No encontrarse con colas a la hora de cambiar las pulseras debería significar también que la entrada sería más relajada. Pero nada más lejos de la realidad. El segundo día del Optimus Alive comenzó como el anterior: una buena caminata desde que sales del «comboio» y hasta que pasas por debajo del gran arco de entrada paseando entre vallas y gente, hasta que más o menos te encontrabas con las amables jovenzuelas que entregaban el mapa del recinto con los horarios. Eso sí, antes tenías que atravesar a las chicas medio desnudas de Loreal que te querían dar una cinta del pelo, a los que te ofrecían caramelos de no sé que marca y a las muchas personas que te querían vender cerveza por un euro, además de otras bebidas. Pero lo importante era que, pese al cansancio, faltaban pocos minutos para que empezase lo bueno.
Optimus Sunset
El sábado fue un día raro. Tocaba escuchar a varios grupos que no conocía y también aguantarse la rabia por no poder ver a Florence + The Machine. Tenía claro que la organización no tenía la culpa, pero muchos apuntaban que quizás habría que poner a otro grupo en esa hora y no a Morcheeba, como así pasó. Además, a lo largo de la mañana no todo podía ser descanso, y había que conocer un poco la preciosa ciudad de Lisboa. Por eso, con los horarios en la mano, me decanté por comenzar la jornada festivalera a las 19.00 horas. O eso quería.
Sábado, 14 de julio:
Palco Optimus
The Cure
Morcheeba
Mumford & Sons
Noah & The Whale
We Trust
Palco Heineken
Blasted Mechanism
SebAstian (Live)
Katy B
Tricky
Awolnation
The Antlers
Here We Go Magic
Big Deal
Lisa Hannigan
Las colas interminables para recargar la tarjeta en Cais do Sodré hicieron que me perdiera el tren que salía a las 18.30 horas. Ya en el de las siete, casi rezaba para no perderme mucho de Noah & The Whale, porque el tren aún tenía que llegar, parar y descargar a una marea de gente. Ya era casi imposible que pudiese ver algo de Here We Go Magic, por lo que nada más entrar me fui de cabeza al Palco Optimus. Debido a esto me perdí su inició del setlist con Life Is Life pero al menos no me perdí las geniales 5 Years Time y, por supuesto, L.I.F.E.G.O.E.S.O.N., con la que cerraron el recital.
Como The Antlers no es un grupo que me llame excesivamente la atención, ni a mi acompañante tampoco, pues nos dimos un paseo por la zona, compramos un refrigerio y esperamos (tampoco mucho tiempo) a que empezara el espectáculo de Mumford & Sons. Tuve la oportunidad de escucharlos en la pasada edición del FIB, y aquello había sido apoteósico. Sin embargo, en esta ocasión, y no entiendo el motivo, no estaba muy lleno de público el escenario principal, por lo que la experiencia de ahogo y falta de oxígeno vivida en Benicàssim desapareció. Otro punto a favor para gozar de Marcus (con la mano fastidiada) y «sus hijos». Como no podía ser de otra manera, los ingleses tocaron varios temas de su segundo disco, Babel, que verá la luz en septiembre. Así, comenzaron con la preciosa Lover’s Eyes en un repertorio en el que tocaron las enormes Little Lion Man, White Blank Page, Ghosts That We Knew (que ya pudimos escuchar en directo) o The Cave, con la que cerraron un concierto empañado un poco por los acoples que se notaban en el sonido, que obligaban al frontman de la banda a quitarse los cascos cada dos por tres.
Se podía leer en las pantallas: «No va al baño en los intervalos» Ahí queda eso.
Después de tanto salto tocaba un poco de descanso. Cerca del Palco Heineken pusieron una alfombra verde en la que uno se podía sentar y disfrutar en una gran pantalla de lo que pasaba dentro. Durante unos poco minutos pude disfrutar de Awolnation, o al menos de su final de concierto. El punto álgido llegó cuando tocaron la molona Sail y cuando el cantante, Aaron Bruno, se tiró encima del público cantando a pleno pulmón el Freedom de Rage Against The Machine.
