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Napoleón Solo

Rubén Moinelo + Napoleón Solo @ LeClub (26/10/2012)

Comienzan a bajar las temperaturas, llegan las primeras e intensas lluvias otoñales y algunas salas se convierten en ese refugio perfecto que nos hace partícipes de historias cantadas por artistas que nos atrapan una noche de viernes o sábado cualquiera. Pero para aquellos que no pudisteis asistir anoche a LeClub, no hay problema. Aquí debajo podéis leer una pequeña crónica del acogedor directo de Rubén Moinelo, cantante de Proyecto Kournikova, y la reconquista de Napoleón Solo sobre el escenario.

Rubén Moinelo

Queda ya bastante lejos cuando allá por el 2011 veía por primera vez a Rubén teloneando en aquella ocasión a Idealipsticks. Pero esta vez, guitarra en mano nos presentó algunas de las canciones que formarán parte de su nuevo trabajo en solitario que dará a conocer oficialmente a finales de este año y que según nos comentó, quizá lleve por título Permíteme, homónimo a uno de los temas. Durante la larga hora que duró su directo, además de repartir discos de su grupo entre los asistentes, fue intercalando alguna que otra anécdota sobre lo que hay detrás de la composición de cada canción: Número favorito, No encajaré o Todo fueron las encargadas de crear un ambiente agradable y de hacernos disfrutar hasta el último minuto, sorprendiéndonos al final con una versión de Socio de la soledad, del maestro Calamaro, dedicada a un amigo suyo escondido entre el público.

Pero llegaba el turno del ejército napoleónico. Ante una sala familiar y sin mucho tiempo de retraso, los granadinos subieron al escenario y con esa personalidad y pelazo que les caracteriza, comenzaron con Adiós, el primer corte de su nuevo trabajo Chica Disco. Un muy buen comienzo para introducirnos en ese sonido a psicodelia sesentera y continuar el ritmo de presentación con Sueña conmigo, No puedo disfrutar y Si el mundo se acaba. Hay que decir también que la dicha es buena aunque se haga de rogar porque la energía de estos muchachos llegó pero con tranquilidad. Los Alonso y compañía necesitaron un par de canciones para meterse en el concierto y meternos a todos con ellos. De noche, una de las grandes canciones del disco anterior, pasó desapercibida y dio paso a la potente El intercambio, donde el ver cómo bailábamos los hizo tocar y disfrutar con más ganas aún.

Napoleón Solo (4)

Pero lo mejor estaba por llegar. Alternando la presentación con comentarios entre el alma-máter de la banda y Jose, el bajista, dedicaron Ramira y dieron paso a uno de los temas que más tiempo llevan tocando, Dibujos. Estos muchachos saben perfectamente cómo y cuándo subir la intensidad y así nos lo hicieron saber: «estamos en el momento feliz, luego vendrá un momento triste y luego raro». Y resulta reseñable lo rápido que nos pusimos a corear y bailar los tres siguientes sencillos: Desastre No.1, Sentido y orden y Dama de cara blanca. Y no era para menos, lo estaban bordando y tenían que saber que en su concierto no estábamos Perdiendo el tiempo.

Tal y como hicieron ellos, que ni bajaron del escenario para empezar con los bises abriendo fuego con la preciosa Badidibú. Aunque particularmente disfruté mucho con el bolo, la última parte, más concretamente con el tridente: Tiene que acabar, Sospecho sospecho y su himno indie por excelencia, Lolaila Carmona, consiguieron a base de cuerdas y batería que se nos generara una explosión por dentro. Se divirtieron tocando y Antes de que ocurriera nos encontrábamos ayudando a cerrar un directazo acompañando en los coros y despidiéndolos entre aplausos.

Napoleón Solo

Adiós
Sueña conmigo
No puedo disfrutar
Si el mundo se acaba
De noche
El intercambio
Ramira
Dibujos
Desastre No.1
Sentido y orden
Dama de cara blanca
Perdiendo el tiempo

Badidibú
Tiene que acabar
Sospecho sospecho
Lolaila Carmona
Antes de que ocurriera

Y como «es de bien nacido ser agradecido» y ante la gran oferta musical que nos ofrecen últimamente las salas por el norte, no quería pasar por alto una pequeña mención al personal de dicha sala y que sigan así, tratando de acercarnos buenos grupos.

