El revuelo que Edward Sharpe & The Magnetic Zeros causó hace un par de años con su Up From Below fue bastante intenso. Su gran éxito, Home, increíblemente sonado y radiado estaba lleno de alegría y buenrollismo. Tan hippiesco que te colocaba una sonrisa en la cara sin necesidad de sustancias dopantes.
Algo así me esperaba cuando supe que Alex Ebert sacaría disco este año. Cuando escuché el adelanto, Truth, algo se removió dentro de mí. Era mágica. Solo podía esperar a que hubiera un par de temazos más así para considerarlo uno de mis discos del año.
Alexander lleva por nombre y título, se publicó el pasado 1 de marzo y ha pasado un poco desapercibido por el mundillo en general. Tal como os adelantamos en su momento son 10 cortes que beben de un montón de influencias, con un resultado bastante experimental, de aires alegres por momentos e intimistas en otros y en el que Ebert se encarga de componer, de tocar y de cantar en todas las canciones, haciéndolo digno de admiración. Con ese puntito optimista del que hablamos empieza el álbum, abriendo la lata con Let’s Win!, un canto a muchas de las tantas injusticias cometidas por el mundo.
El Ebert purista, únicamente él y su guitarra.