Poco después, Tricky, al que tenía mucha curiosidad de ver en directo, convenció al público que se agolpaba en el palco cervecil subiendo la adrenalina un rato. Interpretando junto a Martina Topley-Bird su álbum Maxinquaye, el músico y productor se rodeó de un ambiente de luces azules para sacar adelante un repertorio en el que, hasta en dos ocasiones, decidió rodearse de sus fans en el escenario, entre los que cantó, saltó y se lo pasó en grande como si fuera uno más. Cuando la guitarra arrancó con los acordes del Ace of Spades de Motörhead, el palco casi se viene abajo.
Rezando para que ninguno de los que suba al escenario lo tire
Mientras Morcheeba dejaban contentos a sus fans en el escenario principal, había que atravesar, no sin dificultades, el centro del recinto. Por eso, para acabar antes (y también para acabar con el hambre), di un rodeo por la zona de comida y bebida. En Tanaka Music alabamos a los churreros del Resurrection Fest (como se puede apreciar todavía en nuestro Facebook), pero tengo que decir que las «farturas» portuguesas les dan mil vueltas. Lo comprobé un par de veces de camino al concierto de The Cure.
Quizás uno relleno de chocolate le hubiera venido bien a Robert Smith. A lo mejor con el subidón de azúcar se olvidaba un poco del rollo siniestro y además de tocar todos sus éxitos (no faltó ni uno) y darse abrazos a sí mismo se acordaba de eso que llaman interactuar. Es innegable que dio un conciertazo. Técnicamente son muy buenos y la voz de Smith está impecalbe. De otra forma no podrían estar encima de las tablas más de tres horas. Pero claro, temas tenían para aburrir, y eso es lo que pasó por momentos. Pero arrancaron bien con canciones como Pictures of You y con los ánimos del público muy arriba. Las grandes In Between Days y Just Like Heaven las tocaron seguidas, con lo que el suelo parecía arder bajo los pies de la gente. Pero a partir de ahí, cierto bajón. Entre la hora a la que empezó (12.00 horas) y la serie de canciones que precedieron a Friday I’m In Love, la actuación decayó un poco. Alargarlo hasta la hora que lo alargó no ayudó. Pero ellos pueden hacerlo, se lo han ganado de sobra. Y mantener esa vitalidad es realmente encomiable. De hecho, fue uno de los conciertos más destacados de todo el Optimus Alive pese a su veteranía, que en muchas otras formaciones se traduce en actuaciones en las que se transforman en meros «reproductores de música», que lo hacen todo lo bien que pueden. Ellos siguen en la brecha, y así lo demostraron. Que quieren tocar tres horas, que lo hagan. Son The Cure.
[toggle title=»Setlist de The Cure (Pulsa para ver)»]
Plainsong
Pictures of You
Lullaby
High
The End of the World
Lovesong
Mint Car
Push
In Between Days
Just Like Heaven
From the Edge of the Deep Green Sea
Trust
Want
The Hungry Ghost
Wrong Number
Bananafishbones
The Walk
Sleep When I’m Dead
Friday I’m in Love
Doing the Unstuck
Play for Today
A Forest
Primary
One Hundred Years
Disintegration
Encore:
The Same Deep Water as You
Encore 2:
Dressing Up
The Lovecats
The Caterpillar
Just One Kiss
Close to Me
Let’s Go to Bed
Why Can’t I Be You?
Boys Don’t Cry
Encore 3:
10:15 Saturday Night
Killing an Ara
b[/toggle]
Con Robert descansando en la caravana, y sin tiempo ni ganas para presenciar más grupos, tocaba el camino a la deseada cama. Todavía quedaba una dura jornada de festival por delante.
Igual que ya hicimos en la crónica del primer día del festival, aquí os dejamos el vídeo resumen que se encargó de realizar la organización. Se puede apreciar muy bien el ambiente, ¿verdad? Ah, y como no, una fantástica galería de imágenes, cortesía de Optimus. En nada, el último día, ¡con Radiohead!
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