Y así lo ha confirmado el director del estudio, Adrian North, de la Universidad de Edimburgo. A pesar de que los géneros sean muy diferentes, sus fans comparten muchos rasgos de personalidad y así lo han hecho constar los de la capital escocesa. Según ellos, da igual que os guste Bach o que adoréis a Iron Maiden, ambos grupos (además de tener buen gusto) sois «quasi-idénticos».
«A nosotros no nos dicen nada nuevo»
Los hallazgos provienen de la investigación sobre las personalidades de más de 36.000 aficionados a la música de todo el mundo, desde Chile hasta China. Dejando a un lado las diferencias de edad, el estudio afirma que son prácticamente idénticos, ya que son más creativos que otras personas, no muy extrovertidos y tranquilos. ¿Sí? ¿Seguro? Eso parece, ya que al igual que los amantes de la música clásica, los del metal también son obsesivos con su estilo. A lo largo de los años se ha dividido el género en cada vez más subgrupos, death metal, thrash metal, glam metal… Y también hay un sentido de lo teatral que es común a ambos grupos, ya que ambos tratan de buscar el espectáculo con sus canciones y puestas en escena.
Por otro lado, dicen que los aficionados al jazz, también se asemejan, ya que son creativos y extrovertidos, sin embargo, los fans del country son muy trabajadores, los del reggae relajados, los del punk agresivos y los del indie carecen de autoestima. Ahí es nada. Todos los aficionados a la música en general fueron calificados como creativos, con tres graciosísimas excepciones: los amantes de la música disco, pop y chart pop. El profesor North explicó que los gustos musicales eran un reflejo del carácter y que elegir un estilo y no otro es lo que nos hace decirle algo al mundo sobre nosotros mismos. «La gente suele definir su sentido de identidad a través de sus gustos musicales, llevando ropas particulares, yendo a ciertos bares y el uso de ciertos tipos de jerga, así que no es tan sorprendente que la personalidad deba estar relacionada con la preferencia musical». Además cree que los fans de la música jazz y el soul tienen el «mejor» tipo de personalidad, que muestra rasgos positivos, como una buena autoestima, creatividad y extroversión.
Si después de esto, todavía no os sentís plenamente identificados buscad en las siguientes descripciones y replantearos vuestros gustos (o no):
–Jazz: creativos, extrovertidos, tranquilos y con alta estima.
– Clásica: creativos, con alta estima, introvertidos y tranquilos con sí mismos.
– Disco: con alta estima, trabajadores, extrovertidos, dulces y no creativos.
– Rap: seguros de sí mismos y extrovertidos.
– «Música ligera» (como swing, big band…): trabajadores, extrovertidos, dulces, tranquilos con sí mismos y falta de creatividad.
– Country: trabajadores y amistosos.
– Reggae: con alta estima, creativos, extrovertidos, dulces, relajados, despreocupados y no trabajadores.
– Punk e Indie: con baja estima, creativos, vagos y agresivos.
– Rock/Heavy Metal: con alta estima, creativos, introvertidos y tranquilos con sí mismos.
– Chart pop: con alta estima, trabajadores, amistosos, dulces y no creativos.
Vía: Daily Mail
Parece tontería pero a lo largo de mi vida he comprobado que mucho de lo que se dice el artículo se cumple xDD
Lo del final sí que es una chorrada. Yo escucho de todo y no tengo ni la mitad de adjetivos de esos.
bueno, bueno.. creo que con la que mas me identifico es Punk e Indie. Mr. James Ulrich, yo pense que ud. era puro heavy metal, greñas largas y comegato… ¿entonce ud. facilmente puede disfrutar de St. Anger de Metallica asi como el ultimo exito de Shakira?
Jajajajajaja! Ulrich! Te han pillaaaaaaaaado!
En mi curro (músico clásico) no trato de «buscar el espectáculo con mis canciones y puestas en escena.» Que no todo es ópera, eh.
Curioso, curioso. Me interesaria saber como se les considera a los del reggaeton jajaja aunque es como si no lo contaran como música (yo también lo dudo).
Evidentemente hay una relación entre los gustos y la personalidad, pero las dos únicas cosas que pueden ser determinadas a ese respecto son la relación entre libertad escéptica y amplitud del gusto, y que esa relación se da por cuanto la música que se acostumbra escuchar se sedimenta en la memoria de manera conjunta a la constitución del yo, pero incluso desde instancias pre-egológicas y pre-conscientes. Las relaciones planas y directas, presuntamente apodícticas, que North plantea, son imposibles de determinar. Y además de imposible es innecesario e indeseable.