Jorge Pérez podría ser un nombre común en este país. Sin embargo, si justo después dices la palabra Tórtel, lo común se transforma en canción, porque este valenciano, si de algo puede presumir es de canciones. La gran prueba es el título de su último trabajo, trabajo que huele a Mediterráneo, a Chicago y a Illinois. Éste es Jorge «Tórtel» Pérez.
Tórtel: Facebook | Twitter | Last.fmIsaac: ¿Cómo consigue Tórtel convertir lo que parece sencillo en algo que no lo es en absoluto?
Tórtel: Lo cierto es que soy un músico muy limitado, mis canciones suelen ser realmente sencillas, acordes bastante básicos, pocos cambios… Quizá el secreto está precisamente en conocer bien esas limitaciones e intentar ser imaginativo.
I: Cuando escuché el single “La gran prueba” no pude evitar pensar en “Chicago” de Sufjan Stevens. No sé si lo has tenido presente en algún momento de la grabación. Hay tantos matices en el disco que no es fácil encajarlo en un solo género o estilo.
T: Me gusta muchísimo Illinois creo que es un disco magistral. Chicago es una canción redonda, desde luego. Quizás por una cuestión temporal tenía más presente su último disco que también he oído mucho The Age of Adz. No sé si habrá algo de esos discos en La gran prueba, conscientemente creo que no, pero siempre te acaba influyendo de una manera u otra todo lo que oyes … He intentado que este disco sonara más rico en matices que los anteriores, quería proponer cosas que no hubiera hecho ya. Para mí es muy motivador seguir buscando colores nuevos para mis canciones. Intento tener siempre los ojos bien abiertos, desde mi punto de vista ese es un camino en el que no dejas de aprender y donde puedes hacer grandes hallazgos, así que no quise cerrarme a nada, procurando evitar, obviamente, que el disco acabara siendo un Frankenstein.
I: ¿Qué fue lo que cambió desde “Entusiasmo” hasta este último trabajo?
T: Con Entusiasmo hubo una respuesta de prensa muy favorable con un montón de críticas estupendas y muy generosas. Al final del 2012 el disco se coló en muchas listas de lo mejor del año. Todo eso me sirvió para coger confianza y creer un poco más en mis propias posibilidades. Cuando empecé a hacer las canciones de “La gran prueba” quise atreverme a ensanchar un poco el sonido de Tórtel. Decidí grabar por primera vez en estudio, no contaba con mucho presupuesto, pero sí sabía que había muchas cosas que grabando en casa como antes, no iba a poder conseguir. También ha sido fundamental el papel de Cayo Bellveser, músico habitual de Josh Rouse y Alondra Bentley, compañero en Maderita y otras aventuras. Él es un músico excepcional y lleno de recursos. Le fui pasando demos muy casposas que iba haciendo de las canciones y desde el principio me sugirió ideas muy interesantes. Se involucró mucho en la grabación del disco. Fue una suerte contar con él y con otros grandes músicos y buenos amigos como Jordi Sapena y Pau Roca de La Habitación Roja, Remi Carreres, Rauelsson, Ramírez o Abel Hernández (El hijo).
I: Siempre cantas sobre lo que podrían ser verdades universales, cosas cercanas sin ningún tipo de pudor. ¿Es algo natural o haces lo posible porque sea así?
T: Como digo en La gran prueba “no es nada interesante hablar de mí”, es una frase que esconde algo de ironía, lógicamente hablo desde mi propia perspectiva, no tengo otra, pero procuro no dar la brasa a nadie con mis cosas, del mismo modo que a mí me aburren esas personas que no dejan de hablar de sí mismas. Por supuesto creo que me preocupan muchas cosas o hago chiste con otras con las que coincido con mucha gente. Aporto eso sí, mi propia visión. Alguna vez alguien después de un concierto me ha dicho que le gustaba tal canción porque hablaba de “tal cosa”, y me daba cuenta de que yo la había hecho pensando en algo bastante distinto. En cualquier caso, cualquier interpretación es buena. Cuando ves una película, lees un libro, o escuchas una canción, la finalidad no creo que sea acertar exactamente con lo que el autor trataba contarte sino disfrutarla a tu manera y que de alguna forma te mueva algo.
I: ¿Trabajar en Maderita podría considerarse un lujo para un músico? ¿Es un proyecto muerto?
T: Desde luego para mí formar parte de ese proyecto es todo un lujo. Grabar Vivir para creer y poder girar con ellos fue muy guay. Aprendí mucho. Ahí había mucho talento junto y yo solo traté de mantener el tipo. Cuando comenzamos a quedar para ensayar y grabar nació todo de una manera muy natural y espontánea. Creo que por eso el disco suena realmente especial. Ahora mismo estamos todos bastante liados, pero seguro que volverá a surgir el momento perfecto para juntarnos de nuevo y trabajar en otras canciones. Desde luego a mí me encataría y solo espero que sea pronto. Cruzo los dedos.
I: Un grupo gallego me decía que en el mundo de la música hemos de cuidarnos todos mutuamente, ¿tú también crees que estamos en una época de mucho riesgo para la cultura?
T: Creo que debemos cuidarnos todos mutuamente en todos los niveles. No hay ayuda para ningún tipo de proyecto, solo nos tenemos a nosotros mismos para hacer frente a nuestras aspiraciones y sobre todo, para superar todas las trabas que nos imponen, que cada vez son más. Afortunadamente mucha gente, lejos de que hayan podido con sus ganas, forma colectivos y asociaciones completamente independientes para organizar conciertos, proyectar películas, montar exposiciones… Es el momento de unir fuerzas, ahora más que nunca.
I: ¿Qué hay de tu tierra en tus canciones?
T: Como mucha gente de mi generación crecí con el rock y pop anglosajón, sobre todo con las bandas de los años noventa, pero después he ido descubriendo cantantes y grupos que estaban en mi ciudad y que había pasado por alto, hablo de gente como Pep Laguarda Remigi Palmero o por supuesto el propio Julio Bustamante. Hay una manera de entender no solo la música si no el resto de la vida que es muy de “aquí” muy valenciana, y con la que yo cada vez me siento más identificado. Esta es una ciudad maravillosa a pesar de sus políticos y de lo equivocada que está la gente que todavía no cree que exista alternativa.
I: ¿Qué película me llevarías a ver al cine ahora mismo?
T: Echando un vistazo a la cartelera la cosa está complicada, me gustó bastante Gran Hotel Budapest, nunca he sido un gran fan de Wes Anderson, me empacha un poco su estética, aunque obviamente reconozco su gran talento. Es una película divertida, Ralph Fiennes está glorioso. Me alucinó de ella cosas como de qué manera se integraban animación y cine convencional. ¿Vamos?