Archivo de la categoría: Crónicas

Crónicas de los eventos a los que hemos asistido contados desde nuestro punto de vista particular. Puede que no os guste, ya avisamos, pero también puede que sí.

Crónica: FIV de Vilalba (11/04/2014, Vilalba, Lugo)

El FIV, el festival que lleva años celebrándose en la Plaza de la Constitución, en pleno centro de Vilalba, en Lugo, cuenta sus ediciones por grandes éxitos y un cartel solvente en cuanto a panorama indie español se refiere. Ayer mismo arrancaba con una jornada inaugural en la que por encima de todo, hasta del fresquete que hacía, brillaba la incógnita de volver a ver en directo a Amaral; y para servidora, de ver a los ingleses Eagulls. Quizá la afluencia de público no fue la esperada, pero a continuación os contaré lo que dio de sí el primer día, acompañado de las fotografías de Cris Andina. ¡Gracias!

Eagulls, uno de esos nombres que lleva despegando desde el año pasado y que poco a poco está en boca de todos, fueron los primeros en abrir el festival presentando ante muy poca gente su sobriedad sobre el escenario mientras poco a poco iban desgranando su álbum homónimo con esa frialdad que requiere la pose de su estilo. Hollow Visions, Footsteeps, ese bajo interminable, sonando por momentos a The Smiths. Tocaron con garra ante un público al que se ganaron a pulso a pesar de la temprana hora. No disgustaron, pero a su propuesta solamente le falta una cosa: un poco más de feeling entre ellos. Mark Goldsworthy, el cantante, con capucha y gafas de sol se dirigió en varias ocasiones al público y el cierre con su single Possessed fue emocionante, no sólo por la apabullante potencia del tema, sino por la serenidad de los músicos sobre el escenario. Quizá el cansancio de haber tocado días anteriores en Barcelona y Madrid.

Eagulls

Eagulls

Un ratejo después, con una carpa a medio llenar, excepto el agolpamiento de las primeras filas, aparecieron los chicos de The Right Ons en el escenario. Los cinco músicos saltaron para presentar su Volcán y poco puedo decir que no haya dicho ya de su directo, ¿no? Sólo una cosa, sí: es un grupo que gana más en sala, no en un festival. Sin embargo, anoche salieron con fuerza y su show fue en ascenso a medida que avanzaba el tiempo. Brillaron nada más comenzar con Purple Neon Nights, Rojo Intenso, Adiós, Pequeño Volcán y sobre todo en Quiere bailar; y aunque se ciñeron bastante a su último álbum en castellano, sonaron frenéticos también en On The Radio y Thanks. La habilidad con la que pusieron al público del revés, transmitiendo optimismo ya no era nada nuevo para nosotros. Se dejaron la piel (y las cuerdas) y no hubo ni una cara rara entre la gente rezagada que se iba acercando a esas primeras filas. Todo lo contrario, muchas personas coreaban sus canciones, moviéndose al ritmo, muestra de que estaban disfrutando de lo que estaban haciendo. Tan atropellados de tiempo fueron nuestros amigos, que cuando nos quisimos dar cuenta, los chicos uniformados de Second se encontraban ya sobre el escenario invitándonos a subir a su Montaña Rusa. Un directo bastante largo, entretenido, y sorprendente la cantidad de gente entre el público cantando sus canciones. Sonaron, entre otras, Psicopático, Lobotomizados e incluso hubo tiempo para que se acercaran un poquito al folk de la mano del banjo con La barrera sensorial.

Amaral

Amaral

Pero llegaba el plato esperado de la noche. Saltaron los de Zaragoza al escenario de su único concierto previsto este año en Galicia (hasta el momento) con esas ganas les caracterizan para arrancar con Sin ti no soy nada, Kamikaze, y Esperando un resplandor, en un arrebato de pasión y fuerza que, si no fuera por el frío, dejaría boquiabierto a más de uno. Apuntaban Amaral días atrás que presentarían nuevas canciones durante su concierto en el festival y una de ellas fue Cazador, precedida por El universo sobre mí. Repasaron su último disco Hacia lo salvaje, dejando también espacio para temas de ahora y de siempre: No sé qué hacer con mi vida, Estrella de mar o Revolución para cerrar la actuación, no sin antes hacer temblar el recinto con Ratonera, su último single que tanta polémica ha traído esta semana. No faltaron los numerosos y característicos agradecimientos al público, las críticas a la situación actual, y las alabanzas al mundo de los festivales en general. Y a pesar de que el setlist fue inesperado y carente de fuerza por momentos, su incontestable directo se puede resumir en una compenetración absoluta entre los músicos veteranos, como Jaime García, ex Sexy Sadie; y la presencia arrolladora de Eva y su voz sobre el escenario, que no paraba de moverse.

