Hay noches en las que sin querer te acercas a un concierto y todos los detalles te dejan entrever que estará bien. La sala LeClub de A Coruña recibió anoche a un público amante del rock y a unos Última Experiencia, teloneados por el grupo local The Younger Boys, que repetían escenario pero esta vez bajo otro nombre y sin el Gran Wyoming como frontman, aunque lo pudimos ver camuflado entre el público interactuando con ellos en todo momento junto a otro músico del que os hablaré más adelante.
Con un poco de retraso sobre la hora prevista debido a la poca gente que había al principio para disfrutar de un concierto realmente atractivo (el tiempo no acompañó demasiado), sobre las once de la noche y contando en esta ocasión con la colaboración de Cris Andina como fotógrafa (¡muchas gracias!), salieron al escenario unos necesarios teloneros, una perfecta combinación de tres veteranos locales que se han unido formando este nuevo ente musical llamado: The Younger Boys. Adri MT (Wolrus, Woocake), Oscar Lema (The Orange Soap, Woocake) y David Mato (Green Fandango) fueron los encargados de darnos la ración de buena música en la aproximadamente una hora que tocaron interpretando sus temas de corte rockero.
A grandes rasgos se puede decir que aprovecharon su tiempo, dieron un buen concierto en el que al final la gente incluso se fue animando a bailar un poco más y a aplaudir con más fuerza. Se notaba que jugaban en casa y la verdad es que tienen buenos temas del que voy a destacar I’m Going To Leave (se me ha quedado el ritmo del bajo y la batería grabados desde anoche). Y ya sea porque cantaban los tres, por tener un sonido peculiar, tanto en las rockeras como en las lentas, que con el humo de la sala «parecía un directo de Pink Floyd»; o por las poses que hacían por momentos, sobre todo en el último tema, If You Think You’re God, fue una buena apertura para lo que venía a continuación.
El tiempo que tardó el trío madrileño en aparecer en el escenario duró lo que dura pedir una cerveza en la barra y ya prestar atención a la banda apadrinada por el famoso anteriormente mencionado. Con su primer disco publicado este año, La casa de la bruja, del que tenéis más detalles en la entrevista, comenzaron lentamente con el tema que le da título, para pasar a un par de canciones antiguas: Un año atrás y Ha sido un placer. Rock sureño, letras ocurrentes, y aunque al principio los músicos estaban algo fríos, los solos de guitarras y los aplausos ayudaron a que exhibieran todo su talento. Ya hacía tiempo que una canción no me ponía los pelos de punta en directo y anoche, el precioso blues Lo sentido, lo consiguió. Y justo cuando el tiempo empezaba a ralentizarse con el extenso punteo de guitarra, un «Miénteme, Julián» y el dedo de Miguel Ariza nos ayudó a descubir al cantante de Siniestro Total entre los asistentes. Aplausos, silbidos y tras una pequeña anécdota de su concierto la noche anterior en Cangas, donde vendieron todos los discos que traían consigo, comenzaron con una canción de amor/odio hacia Madrid. Y si después de estos primeros temas quedaba algún incrédulo en la sala, con Ladyizabella quedaría plenamente convencido de que estos muchachos pueden hacerle sombra a alguna que otra banda del panorama musical.
Irradian fuerza y pudimos verlos compenetrándose a la perfección mientras «cerrábamos los ojos para viajar de forma floydiana» con Castillos, una canción estremecedora y en la que notamos verdaderamente el potencial del grupo. No voy a negarlo: fue uno de los momentos mágicos de la noche. Pero entonces llegó el turno de La rueda gira, un sencillo vacilón al más puro estilo country del que Ariza comentó que era perfecto para ese momento en el que encuentras la esperanza junto a un colega y una buena botella de alcohol. Se sentían ya tan cómodos sobre el escenario que se permitieron el lujo de tocar una versión junto a Julián Hernández, de Siniestro Total. Este fue otro de los momentos de la noche que tan fervientemente esperábamos. Y es que dejando a un lado el repertorio, se atrevieron con una versión del Sunshine Of Your Love de Cream, con un gran músico a la guitarra y del que ellos mismos se declaraban muy fan. Sinceramente, la actuación de los cuatro sobre el escenario derrochó energía y frescura, pero cabe destacar destacar la del bajista en una canción como ésta. Brillantes.
En esta segunda tacada, mientras nos bajaban las pulsaciones, volvimos a su estilo sureño de la mano de una canción protesta contra los «posturitas del rock de hoy en día» llamada Toda una estrella y justo cuando intentábamos coger el ritmo otra vez, entramos en La espiral que nos puso de nuevo en el sitio tras perdernos en sus riffs. A continuación y tras la presentación de la banda por parte de Ariza, para terminar, vinieron la inédita Mi guitarra y el blues y en cuanto escuchamos la voz del cantante emulando lo que sus propios dedos tocaban con la guitarra, sabíamos que con Ladyizabella llegaba el final.
Desde luego, conciertazo de los buenos.
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