Qué noticia tan esperpéntica la de hoy. Nos llega a redacción la historia de un grupo de punk en el que sus integrantes han estado viviendo una farsa durante 15 años.

El cuento se remonta a 1995, cuando el grupo estaba de gira por los Estados Unidos. Tras dar un gran recital en Nueva York, los miembros de la banda recogían sus bártulos con el fin de irse al hotel a descansar para el viaje hacia su próximo concierto. Fue en un momento de confusión cuando el protagonista de nuestra historia, que llamaremos Jose Ramón para mantener en secreto su identidad, secuestró al bajista de la banda, amordazándolo y sedándolo en uno de los camerinos.

Quería ser una estrella, nos comenta José. Temía que me descubrieran, así que me hice una cresta tal como tenía Speed Vicious -nombre artístico del bajista suplantado-. Al principio me miraron recelosos, como con desconfianza, pero a medida que pasó el tiempo todo siguió igual.

Jose Ramón, en algún momento de su otra vida

Notamos que de un momento para otro le había cambiado el color del pelo y de los ojos, pero supusimos que se había metido demasiado para aguantar el concierto. Dios sabe qué de efectos secundarios tenían esas mierdas, nos comentó uno de los integrantes originales de la banda. Además, no notamos ninguna diferencia a la hora de los conciertos, él aporreaba el bajo igual que lo hacía Speed. No nos dio demasiado pie a sospechar.

El caso es que no tengo ni idea de música, ni de tocar el bajo, ni siquiera soy punk. Yo era panadero, pero lo dejé todo por ser una estrella. Todo menos la harina, dice José.

Desde redacción conseguimos localizar a Speed, ahora profesor de música en una escuela de Vermont:

Fue un shock para mí. Sin embargo ya estaba cansado de toda aquella farsa. Lo de las groupies es mentira, el punk era una mentira, lo de que el bajo suena es una mentira, toda la mierda esa de la anarquía es una mentira. Estaba cansado de que me tomaran por el pito del sereno. Viva el federalismo y el capitalismo. Gracias a eso y a este país ahora soy un respetado profesor en una bonita escuela.

La familia de Jose Ramón, que desde aquella pasó a ser la de Speed, también nos comenta:

Speed se adaptó muy bien a nosotros. Es un estupendo padre de familia. Come con la boca cerrada y se corta las uñas de los pies para no rascar en la cama. Es muy considerado. Los niños están encantados con él, pero se sienten un poco perdidos el día del padre.

Jose Ramón se decidió a descubrir todo el pastel debido a un cambio de pareceres con respecto a su discográfica. Ahora quiere dedicarse a otro estilo musical:

Mi punto de referencia son Dover. Antes eran muy rockeros y mira ahora qué bien se les da el pachangueo. Además, como dijo Amparo Baró: a mí lo que me gusta es la electrónica.