Y para terminar, a las 2:20 de la madrugada, ni un minuto más ni un minuto menos, salía Ale Costa junto con el resto de componentes del grupo, excepto Nita, la voz de este proyecto de fusión de electrónica, pop, rock y flamenco, Y es que los cordobeses Fuel Fandango y sus Trece lunas resultó ser la guinda de la primera jornada del fiv. Sin embargo, anoche no fue nada fácil ganarse al público viendo la hora de su actuación, sobre todo después del buen sabor de boca que habían dejado sus predecesores Amaral. Y con esto llego al final, ya que por frío, la que suscribe estas líneas se retiró antes de la finalización de este directo. Pero bueno, un año más comenzando la temporada de festivales por todo lo alto y cuyo segundo día espero que se convierta en algo mejor con Maryland, León Benavente y muchos más.

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Crónica: Mareira Club @ Sala O Túnel (A Coruña, 22/03/2014)

Un Mareira Club primaveral y rotundo. Para esta edición, la organización de este evento nos prepararó un menú dominado por los sonidos familiares y esperados, pero a lo largo de la noche fuimos comprobando que el rendimiento en directo de Pülsar, Día de Furia, Ånima, Willis Drummond y Minor Empires hizo que se convirtiera en algo más tajante de lo esperado. Entre las cinco se bastaron para dar buena cuenta de esos estilos diferentes y a la vez un poco iguales, cinco formas de entender un movimiento musical, o dándole la vuelta, cinco ejemplos de variantes musicales que gustan a determinado grupo de aficionados. Aunque casi todo sonó a gran nivel, la que suscribe esta crónica se queda con Willis Drummond como la experiencia de la noche. Pero vayamos por partes.

Día de Furia

Día de Furia

Quienes inauguraron la hostil sala O Túnel fueron los locales Pülsar, pero lamentablemente no pude disfrutar de su directo del todo ya que justo cuando terminaban Mar y Montaña, de su álbum Buen viaje, tocaba entrevistar a último grupo de la noche, Minor Empires, y mi regreso al ruedo fue justo entre aplausos y antes de terminar con Nuestras Naves.

Y tras un cambio mínimo en el backline, el testigo pasó a Día de Furia. Tenía muchísimas ganas de volver a ver el rendimiento en directo de estos cangueses, y por Tutatis que no me equivocaba. Adrián, Miguel y Jose subieron al escenario como un puñado de adolescentes deseando ser protagonistas, y empezaron con su espectáculo, que no es otro que el de tres tipos tocando “sus pezas novas e grandes éxitos”, pero con una actitud que ya de entrada prometía mucho dado su regreso años después. 93, Nuevos puertos… Directazo. Luego le echaron una capa oscura por encima a un colega y una máscara de Darth Vader para darle la inclinación que querían, y se pusieron con los Negocios. Canciones cortas, triviales, las de toda la vida, con estribillos pegadizos claros y mucha velocidad. Sonaban como sus primeros tiempos, y los riffs a las líneas clásicas de Ambulancias, decorándolas con coros a dos voces que no fueron muchas más porque a algunos del público no les pusieron micro.

Willis Drummond

Willis Drummond

Esa fue la tónica de los conciertos: la caña constante y los minutos de descanso fueron solamente entre banda y banda. Ånima fue otro de los grandes reclamos de la noche. Rolo y y sus habituales compañeros de batalla, regalaron su viaje musical versión en directo y sea como fuere, y pese a que ya dije en muchas ocasiones las ganas que tenía de verlos, esa noche tocó asistir a un concierto suyo entero con cara de sorpresa. Obviamente el concierto se centró en su último trabajo, Tresmilonce, con el que tantos éxitos están cosechando gracias a ese sonido envolvente, y tan, si me permitís la licencia, «foofighteriano». Esas atmósferas marca de la casa de las cegadoras, y esas líneas de guitarra tan deliciosamente sencillas en temas como Caronte y Vendido al fracaso casaron divinamente con el asomo de sus garras metaleras por momentos. En el repertorio de temas se coló algún que otro nuevo y todo ello continuó hasta Puzzles con la aprobación clara y contundente de su parroquia, muy entregada hacia ellos.

