Ya veis que los chicos de Tanaka somos gente muy ocupada. Si bien ayer nuestra compañera Scared Queen nos traía una estupenda crónica de Interpol, hoy nos toca hablar a Jimmy Jazz y a mí del concierto que dio Ska-p en el Coliseo de Coruña. No podríamos hacerlo, claro está, si no llega a ser por los chicos de Estrella Galicia que amablemente nos cedieron unas invitaciones. Nosotros les correspondimos tomando un par de esos estupendos brebajes de Hijos de Rivera, los cuales nunca están de más y además te dejan el corazón calentito para aguantar todo el concierto.

¿Qué lleva a una persona ya entrada en años a ver un concierto de Ska-p? Es algo que me pregunté durante toda la semana. Visualizaba el concierto rodeado de pre-púberes sin sentido ninguno de la política, coreando himnos no sin cierto halo hipócrita, dando botes y abrazados a sus compañeros de jarana maldiciendo al sistema opresor por no dejarles fumar sus canutos al aire libre. Me equivocaba en lo de pre-púberes.

Juraría que Ska-p habían pasado de moda ya. Que es un grupo de esos que dejas de escuchar cuando te llega la madurez mental y musical. Básicamente cuando te das cuenta de que se quejan de todo el sistema, pero te cobran 20 € por entrada y llevan años con un contrato discográfico con Sony BMG. A mi mente vienen canciones como Punkis millonarios, de los DDT, que bien se podría aplicar el cuento con los amigos mohawks de Ska-P. Pero en fin, como esto sería caer en una serie de falacias del tipo haz lo que digo y no lo que yo hago, la fórmula anarquista sigue vendiendo entre muchos jóvenes desencantados con el estado de lo político y social, y además seguro que donan todo lo que pueden a todas las causas que apoyan en sus canciones, pues nos pondremos con lo musical.

Mi libreta y mi memoria me fallaron porque tenía apuntado que habían abierto con El Libertador, pero Jimmy Jazz fue más perspicaz que yo y me confirmó que empezaron con Estampida. Siguieron con Niño Soldado, de su álbum Que corra la Voz (2002). Parecía que se estaban dando cuenta de lo que pasaba por mi cabeza, porque gritaban que mi indiferencia no tenía perdón. Tras un de puta madre supongo que alentador para las primeras filas, continuaron con Ni Fu Ni Fa, cántico anti-democrático y muy crítico con la ley de partidos y el bipartidismo actual en España. Tras esto, llegó uno de los clásicos: Romero el Madero, caricaturesca crítica a la figura policial estatal. Siguieron Eres un@ más y Mis colegas, tras la cual vino una pequeña improvisación.

Dramatización. Foto de un concierto en Alemania.

La noche se iba poniendo más divertida. Crimen Sollicitationis y luego la más coreada y conocida por esta generación: Cannabis. A pesar de todo, parece que el Coliseo registró una buena entrada. El foso estaba repleto y parte de las gradas estaban ocupadas por los más recelosos de saltar. Los chicos de Ska-p no se amilanaron y lucharon la xenofobia con A la mierda, se quejaron de las etiquetas con Derecho de admisión, de las multinacionales con Mc. Dólar y del mundo en general con Planeta Eskoria. No pudo faltar tampoco El Vals del Obrero, canción incluida en uno de los recopilatorios Vertigo, por el cual llegué a conocer el grupo que hoy nos ocupa. Eran otros tiempos. Tiempos en los que llegó a gustarme Seguimos en pie, que fue la siguiente en el setlist de la noche. Por aquí tengo apuntado «No sabes lo que es tener a alguien en la mina». Por algo será.

Con eso parecía acabar todo, un Gracias Galicia, y congratulaciones también para todos los que habían venido desde Asturias y León, que no eran pocos. Y entonces llegaron los bises: Kasposos, donde se despotrica de videntes y estafadores no sin razón. La gente pidió más y más, otro bis, y no fue difícil ofrecérselo. Con un Visca Catalunya antitaurina! y gente acordándose de Losada -alcalde de Coruña- y las touradas, comenzó Wild Spain, manifiesto antitaurino en toda regla. Estos chicos no descansarán hasta la abolición. Nos ofrecieron también Welcome to Hell, tras la cual vino un cántico a favor de la causa palestina: Intifada. Seguidamente el -para mi gusto- mejor momento del concierto: El Gato López. El siguesiguesiguesiguesiguesigueló es muy pegadizo y siempre tuvo un algo especial.

Con el concierto dando sus últimos coleteos, se presentaron los miembros del grupo y gritaron con mucha insistencia aquello de resistencia, desobediencia. Y cuando digo que insistieron es que realmente lo hicieron. Hasta siempre Galicia y luego festón do millón, como decimos por aquí.

Como podéis comprobar fue un concierto bastante regulero. No había disco que presentar, así que hicieron un buen repaso por toda su discografía, desde El Vals del Obrero (1996) hasta el último Lágrimas y gozos (2008). El sonido no fue todo lo espectacular que podría ser, apenas se distinguían las letras, pero suponemos que es todo lo que el Coliseo puede dar. Y tampoco es que Ska-p sea un grupo en el que haya que pararse a escuchar los arreglos musicales.

Haters gonna hate. Fuente: Flickr.

Por cierto, a pesar de que en el título pone que también estuvieron tocando Konflikto de teloneros, las estrellas se alinearon en malvada constelación para impedir que entráramos a verlos. Una lástima, seguro que fue un conciertazo. Lamentamos también la falta de imágenes del evento. Al Sr. Tanaka todavía no le da el presupuesto para cámaras desechables.

Jimmy Jazz comenta: Nada que añadir a la estupenda crónica de mi compañero Mr. Mandarina. Seguí a Ska-P durante un tiempo y creo que tienen cierto mérito que debe ser reconocido. Aún así, es fácil vender la fórmula Marihuana+Anarquía+Cerveza+Estamosoprimidos. Y lo dice alguien que adora y defiende a ultranza la música como arma social. Pero a Ska-P ayer se le pedía que demostrara en el ruedo que son una banda potente, que ir a un concierto suyo es una fiesta y experiencia inolvidable y… en absoluto fue así. Voy a ser duro con Ska-P porque creo que se lo merecen y su público (aunque no sean quizás los mas exigentes del mundo) no se merecían el concierto de ayer. Es muy fácil hacer un conciertazo si eres un grupo de ska fiestero y combativo ultra-consagrado, que vas a conseguir ocupar bastante decentemente un sitio tan grande que se celebran corridas de toros en él, que va a llegar gente de fuera de Galicia incluso a pesar de los 20€ de entrada (que no es excesivamente caro, pero que le llega) y además suficientemente borrachos como para disfrutar de casi cualquier cosa que hagas. Ahora, si el concierto de ese grupo da una imagen de que podría ser substituído por un cd en una minicadena, pues algo falla. Ska-P tuvieron todo en su mano para hacer de la fiesta (que claro, la hubo, ¿como no la iba a haber? Aunque saliera María Dolores Pradera ese público iba a montar fiesta) un evento apoteósico y se quedó en algo flojo, gris, mediocre y muy olvidable. El sonido pobre, la actitud para salir del paso y la puesta en escena cutre. Cuando un concierto no es bueno hay que decirlo y cuando haces pagar 20€ por un concierto que no va a salientar precisamente por lo elaborado de la música, al menos da un buen espectáculo. ¿Mi impresión final de ayer de Ska-P? Insisto: Descafeinados, resacosos, flojos. Será que nos hicimos mayores y el vals del obrero dejó de sonar hace tiempo. Será por eso.