Era el penúltimo día de la fiesta grande en la ciudad condal y Mando Diao, uno de los platos fuertes de la Mercè, dirigía la invasión de la Antigua Fábrica de Estrella Damm. Bien es sabido que los barceloneses no pueden quejarse de oferta musical ya que desde 1993, cuentan con BAM, un proyecto magnífico que ofrece la posibilidad de reunir alrededor de 50 artistas de primer nivel, que se reparten en diferentes días, salas y escenarios. Este año tuvimos la suerte de poder disfrutar del soul de Aloe Bacc, del pop de Lori Meyers y del jazz de Pe’z entre otros.
Esto da bastante miedo, me incluyo…
A las 19.30h, comenzaba la fiesta con los catalanes 4t1a (Quart Primera), conocidos por tocar en salones de casas ajenas. Tras ellos actuó el grupo de folk-pop francés Herman Dune, que hizo las delicias del público con su famoso tema I wish that I could see you soon, banda sonora elegida para el spot del verano de Estrella Damm.
Me dejé el caballo mal «aparcao»
Y ¿qué os voy a contar de Mando Diao? Supongo que nada nuevo, pero para los despistados, diremos que son unos suecos bastante «colgaos» que hacen garage rock y post punk del rico. Su último disco es un unplugged titulado Above and Beyond y su última grabación de estudio se llamó Give me fire, cuyo lanzamiento fue hace dos años.
Mientras se realizaba el cambio de equipo sobre el escenario empezó lo que bien podríamos bautizar como Diluvio Universal II. Mientras algunos coreaban Sol Solet, una hermosa canción infantil catalana, yo intenté meterme debajo del paraguas de un buen samaritano que pronto cayó sobre mi mientras a nuestro lado se empezaban a tirar de los pelos un par de gatas.
Los nervios crispaban el ambiente por varias razones: el grupo llegaba tarde, los que no tenían paraguas odiaban y gritaban a los que sí lo tenían y aquella lluvia torrencial parecía no acabar nunca. Con la audiencia completamente calada hasta los huesos, sobre las 22.45h empezaron a salir contrabajistas y violinistas, seguidos por un pianista, que a pesar de ofrecer todo un recital con las primeras notas de Dalarna, no consiguió callar las bocas de los típicos maleducados.
Y por fin, con telones rojos de fondo y entre unas lámparas un tanto horteras de por medio, se unieron los cinco componentes principales del grupo. Gustaf Norén y Björn (que no Björk) Dixgård, cantantes y guitarristas, rompieron la tranquilidad cuando entre salto y salto tocaron los primeros acordes de God knows. Mientras maldecían a la lluvia por aquel castigo, seguían animándonos enérgicamente al filo del escenario.
Gustaf cogió la armónica y empezó la melodía de Sheepdog, canción contenida en su primer disco y que acompañada por los violines sonó mejor que nunca. Ambos vocalistas alternaron guitarra acústica y eléctrica para petarlo con The band.
Norén y Dixgård, respectivamente
La lluvia desapareció y sonó Song for Aberdeen, canción que dedicaron a «la bella y miserable Amy». La dedicatoria dio paso a otra, sin sentido, que llevaba por letra «Barcelona I love you, I love you Barcelona». Tras pedir que marcásemos ritmo con nuestras palmas, vino Dorn in the past. No estaban conformes con el entusiasmo que depositamos en la sincronía y pararon la canción, exigiendo esta vez, más fuerza para desvivirse y saltar con nosotros. Un par de escupitajos más tarde, nos relajamos con You can’t steal my love y Losing my mind. Volvieron al quinto disco con Mean Street y por fin recibimos con saltos y lanzamientos de vasos Long before rock and roll, ese clásico.
Después de darnos unos cuantos pisotones, acompañamos con nuestras voces No more tears y tras trescientos empujones por minuto seguían pidiendo palmas para preparar la entrada de Gloria (no la de Umberto Jozzi, todos tranquilos) durante la que Björn se despojó de la guitarra para dedicarse enteramente a besar su micrófono.
¡Eh, tú! ¡Deja de joder con la lluvia!
Abandonaron el escenario unos minutos, aunque sabíamos que aún quedaba chicha de la buena y cuando volvieron explicaron que no necesitaban ir a la iglesia ya que la única religión en la que creían era la de su propia música… El arranque de sinceridad hizo que nos regalaran If I don’t live today, that I might be here tomorrow y Leave me be, tema del grupo The Zombies, nacido en los 60, que trasladó a un nostálgico Gustaf a su tierna infancia, cuando su madre le cantaba esta pieza escrita sin duda para corazones rotos.
Pero aún quedaba el colofón de los casi setenta minutos de actuación y sonaron las primeras notas de la esperada Dance with somebody. Los violines y el piano acompañaban a la banda que poco a poco aumentaba el contagioso ritmo del hit. Los vocalistas se habían despojado de sus camisetas y todos y cada uno de los allí presentes nos entregamos completamente al delirio.
Finalmente, los músicos unieron sus manos para despedirse y agachándose una y otra vez, abandonaron el escenario, dejando que sus empapados fans se aplastasen mutuamente de camino al metro.
Setlist
1.Dalarna
2.God knows
3.Sheepdog
4.The band
5.Song for Aberdeen
6.Down in the past
7.You can’t steal my love
8.Losing my mind
9.Mean street
10.Long before rock and roll
11.No more tears
12.Gloria
13.If I don’t live today, then I might be here tomorrow
14.Leave me be (The Zombies)
15.Dance with somebody
Cogida la referencia. :P