Sin embargo, lo que hizo el cuarteto Willis Drummond sobre las tablas de la salafue como un vendaval. Pisaron el acelerador en cuanto se montaron, y si bajaban un poquito la intensidad era para coger impulso con bastantes bromas y agradecimientos mediante. La entrega de los de Biarritz sobre el escenario fue enorme y la de sus seguidores no se quedaba atrás. Sonaron temas de sus dos últimos trabajos como: A ala B, so, berriz ere, lerroak… Vamos, un repaso a gran parte de su discografía que convirtió su directo en un concierto para fans, y puedo decir, para mi sorpresa, que los que allí estaban, se conocían esas canciones. Furia, cachondeo, entrega…

Minor Empires

Minor Empires

El punto final correspondió a Minor Empires. La banda madrileña no puede negar los compañeros de viaje que han tenido a lo largo de sus respectivas carreras (Nothink, Toundra, Moonich) cuando este proyecto estaba todavía por nacer y todo ello no puede eludir la evidencia del buen avance instrumental que han experimentado. Una gran muestra de ello fue lo visto la pasada noche del sábado (pese a tocar algo tarde). See dejaron engatusar por ciertas progresiones que han enriquecido brillantísimamente la capacidad de estos cuatro músicos para aportar nuevas y a la vez interpretaciones tan familiares. Como por ejemplo, la que hicieron con su álbum homónimo, tocándolo de principio a fin, comprobando que en vivo pueden seguir explotándolo aún más. Desde el rock más contundente con The Physics Of Light, Targets, Linsey…, hasta terminar con el ambiente más nostálgico con The Season. En cualquier caso, al público ya lo tienen ganado en muy buena parte. Están en la línea de subida y el reconocimiento lo refuerzan con un directo indudable. Lograron que todo funcionase para que el fin de fiesta fuese como tenía que ser, el gran broche a una gran cita que esperamos se repita pronto.

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Crónica: Neil Halstead @ Sala Mardi Gras (A Coruña, 20/03/2014)

El acierto de unir el carisma del bueno de Neil Halstead y el misticismo de los de Nueva York, propició un enorme interés en la última y segunda fecha por tierras gallegas, luciendo anoche la sala Mardi Gras un buen aspecto en base al objetivo compartido por varias generaciones de fans entre el público. El vocalista reclutó como banda a Ian McCutcheon, Jan Johansen, Kezzy Barr y Kevin Hendrix Cumberbatch y enloquecido con la oportunidad, Neil recitó los textos desde el estómago, con la emoción de quien tributa a unos ídolos y comparte con un público asombrado, el entusiasmo de ser la voz de una generación de generaciones por una noche. El artista demostró respeto y devoción por los trazos originales, aportando, sin embargo, el magnetismo que caracteriza su voz. Una actuación eléctrica y demoledora que repasó el elepé del platanito, The Velvet Underground & Nico, sin apenas pararse, respetando el orden original y contando con abrumadoras paradas en temas como Venus In Furs y llevando hasta el infinito European Son.

Pero antes de ello, Halstead y sus secuaces estuvieron precedidos por su Nico particular, la cantautora de folk inglesa, Kezia, que luego repetiría escenario ocupando el lugar del teclado y coros junto a los protagonista. Pero ella, con su acústica pegada a la cintura y su deslumbrante melena rubia, sonrió tímidamente y su río de voz, limpia y dulce, nos arrastró para cantarnos cuatro temas escasos entre los que caben destacar, Cocaine y la dulce versión de Walk On The Wild Side, de Lou Reed.

