No sólo los autores de Tanaka se aburren, también ciertos investigadores en Holanda. Los brillantes científicos han hecho un estudio, concluyendo que existen claros vínculos entre la «música fuerte», el fumar marihuana y el contradictorio uso del condón. Así que lo han hecho oficial: sexo, drogas y rock and roll.
Son la juerga padre, la alegría de la huerta
Ya lo cantaban Ian Dury And The Blockheads en el ’77, y no sabemos si esa ha sido la inspiración de los cerebritos del Centro Médico Universitario Erasmus, en Holanda. El estudio ha sido publicado en el periódico oficial de la Escuela Americana de Pediatría. En él se revela que la gente joven que escucha este tipo de música en sus reproductores de mp3 tiene más probabilidades de encenderse un porro y no sólo eso, sino que además aquellos que acuden frecuentemente a pubs y conciertos tienen el doble de probabilidades de usar condones inconscientemente (en el peor sentido de la palabra) durante el sexo. Como en todo este tipo de estudios, han entrevistado una «significativa» cantidad de 944 estudiantes provenientes de escuelas de formación profesional, con edades comprendidas entre 15 y 25 años. Dicen que los resultados proporcionan cierta evidencia para el apoyo de la integración del tipo de música que se escucha en relación con ciertas conductas de riesgo, dentro de investigaciones y programas que buscan reducir comportamientos de riesgo para la salud tales como abuso de sustancias y relaciones sexuales sin protección. Sharon Levy, jefe del programa de abuso de sustancias por adolescentes de un hospital de Boston añadió que los comportamientos de alto riesgo van a menudo acompañados los unos de los otros, así que en cierto modo, el estudio no es una gran sorpresa. Y así de tranquilos se han quedado todos… Tema zanjado pues.
Vía: NME