Otro de los regresos más esperados es el de Wolfmother. Tras hacer un expléndido debut con su disco homónimo en 2005, había llegado a cotas de éxito enormes con temas como Woman, White Unicorn o Dimension. Su fórmula era un hard rock con pinceladas de stoner rock y daban lugar a auténticos temazos. Pero no todo es ángeles y florecillas. Los problemas llegaron al grupo en agosto del año pasado y dos de sus miembros originales, el bajista y teclista Chris Ross y el batería Myles Heskettse, se fueron de él dejando al polifacético Andrew Stockdale al mando de la nave. Ellos alegaron «problemas personales irreconciliables y diferencias musicales», es decir, mal rollito, pero Stockdale prometió a los fans del grupo que cogería el timón del barco y lo llevaría de nuevo a buen puerto con nueva tripulación. Los elegidos para tal objetivo fueron el bajista y teclista Ian Peres, el guitarrista rítmico Aidan Nemeth y el batería Dave Atkins. ¿El resultado de este viaje? Podríamos pensar que el grupo estaría acabado sin el resto de fundadores y que todo se iría a pique, pero nada más lejos de la realidad. Pese a recibirlo con escepticismo y a no llegar al nivel de su primer disco (porque evidentemente es mucho nivel), es un discazo. Es mucho más de lo que nos esperábamos de él, sinceramente.
Andrew explicando cómo hacer para tener su peinado
El álbum fue grabado en tan sólo dos meses (abril y mayo de este año) en los Sound City Studios y los Sunset Sound Studios de Los Ángeles, y el encargado de la producción ha sido Alan Moulde, conocido por sus trabajos con grupos de la talla de Depeche Mode, Lostprophets, Nine Inch Nails, A Perfect Circle o The Smashing Pumpkins, entre otros. No tardaron mucho en lanzar el primer single de presentación titulado Back Round. Pudimos disfrutar de él el 2 de junio y más adelante, el 25 de agosto, New Moon Rising fue el primer single en salir a la venta. El 23 de octubre el disco entero salió al mercado y no tardó mucho en llegar al top de las listas de medio mundo. Sufrimos un pequeño bombardeo publicitario en Spotify una vez salió el disco, pero valió la pena.