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Pero a lo que iba. Hay cosas realmente difíciles de creer: que llegaría un día en el que Neil Halstead se subiría a un escenario acompañado de cuatro increíbles músicos y recitaría desde lo alto un temazo como es Sunday Morning, con el cual abrieron la velada cambiando por un largo instante el sabor de, para muchos de los asistentes, uno de los discos más memorables de su estantería. Hipnóticos. Tan bizarro, en el buen sentido de la palabra, que fue casi imposible, literalmente, apartar la mirada de los dedos del guitarrista, siguiendo el ritmo de bajo y batería y corear los temas. Pero al fin y al cabo, ese ‘banana album’ es un disco para tocar seguido, sin dejar aire, ni siquiera para dar las gracias y/o presentar las canciones. El ritmo del concierto fue apabullante y la banda prácticamente clavó la totalidad del disco sin demasiados aspavientos. Fue sin duda un directo in crescendo. Así, si I’m Waiting For My Man podría haber sido un poquitín más explosiva, descubrimos que con Femme Fatale se le veía más cómodo. Con la misma furia original, Neil se entregó a los arrebatos y fue en este momento cuando se equilibró el impacto de grandes temas y más que una notable ejecución de la enérgica Venus In Furs y la country Run, Run, Run que perfectamente enlazaron con All Tomorrow’s Parties.

Así, para la mitad del concierto, la cosa era imparable y la sucesión de canciones tan entrañables y míticas como inspiradas iba tocando la fibra. Muchos de los asistentes se derritieron y enloquecieron junto a Neil coreando el tema Heroin por encima de su voz y bailamos, ahí sí, con There She Goes Again. Llegando de esa manera a I’ll Be Your Mirror, antes de dar paso a las últimas y a una European Son, que parecía que no se iba a terminar nunca (y ojalá fuera así), completando un directo en el que su voz no abandonó nuestra mente junto a la de Lou, pero sin llegar al nivel de estridencia de los músicos que le acompañaban. Cabe destacar que éste tenía un atril apoyado contra el micrófono y la verdad es que parecía no usarlo mucho.

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Y cuando ya parecía que el concierto había finalizado con una duración aceptable, el de Reading nos regaló un generoso añadido de cinco temas propios, entre los que incluyó Martha’s Mantra, In Love With A View, de su banda Mojave 3, y cómo no, Tied To You, de Palindrome Hunches, relajando inicialmente el ambiente en solitario y reclamando después una comunión perfecta entre él, su guitarra y el público. Rematando una brillante actuación, tan buena como el talante presentado por el siempre riquiño de Neil y su banda ante la singularidad del proyecto.

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Crónica: León Benavente @ Sala LeClub (A Coruña, 07/02/2014)

Anoche, León Benavante hacían una parada obligatoria en la ciudad herculina para presentar su álbum homónimo y Todos contra todos, el epé posterior. Un buen disco sin duda, pero aquí venimos a hablar del show que anoche presentaron estos cuatro buenos amigos. La sala LeCLub, como no podía ser de otra forma, estaba abarrotada para ver a uno de los directos más solventes del panorama independiente español. Es innegable que de talento van sobrados y este nuevo proyecto mal no iba a salir si tomamos como referencia el pasado de cada uno de ellos. Sin ir más lejos, una chica entre el público le gritaba a Edu que sacara el Tachenko que llevaba escondido. Pero como se suele decir, el tiempo dirá hasta dónde llegan en esta nueva etapa como León Benavente, aunque por ahora, la cosa promete. Y mucho. Al igual que las fotografías de Cris Andina que podéis ver a continuación. ¡Gracias!

Tras un rato de espera: César, Luis, Edu y David, más conocido por todos como Abraham Boba, saltaron al escenario y comenzaron la noche con una canción totalmente instrumental. Tras esa presentación empezó a sonar una línea de bajo marcada acompañada de la batería, mientras las guitarras amagaban con romper, y cuando nos quisimos dar cuenta, ya estábamos metidos en Las ruinas. Las canciones de los Benavente se dividen entre Abraham, Luis y Edu; y por todos es sabido, que tener varias voces es un factor muy aprovechado en los grupos sobre todo a la hora de los coros. Pues bien, en Las hienas, Luis, supo sobreponerse a los instrumentos en su parte de la canción y en el resto de temas sonó mucho más estable. Sin hacer pausa alguna, tocaron dos temas más: la lenta y reflexiva Década y la potente y efectiva Estado provisional.

