en el disco y hace dos noches sonó especialmente suave con un final lento similar al comienzo. Y creo recordar que fue en este tema en el que se quedó unos segundos en silencio, y el clímax llegó cuando apartó el micro y tras unos golpes en la guitarra, comenzó con I Never Wanted You, de su época con el grupo Headphones. Un grandísimo reencuentro con sus canciones más clásicas, mucho más lentas y reconocibles. Y en ésta se lució de sobremanera en uno de los «I never wanted you…»

Y para acabar de completar la faena y con un público totalmente volcado, el broche de oro se lo llevaría la versión del Hallelujah del maestro Cohen, que llegó a todos los rincones del local. Y tras varios minutos de aplausos, sabíamos que todavía quedaban buenas canciones para completar su directo: When They Really Get to Know You They Will Run y muy especialmente Strange Negotiations, otra de las que no falta en su setlist. De verdad, una suerte presenciar este evento. Fue un concierto con momentos muy bonitos, otros muy delicados y otros con un despliegue sentimental que nunca había visto y personalmente me ha gustado mucho más así, desnudo con su guitarra. Y si vuelve allí estaremos, seguro.

DB

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