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V Hurricane Bob Dylan Tribute Fest

V Hurricane Bob Dylan Tribute Fest @ LeClub (A Coruña, 18/05/2012)

La noche del viernes prometía. Sobre el escenario bien escogido de la sala coruñesa LeClub se iba a celebrar la quinta edición del Hurricane Bob Dylan Tribute Fest, donde diversos grupos rendirían homenaje al trovador de Minnesota que en pocos días cumplirá setenta y un años. Adaptando su repertorio y, entre anécdotas que más adelante os contaré, los artistas encargados de hacernos disfrutar del pequeño tributo fueron: Rubén Moinelo, de Proyecto Kournikova; Javi Prado, de Moondogs Blues Party; The Efímeros, stereotipos y Néstor R. Pardo, de The Allnight Workers (además de artistas invitados).

V Hurricane Bob Dylan Tribute Fest

Alrededor de las once de la noche rompía el hielo Rubén Moinelo, cantante de Proyecto Kournikova, que intentaría defender sobre el escenario y entre alguna que otra historia, sus versiones de The man in me y She belongs to me, acompañado en alguna de ellas de Brais, otro componente del mencionado grupo. Habrá muchas canciones, pero justamente esas dos son quizá una pequeña muestra de lo que es Dylan, un cantante de mensaje profundo, bastante bien construido musicalmente, pero que resulta insustancial en directo por su pretendida pose de levedad. Un soso, vamos. Todo lo contrario que Rubén esa noche, que brilló especialmente en la adaptación del tema de Nacho Vegas, Un simple giro del destino, bien respaldado de Carlos Nárdiz a la guitarra, y de la que podéis disfrutar a continuación.

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Tras él, Javi Prado, muy elegante y totalmente concentrado, intercalando el inglés y el castellano en las letras, estuvo bien arropado por el público y poco a poco fue desgranando un pequeño repertorio del que disfrutamos tanto cantando y aplaudiendo, como escuchando las historias y «piropos» que soltaba sobre la música de Bob: «las letras de Dylan son como él, un monstruo de siete cabezas». Sonaron, entre otras, una versión del Knockin’on Heaven’s Door, aunque con otro maquillaje: Knockin’on Hell’s Door; la versión de Kiko Veneno de Memphis Blues Again y la preciosa The Weight, de The Band. La verdad es que el tema éste tema le quedó redondo pese a ser de un grupo que acompañó al cantante de folk en sus giras allá por los 60 y canción que aparece también en la banda sonora de ‘Easy Rider’, todo sea dicho.

Tras un breve cambio de set comenzaba la actuación de Efímeros, o más bien, Eduardo Herrero, su mujer Mar Blanco y Rod, que llegará al mundo con un disco de Dylan bajo el brazo y con el que enamorará a más de una tomando como ejemplo las historias de sus padres. Subieron al escenario y emocionar fue lo que consiguieron con cada una de sus interpretaciones. Empezaron con You Ain’t Goin’Nowhere seguida de una balada Billy the Kid, tema principal de la película homónima. Para Boots Of Spanish Leather y You Angel You contaron con el acompañamiento de Borja a la guitarra y cerraron Blowin’ In The Wind, una canción con una letra que parece haber sido escrita ayer y que sus frases nos golpean llegan muy adentro: «How many deaths will it take till he knows, that too many people have died?»

Efímeros

Era el turno de stereotipos. La imponente voz de Manu, fuera de cualquier prejuicio indie, sonó con un punto más extrañamente romántico sobre el escenario, acompañada de su armónica y de Pablo a la batería. Pronto arrancarían con Make you feel my love y una brillante versión de Just like a woman. La pasión con la que encaró el tema nos permitió sentir lo que estaban interpretando y después de alguna broma sobre la duración de las canciones del genio, terminaron por segunda vez en la noche, con Simple twist of fate.

Néstor R. Pardo subió solo al escenario. En un momento consiguió silenciar al público y arrancó con It Ain’t Me Babe. A pesar de que nos anunció que luego tocaría algo de Estopa, afortunadamente, continuó con más canciones Dylan: Girl from north country, Man of constant sorrow, sonaron entre alguna que otra improvisación a medida que le salían acordes. Pero un pequeño escalofrío recorrió a más de uno cuando nos deleitó con Don’t think twice, It’s all right. El sonido cambió y pronto llegaría el final de su, en mi opinión, arriesgada, original, divertida y muy buena actuación.

Fue entonces cuando todos los artistas que habían pasado por el escenario se atrevieron con dos de las canciones más conocidas de Dylan: Like a Rolling Stone y Knockin’on Heaven’s Door, que fueron una epifanía para más de uno. Les quedaron diferentes y bonitas sí, y sin duda, por sus caras, fue uno de esos momentos que disfrutaron mucho más los protagonistas, por especial, que nosotros los espectadores.

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