León Benavente

Y aquí fue cuando el señor Abraham Boba, hizo de portavoz, presentádolos y admitiendo que se sentían contentos de visitar por fin A Coruña y sobre todo por la cantidad de público asistente a pesar de la ciclogénesis. No obstante, ya sabemos que son de «pensar mucho y hablar poco» y de esta forma, llegó el primer gran momento de la noche con Muy fuerte, canción incluida en el epé, y ese teclado hipnotizante. En esta gira han conseguido formar un repertorio envidiable que no deja lugar para el aburrimiento durante su directo, y el público, que se calmó un poco durante la canción anterior, ya estaba totalmente entregado a la Revolución de la percusión. Lógico, ya que sonaron auténticos, enérgicos, apoteósicos, «como animales encerrados» queriendo escapar del escenario en cada salto, en cada movimiento de cabeza, en cada riff, en cada golpe al teclado, César a la batería… Los momentos karaoke se sucedían uno tras otro pero fue precisamente con El Rey Ricardo, Europa ha muerto, la versión de Los Ilegales y sobre todo en Ánimo, valiente, cuando los más rezagados de las últimas filas se unieron del todo a la fiesta.

De todas formas, creo poder decir con seguridad que anoche no importaban los fanatismos, ya que todos de alguna manera u otra disfrutamos del lujo de poder contemplar la magia de un grupo que se encuentra en su mejor momento. Casi nada malo podemos achacarles ya que cuando todo indicaba que cerrarían el concierto con una o dos canciones como bis, finalmente se convirtieron en tres. La canción más rockera que da nombre al epé, Todos contra todos, que funcionó tímida y al final todo un lujo en directo, dio paso La palabra y a la más esperada por muchos, su hit por excelencia y a lo que todos habíamos ido anoche a LeClub: a Ser brigada. Esta última despertó a aquellos que ya se preparaban para decirles hasta la próxima y terminó con todos saltando de un lado a otro de la sala, Abraham de rodillas, entre el público perseguido por el cable del micro, los otros tres disfrutando sobre el escenario de la fiesta que se había montado para despedirlos como se merecían. «De La Coruña, a Gibraltar».

Deciros para terminar, que ofrecieron un espectáculo que fue creciendo a medida que se sucedían las canciones y que alcanzó su punto álgido en la anteriormente mencionada y que de aquí en adelante, y exceptuando los conciertos en sala que aún les quedan, deberían tener buena suerte en la temporada festivalera, ya que una de las claves de sus conciertos es que divierten, que es precisamente lo que se pide. Tanto para el grupo como para el público. Te lo pasas bien y sales esperando un directo de ese calibre, y eso, señoras y señores, no tiene precio.

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Crónica: Xoel López @ Palacio de la Ópera (A Coruña, 01/02/2014)

Tenía ganas de escribir esta crónica. La de un concierto en el Palacio de la Ópera de A Coruña. Ganas, sí, muchísimas. Parecía que no iba a llegar nunca. Y sin embargo, no sólo ha ocurrido, sino que ha sido todo lo que esperaba de una cita con Xoel López, su banda y el Atlántico de fondo. La última vez que tuve ocasión de verlos al completo fue en la pasada edición del Festival de Norte y el recuerdo que tengo de aquel momento es estar bailando, cerveza en mano y sin dejar de aplaudir. Pero anoche, la solidez, la emoción y la precisión formal de los artistas, en un recinto con semejante acústica y ante un público sentado y atento, no se quedó atrás. Hubo tiempo para reír, para llorar, de Deluxe y sobre todo, muchas sorpresas. Así lo leeréis a continuación entre las fotografías de Cris Andina.

David Quinzán

Comenzamos la velada con un Palacio a medio llenar para recibir a David Quinzán, el encargado de abrir la noche. Fue un directo delicado en el que el artista coruñés, por momentos nervioso y despojado en esta ocasión de su banda, nos presentó El vino de las despedidas captando la atención de los allí presentes y ganándose un respetuoso silencio por parte del público mientras iba desgranando sus Piezas del corazón e inundando con su voz y su acústica las paredes del recinto. «La noche se cerró…» con Jacarandá y para cuando Xoel y sus secuaces saltaron al escenario, el ambiente se había caldeado un poco y la combinación de Buenos Aires y Hombre de ninguna parte funcionó a la perfección. Con ellas y el increíble juego de luces, presente en ambos directos, los primeros compases del concierto arrancaron comedidos, con calma, pero dejando entrever el juego de tensiones que iría haciéndose más y más visible a medida que pasaban las canciones.

