Viernes tarde, para ser concretos las 18:30 del 2 de julio y la tienda de campaña seguía sin estar montada… peor aún, ¡no había sitio para acampar! La afluencia de gente era exagerada, y para variar había más entradas que aforo en los camping. Según el coordinador del “alojamiento” con el cual tuvimos el placer de hablar, había unas 10.000 personas en tan sólo ¡dos áreas de descanso! Eso sin contar los que dormían en el coche o tirados en cualquier hueco en la zona de aparcamiento, ya que se piensa que al evento acudieron unas 15.000 personas en total. Pero el enchufe gracias a Tanaka Music es lo que tiene, y en menos de una hora teníamos todo montado en una zona privilegiada, el coche bien situado en el parking, y en nuestra muñeca, la pulsera que nos daba entrada a un intenso fin de semana, al Fresh Weekend.
La noche anterior ya había ambientillo por allí, sobre todo por la gente que venía de fuera de Galicia y que habían llegado una día antes, por lo que nada más acabar con el lío con el que nos encontramos con las tiendas y el coche, nos podríamos haber puesto en marcha hacia la zona de conciertos si no fuera porque… ¿alguien lo adivina? Empezó a llover. Cosa que tampoco extrañó a nadie. Los más previsores cogieron sus chubasqueros, otros esperaron a que parara de llover y la mayoría creo que estaban tan desfasados metidos en la fiesta que ni notaron que estaban empapados. En fin, de todo un poco.
Pero la noche mejoró. Y la música, que llevaba sonando desde las 12:00 de la mañana, no cesó. Quedaba mucha noche, mucha música, mucha gente con la que usar esa frase ya muy común de «¿y tú de dónde eres?» y muchos “freshquitos”que consumir (moneda oficial del festival).
Desfase visual en toda regla
Lo primero era hacerse un recorrido por los escenarios, distinguidos por colores, unos más concurridos que otros, donde actuaciones como las de Brodinski, Alesander Kowalski, Kevin Saunderson o Sandweel District (para muchos lo mejor del festival), llamaban a la gente con un sonido impresionantemente bueno que retumbaba en el pecho a 500 metros. Fue una pena la caída del cartel de Luciano, que no pudo volar desde México por la tormenta, muchos esperábamos oírlo. Ahí os dejo los horarios de las actuaciones para que os hagáis una idea.
Nos dieron las tantas y ahí seguíamos un montón de gente que no tenía ganas de dormir, pero había que descansar para aguantar el día siguiente… Pues muy mala idea. No valió de nada lo de intentar dormir, porque la música no paraba, los vecinos del camping tenían su propia fiesta y una discoteca había organizado una especie de “after” que duró toda la mañana. Vaya fin de semana debieron pasar los de las pocas casas que había por allí… Así que, ¿para qué seguir en la tienda? Toalla al hombro y a darse un bañito en las piscinas del Aquapark después de una larga noche de fiesta esfuerzo corporal que conlleva el cubrir este tipo de eventos.
Una noche ajetreada, ya
Unas horas después, vuelta a los escenarios, a disfrutar del segundo y último día del Fresh Weekend ¡sin lluvia! Pero antes tocaba ponerse delante de la pantalla gigante que habían dispuesto para que viésemos el partido, un detallazo para las más de 3.000 personas que nos juntamos allí.
Si había algún paraguayo por ahí, no se hizo notar. Y menos mal
En cuanto acabó el partido nos fuimos directos a ver a Fran P, del que teníamos buenas referencias, y no decepcionó para nada deleitando a su público con más de cinco horas de sesión ininterrumpida. Pero pronto nos escapamos a la carpa azul a ver a Steve Lawler, y es que para mí esta zona fue la mejor, con un sonido increíble, unas pantallas con unos efectos visuales inmejorables y un espectáculo de infarto.
La de los infartos, cuidado que quema
Poniendo pegas, podría decir que no da tiempo a disfrutar de todas las actuaciones que nos gustaría (obviamente uno no se puede desdoblar), lo del tema meteorológico no es controlable, la cuestión de los WC siempre es mejorable, la falta de papeleras, la escasa variedad en las bebidas y el desfase de algún personaje… indescriptible. Pero por lo demás creo que la organización ha estado bastante bien.
En definitiva, un festival para repetir el próximo año (¡o eso esperemos!).
Fotos: Tillate
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Qué envidia. (:3)
Venga anda, para el año que viene cubres tú el evento (yo sólo voy como apoyo ¡¿moral?!) =D