Corría el año 1984 y una servidora no tenía ni un añito de vida… sin embargo a muchos kilómetros de aquí, en Orange County, se estaba gestando algo que años después empezaría a dar sentido a muchas de nuestras vidas. Ahora, con casi 36 millones de discos vendidos a lo largo de todo el mundo, ocho discos de estudio en el mercado y a punto de salir el noveno, James Ulrich, Billy Shears y yo os traemos un tremendísimo especial The Offspring para celebrarlo analizando la vida de esta exitosa banda. Enjoy!
No todo el mundo sabe que antes de ser famosos salieron en un anuncio de una conocida marca de champú.
Los hados del punk rock se juntaron una noche, en la puerta de un concierto de Social Distortion; Dexter Holland (que, en realidad, se llama Bryan Keith, tiene un doctorado en Bioquímica y además comenzó siendo el batería) y Greg Kriesel, quien le daba al bajo, se encontraron en esa puerta después de que no les dejaran entrar al evento. Desde Tanaka Music queremos aprovechar para dar las gracias a los porteros del lugar dado que sin su ayuda, este especial no sería posible. Holland y Kriesel terminaron formando un grupo llamado Manic Subsidal y tras unas cuantas idas y venidas aceptaron a Noodles (Kevin Wasserman) en la banda, más que nada porque era el único que tenía la edad legal que permitía comprar alcohol. Llegados ya a 1986 cambiaron su nombre a The Offspring y poco después de editar su primera demo (1.000 copias en vinilo de I’ll Be Waiting y Blackball montadas a mano por el grupo en casa de Kriesel), el jovencito Ron Welty se sentó en la batería a la tierna edad de 16 años después de que James Lilja fuera perdiendo interés en el grupo y poco después abandonara para hacerse ginecólogo.
The Offspring (1989)
No sería hasta 1988, tras dos demos y un par de sencillos, cuando The Offspring firmaron su primer contrato con el sello Nemesis Records (su primer sencillo, I’ll Be Waiting, lo habían lanzado bajo el suyo propio, Black Records). Aliados con el productor Thom Wilson (quien ya había trabajado con bandas como Dead Kennedys, Social Distortion o The Vandals), editaron su primer disco homónimo un año más tarde, aunque en un formato bastante limitado: diez canciones en un vinilo de 12″ que no sería editado en CD hasta 1995. Muchos habréis escuchado este disco después de conocer a Offspring por discos como Smash o Americana, de los que ya hablaremos más tarde, y la mayoría estaréis de acuerdo en que es una música mucho más oscura y directa. Jennifer Lost the War abre el disco relatándonos la historia de la muerte de una niña y la indiferencia de una sociedad demasiado concentrada en sus propios asuntos, y temas como el costumbrismo, la hipocresía, el odio y la guerra son temas que fluyen por casi todas las canciones. Basta con echarle una escucha a temas como Blackball (A New Disease), Tehran o Elders.
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Ignition (1991)
En 1991, todavía bajo la dirección de Thom Wilson, editaron un EP instrumental llamado Baghdad, que fue el que les abrió las puertas de otro sello que llevaba tiempo planteándose adoptarles; no era otro que Epitaph Records, fundada por Brett Gurewitz (guitarrista de Bad Religion). Un año después salía al mercado Ignition, disco que les ofreció la posibilidad de salir de gira dos años al lado de bandas como Pennywise o Lunachicks. Menos oscuro que el disco debut, Ignition traía doce temas que mostraban que el grupo comenzaba a encarrilar su sonido un poco más lejos del hardcore y algo más cerca del punk rock (hasta con toques de pop punk aquí y allá). Conocido por ser el disco que abre con una retahíla de palabras malsonantes, y pesar de que se hace muy corto (dura poco más de 35 minutos), a día de hoy sigo sin poder escucharlo sin parar hasta el final, sobre todo por temas como Kick Him When He’s Down, Forever And A Day o L.A.P.D..
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Y esta es la historia de The Offspring hasta el boom que os espera en la próxima entrega de este especial. Puede que The Offspring e Ignition sean dos discos más sucios y duros que los que les sucederían, graciosos en su justa medida sin llegar al punk chorrada, y difíciles de tragar a veces por aquellos que conocieron al grupo en su época de Why Don’t you Get a Job, pero es imprescindible escucharlos al menos una vez para ver de lo que eran capaces unos jovencísimos The Offspring antes de que añadieran un toque más poppie a su sonido.
Especial The Offspring: Primeros años | Continuará…
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