Sobre el escenario, cinco músicos muy bien dotados, especialmente Lola, que lo mismo tocaba el xilófono o el ukelele y adornaba los temas con todo tipo de percusiones, que acompañaba en los coros sonando de maravilla desde el primer tema hasta el último. No obstante, para dar un conciertazo no basta con sonar bien, hay que tener química y ganarse un poco a la audiencia y fue aquí donde llegó Caballero, el primer momento en el que las emociones empezaron a florecer, con su lenta ascensión y la voz del protagonista calentándose poco a poco. La gran montaña comenzó a poner la maquinaria bien calentita descargando rock con una fuerza atronadora después de la primera referencia a «su disco menos gallego. Su Atlántico coruñés», palabras de la morriña del artista. Hechas las presentaciones oficiales ante los allí presentes, el goteo de temas de aquí y allá fue elevando tensiones, pero frenando sin dejar que las pasiones se desatasen por completo ya que nos quedaba mucha noche. Por el viejo barrio nos dirigió hacia el primer guiño a su etapa como Deluxe y a tocar una canción que nunca falta en su repertorio: Pájaros Negros.

Xoel lópez

Una consolidación en la ejecución del repertorio que dejaba muy visible que estábamos ante una agrupación que disfruta y se toma muy en serio el directo sin perder la sonrisa de oreja a oreja. Un sonido pulcro con sabor colombiano introdujo La boca del volcán, y aparte del primer acercamiento a sus orígenes, estuvieron hábiles y nos dieron más de ello, de aquel icono generacional que fue Deluxe, añadiendo: El amor valiente y Reconstrucción (la armónica rebotaba en las paredes), con una calmada Joven poeta mediante, dejando al Palacio aguantando un poquito la respiración para soltarla en Desafinando amor y cogida de la mano, una nueva canción con un sonido muy ‘afrogalaico’ y ¡cantada en gallego! Venía a decir algo así como: «Ela chegou como un soño, como un soño ela chegou…» El sabor de boca que nos quedó fue sin duda, excelente, con ese final en puro éxtasis que nos llevó a otra sorpresa, Parando el tráfico, de Lovely Luna, antes de la rockera y apoteósica Réquiem.

Hasta catorce temas pasaron por nuestros oídos a un ritmo frenético, antes de que Xoel se tomase un respiro enlazando tres temas más, la maravillosa Tierra entre ellas. Y está claro, que lo del respiro es solamente forma de hablar, porque si alguien no ha cambiado un pelo es él. Deluxe como ninguno, puro nervio, energía y entrega, incontrolable en Historia Universal, haciendo que el público fuéramos el espectáculo. Cuando cesaron los aplausos y los silbidos, volvieron al ataque con un Asaltante de estaciones doblada en intensidad, especialmente cuando se arrodilló sobre el suelo y las filas de gente se movieron como placas tectónicas, y de pronto nos vimos acompañando a la percusión del señor Lamas a la batería. Fue únicamente un calentar motores, porque casi sin enterarnos, afrontábamos el final de un recital antes de los bises de rigor.

Xoel López2

Estos se extralimitaron a cuatro temas, una preciosa y acústica Ver en la oscuridad, que francamente, después de lo que todavía quedaba por venir, quedó en segundo plano. Tras ella, la banda volvió a salir al escenario pero esta vez con una grata sorpresa: el gran Juan de Dios apareció para llevarnos hacia El cielo de Madrid y lo que hasta entonces había sido un precioso recital, se convirtió en un show humorístico por querer cumplir la promesa de incorporar «un cariño» en forma de canción nueva (sin tener en cuenta la anterior) ensayada un par de horas antes en el camerino. Así que sobre el escenario, los seis músicos, leyendo la letra en un par de folios, el telonero y a capela, interpretaron una preciosa San Juan, la cual podéis escuchar aquí. Y como nuevo estallido de júbilo entre un público de pie, cayó un poco después, para poner fin a un directo de sobresaliente, De piedras y arena mojada.

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