Después de lo acaecido el primer día del Burning Fest, acudimos de nuevo a la cita con el metal extremo en la sala Ola Green, de nuevo llamados e invitados por ONP Productions. Esta vez asistí acompañado por Caldeiro como fotógrafo, que tuvo el infortunio de confundir el concierto con el Pokémon Snap y se dejó el flash en casa.
Ya sabíamos antes de acudir que, aunque aparecía en los carteles, no podríamos disfrutar de los conciertos de Avulsed ni de The Last Twilight. Fueron, de esta manera, los japoneses Defiled los que tuvieron el placer de inaugurar esta segunda jornada del festival. Y no hubiese hecho falta que nos recordasen su procedencia, porque tanto sus rasgos faciales como el acento claramente marcado del guitarrista a la hora de comunicarse con el público no dejaban lugar a dudas. Desplegaron así su death metal caracterizado especialmente por el sonido metálico de los golpes de bajo sincronizados con la batería de Takahiro, mientras el cantante emitía unos sonidos a medio camino entre el thrash y este género en canciones como Retrogression o Fear And Epicurianism.
Influenciados por otros actos de su tierra, como The Ring
Tras casi cansarnos de verlos subidos al escenario realizando unas extensivas pruebas de sonido, una introducción en off nos anunció el comienzo formal de la actuación de Beneath The Massacre. Sus melodías eran fácilmente caracterizadas por los sonidos de la guitarra que alternaba acordes graves con rápidos punteos agudos en la zona más baja de su instrumento de siete cuerdas, las palabras ininteligibles que salían de las cuerdas vocales del fornido y enérgico cantante y los diferentes estilos que salían del bajo. Los ritmos más marcados y la insistencia del frontman, consiguieron que la gente se aproximase más a las primeras filas y participase meneando sus cabezas al ritmo de la música, aunque solo fuera por miedo al líder del grupo. Y así fue como los canadienses repasaron su trayectoria en tan solo media hora, comenzando por temas como Society’s Disposable Son y terminando por Harvest of Hate.
En esa mano tiene fuerza para sujetar tal cual un niño
A continuación llegaba el turno del grupo que personalmente tenía más ganas de ver: Obscura. Con un total de cuatro millones de cuerdas repartidas en dos guitarras y un bajo, comenzaron las pruebas de sonido en las que el cantante avisaba: «añádeme el delay en la voz u os tendré que matar a todos». Tras asegurarse de que todo estaba en orden, dieron la espalda al público y comenzaron con la introducción a Septuagint, la canción apertura de su último álbum. Pero las buenas sensaciones que nos dejaron con esa primera pista pronto se vieron truncadas, ya que en la segunda se produjo un problema de sonido que desconectó ambas guitarras y la voz, sin que el grupo se diese cuenta puesto que sus monitores seguían funcionando. De esta guisa, continuaron como pudieron con el concierto mientras el cantante se dejaba las cuerdas vocales gritando a todo pulmón fuera del micro para que pudiésemos al menos escuchar la voz, hecho que el público agradeció y aplaudió. Los problemas proseguirían durante varias canciones más hasta casi los compases finales de su actuación. Cerraron, 35 minutos después de haber empezado, con Centric Flow y aunque el público pedía otra y ellos dudaban, la organización les debió de dar un toque y ahí mismo se acabó.
Aquí todavía era joven y pensaba que le funcionaba el micro
La caña continuaría en Ola Green de mano de Hate Eternal, el último de los actos programados para esta noche. Con un potente «hello motherfuckers» arrancaron su sonido death metal, más básico y directo a la cara que el de los grupos que le precedieron. A pesar de eso el metalero tradicionalista. que ya mencionamos de pasada en la crónica de la primera jornada, comentaría sin tapujos: «suenan bien, pero les falta una segunda guitarra», opinión que no comparto en absoluto. El público disfrutaba de la música en las primeras filas como si se tratase de una actuación dirigida por von Karajan, pero un joven del backstage subió y saltó desde el escenario desatando la locura y unos movimientos en el foso más propios de este estilo de música. Uno de los miembros más destacados de ese pogo era el batería japonés de Defiled que, botella de whiskey en mano, se lo pasaba como nadie entre trago y trago. Conforme Hate Eternal avanzaba en el repertorio se apreciaba un incremento en el número de solos de guitarra y otro proporcional en los litros sudados por el cantante: lo estaba dando todo y se notaba. Con canciones como Behold Judas y Servants of the Gods nos entretuvieron de sobras en el concierto más largo de la noche.
Se puede apreciar un odio eterno en sus gritos
Como resumen hay que decir que esta jornada dejó algo más que desear. Si juntamos los problemas con Obscura y la ausencia (por los temas que fuesen) de dos de los grupos que todavía podemos ver en el cartel, el global resulta bastante más podre que lo ocurrido la semana anterior. Aún así, esperamos sinceramente que la organización haya quedado satisfecha con la asistencia y el evento pueda tener una segunda edición en el 2012.
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¿Se sabía que The Last Twilight no iban a tocar? Pues que yo sepa se movieron cada uno desde sus respectivas ciudades con sus intrumentos y material dispuestos a tocar. El motivo por el que The Last Twilight no tocó en el Burning Fest fue por el trato recibido por la organización con su más que evidente falta de organización en este festival y una serie de encontronazos con el tour manager de las otras cuatro bandas. Fue un cúmulo de despropósitos que hizo que los miembros del grupo decidiesen no tocar en el Burning Fest, puede que considerasen que ese festival no se merecía un concierto suyo, lo cual no se supo por lo que veo. Avulsed si estaba confirmado que no iban a tocar.