Los estigmas musicales son difíciles de quitar. Un verdadero heavy te dirá que grupos como Linkin Park o Limp Bizkit son basura al lado de los Maiden o Judas Priest. Un moderno te dirá que «el primer disco era mejor». Con Camela el prejuicio es enorme. Estamos acostumbrados a verlos más como freaks que como artistas. Puede que sean material para saltamontes, ferias y fiestas horteras y tremendamente cañís. Pero llevan desde 1994 siendo fieles a un estilo que les ha reportado múltiples discos de platino y oro. Tienen a un público concreto, sí, pero también acérrimo. Lo que vengo a decir es que su tecno-rumba también es arte, y al menos ellos pican, cuecen y guisan sus propias canciones. No hay nada que envidiar al tecno-pop que profesan otros. Camela es el segundo grupo que más discos ha vendido en los últimos 20 años, por detrás de La Oreja de Van Gogh. Respeto.
Nosotros sí nos reímos de los prejucios.
Hay un par de elementos característicos que diferencian Camela de cualquier otra cosa: las voces de Ángeles Muñoz y de Dioni y el sonido Casio orquestero. A pesar de que este último ya está menos marcado en esta década, sigue estando presente de alguna manera en las últimas composiciones del trío madrileño. Atrás quedaron éxitos como Corazón Indomable o Lágrimas de amor. Han madurado, están en una gran discográfica (EMI) pero siguen haciendo lo que siempre han hecho: cantarle al amor, al desamor y ponerle música. Y mal no lo deben hacer, cuando su último disco La magia del amor, publicado el 31 de mayo, se colocó la semana de su lanzamiento en el número dos de ventas únicamente por detrás del Material Defectuoso de Extremoduro.
Y digo que Camela ha madurado, y eso se nota. Bajo la batuta del productor Jacobo Calderón (Sin mirar atrás de David Bisbal, o premio de la música al mejor álbum de canción española de 2008, Toda mi verdad, de Pastora Soler), han sabido impregnar de modernez y sofisticación sus nuevas canciones. Ya solo el comienzo guitarrero de Olé denota un profundo cambio en la apariencia.
Camela coquetea con el pop más convencional con Al son de la melancolía o No tengo remedio, dándole a veces aires rockeros como en Te recordaré. Sin embargo no olvidan su estilo más personal, único y reconocible, y dan fe de ello las bailables Eso del amor o Con lo que me ha costado, incluso la que titula el disco, La magia del amor. Confieso que me he pillado dándole al pie al ritmo de alguna de ellas.
Camela – Si digo te quiero
Sin embargo, los hits del disco son el bien elegido primer single Olé, sin duda la más comercial de las canciones, y la titulada Si digo te quiero, la más bailable y decente a mi parecer poco acostumbrado a lidiar con este tipo de música.
El toque lento del disco lo proporcionan las baladas Déjame contarte y Pequeño valiente, algo flojas pero no más que la electrónica ¿Dónde estará esa niña?. No incluida en el disco pero sí en iTunes está la emotiva Yo también en colaboración con Cristian Gálvez, cuyos beneficios irán destinados a la ONG Proyecto Protect.
En definitiva, Camela suena diferente pero mantiene su esencia. La fructífera asociación con Jacobo Calderón ha aportado frescura al trabajo, resultando un disco más moderno pero igual de bailable y marchoso, que quizás decepcione a los puristas de Camela. Me pregunto si existirá alguien así. Ángeles y Rubén Martín (hijo de Dioni) han seguido encargándose de la composición de los temas, y en aspecto puramente musical Lauren Stradmann de la batería, Juan Carlos Gibaja del bajo, Juan Guevara de las guitarras y Faluki Torres de la guitarra flamenca. Con este La Magia del Amor, Ángeles Muñoz, Dioni Martín y Miguel Ángel Cabrera dan un paso al frente al tiempo que suben un gran escalón, intentando hacer un álbum más popular que intente colarse en el hogar del español medio. En las listas de ventas, al menos, sí lo ha conseguido.
Tracklist:
1 – Olé.
2 – Si digo te quiero.
3 – Al son de la melancolía.
4 – Te recordaré.
5 – La magia del amor.
6 – No tengo remedio.
7 – Eso del amor.
8 – ¿Dónde estará esa niña?
9 – Con lo que me ha costado.
10 – Déjame contarte.
11 – Pequeño valiente.
Camela: Web Oficial | Facebook
Una de los mejores reviews que he leído en mucho tiempo. Sí señor.
Estoy con Baro, es una crítica redactada de forma soberbia. Me quito honestamente el sombrero, esto es periodismo musical del bueno.
¿Ah, pero… es que Linkin Park y Limp Bizkit no eran basura? (sobre todo estos últimos: llamándose «galletita coja» no se puede esperar mucho de ellos)
No te quedes con el símil, quédate con CAMELA.
Bueno, pues si de Camela hay que hablar, diré que no me sorprendería una demanda de Disney por plagiarismo portadil. La portada es jrande, y mucho :-D
Todos tenemos muy dentro de nosotros una vena Camelera.
¡Enorme review, querido Mr. Mandarina! xD