El único miembro de su grupo de black metal se dirigía a un bosque noruego para una sesión fotográfica cuando atisbó una columna de humo proveniente de la iglesia de madera situada en el mismo.
Ni corto ni perezoso, cogió el extintor de su coche y se dirigió al pilar en llamas; mientras, su compañera fotógrafa llamaba a los bomberos y los pirómanos se escapaban a través de los árboles. Las patrullas contra el fuego llegaron algunos minutos más tarde junto a la policía pero ya no había ningún riesgo estructural para el edificio del siglo XIII.
Imaginación de lo que podría haber pasado.
El músico se convirtió al día siguiente en el héroe y primera noticia de su pequeño pueblo, pero no supieron de sus motivos verdaderos hasta que concedió una entrevista a un periódico de tirada nacional. He aquí la chicha de sus declaraciones:
Yo estoy totalmente a favor de la quema de iglesias, pero las cosas o se hacen bien o no se hacen. Los muy inútiles prentendían comenzar el incendio por los pilares de la entrada, y estaba más que visto que de esa manera iba a tardar una barbaridad en propagarse y la alarma saltaría de inmediato. Lo sé por la forma de las astillas y por haber visto arder muchas iglesias en su día.
Y además, ¿qué es eso de huir del lugar? Esto no debería ser un acto de vandalismo aleatorio, se trata de una demostración de fuerza ante toda la opresión judeo-cristiana que llevamos arrastrando tantos siglos. Y como tal debe ser admirada.
Ahí queda eso.