Hace ya unos meses el manager y productor de los Sex Pistols, Malcolm McLaren, nos sorprendía con unas declaraciones en un periódico inglés (Evening Star): Sid no sabía tocar más que unas cuantas notas y acordes, y tampoco es que lo hiciera demasiado bien. Sin embargo, nunca supo que en sus conciertos su amplificador estaba desconectado, y que el sonido de bajo venía de alguno de los asistentes o roadies de las giras que, entre bambalinas, era el que realmente tocaba. No se lo dijeron porque tenían miedo de la reacción que podría tener Sid cuando se enterase.

«Sid tocaba tan mal que teníamos que poner a un músico detrás de los altavoces para que tocara su parte al bajo, normalmente a alguno de los roadies.»

La banda, en un descanso de sus clases de música. Sid tan sólo pasaba por allí.

El hecho de que era el primer bajista de la banda, Glen Matlock, el que tocaba el instrumento para grabar los discos de estudio no es desconocido para nadie que haya seguido un poco de cerca de esta banda. Fue el propio manager quien terminó por apartar de la banda al bajista original para reemplazarlo por Vicious, dado que aunque este no sabía tocar, tenía más actitud y estética punk que el primero. Más tarde, el que grabaría sería Steve Jones, guitarrista del grupo. Pese a estas declaraciones, que han hecho que la figura del icono del punk se haya convertido en poco más que fachada, hasta el propio McLaren reconoce que este “pequeño” detalle tampoco era para tanto:

«Sid era un músico espantoso, pero un gran cantante.»

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