Si llevas realizando un festival con éxito durante ocho años y decides hacerlo de pago te arriesgas mucho. Para empezar, tienes que elegir muy bien los grupos que quieres llevar y que, después, la gente responda con su asistencia. Tras ver los resultados, se puede decir que en el Concello de Meis saben hacer bien las cosas, porque traer a los granadinos Lori Meyers y a Fuel Fandango fue todo un acierto. Y no es que lo diga yo, tan solo hay que fijarse en los datos: cerca de 2.800 personas llenaron el recinto, aumentando incluso las que asistieron el año pasado (¡y eso que era gratis!).

El pájaro rojo canta, el verde escucha. Ya, a mí tampoco me convence

Parece que por no ser un ayuntamiento muy importante dentro de la provincia de Pontevedra, el público, así como los conciertos, no se pueden comparar a otro sitios. Vale, no fue un gran número de personas, pero el nivel musical fue muy alto y se batieron récords de asistencia, que no es poco. Las entradas (salvo las sorteadas en Tanaka Music) costaban cinco euros en venta anticipada y nueve euros en taquilla. Además, creo que es de recibo destacar dos aspectos importantes de este festival. El recinto estaba en una muy buena zona, con la acampada tan solo a 50 metros de la entrada y con varios puestos de productos hechos a mano y comida, de esa festivalera, además de la buena visibilidad del escenario, ya que hay un pequeño desnivel (como si fuera un cine). El otro aspecto que me gustaría destacar fue el ambiente. Lo normal son los empujones, pisotones y ropa manchada por las bebidas de los demás, pero nada de eso. Es cierto que el público no estaba frente a grupos que les llevaran a bailar ‘pogo’, pero el buen rollo se hizo notar tan pronto pasabas el control habitual con tu pulserita.

El dedo de Mourinho, hasta en el Dolorock

La apertura de puertas fue a las nueve y los primeros en saltar a las tablas fueron los vigueses Maryland. Tras su primer disco, Surprise (2009), el grupo de la ciudad olívica acaba de publicar Get Cold Feet, y se notó que están inmersos en la promoción del disco porque lo dieron todo con su powerpop o, como dice nuestro compañero Kid A en su crítica sobre el largo publicado por Ernie Records, con su emo-pop.

Maryland

Los siguientes que quisieron montar un show en el escenario (y de los buenos) fueron los caracenses (quicir, de Guadalajara) Idealipsticks. Con dos discos en su haber, el dúo formado por Eva Ryjlen (guitarra y voz) y Jave Ryjlen (guitarra y voz) dejó descolocados a todos aquellos que creían que el Dolorock era un festival «muy indie» con sus ritmos rockeros. Podías salir del recinto que no pasaba nada, el sonido de la potente guitarra se hacía notar en toda la parroquia y hasta la estatua típica de Meis temblaba. Tras tocar varios de los temas de su último disco, Sins & songs (2010), dejaron paso a uno de los grandes del cartel.

Idealipsticks

A veces las mezclas dan resultados sorprendentes. Si no, que se lo digan a los componentes de Fuel Fandango. El dúo, formado por la cantante cordobesa Nita y el productor y discjockey canario Ale Acosta (de Mojo Project), dieron el campanazo en el escenario de Meis acompañados por el batería Carlos Sosa. Micrófonos, batería, teclado y hasta la propia cabeza de la cantante estaban llenos de flores, evocando, sin duda alguna, ese sentir flamenco que gusta tanto por el sur. Y Nita, abanico en mano durante prácticamente toda la actuación, empezó con los primeros acordes de las canciones de su disco, Fuel Fandango (2010), del cual salió una edición deluxe el pasado 15 de junio.

Uno de los puntos álgidos del repertorio llegó con la canción Always Searching. Las luces se apagaron, y en la penumbra una base pregrabada empezó a sonar mientras la cordobesa empezaba a moverse como lo haría toda una bailaora, agitando de una forma hipnótica su inseparable abanico. Otro de los buenos momentos que dejaron fue la canción Shiny Soul, o la jodidamente pegadiza Talking. En marzo estuvieron en la Sala Karma de Pontevedra y dieron otro conciertazo, pero parece que al aire libre y con más espacio en las tablas se desenvuelven todavía mejor que en un sitio cerrado.

Fuel Fandango

Y llegó el momento que muchos de los asistentes estaban esperando. Y los granadinos Lori Meyers no defraudaron en absoluto. Desde que se creó en 2003 hasta esta edición (en la que al nombre Dolorock se le añadió eso de Festival Rías Baixas), el grupo es el único de fuera de la comunidad gallega que repite participación, ya que también tocaron en Meis en el año 2007.

El cantante y líder del grupo, Antonio López ‘Noni’, comenzó el recital con un «Boas noites, Meis» que encendió al público desde el primer minuto. El último disco de estudio de la banda, Cuando el destino nos alcance (2010), que no ha cuajado muy bien entre los seguidores más fieles, fue el gran protagonista en un set list que hizo que lo mejor estuviera reservado para el final. Los primeros acordes de Mi realidad calentaron un ambiente que se estaba quedando frío en una de esas noches de «verano» gallegas. ¿A-ha han vuelto? y uno de sus mayores éxitos, Alta Fidelidad, pusieron el punto final a un concierto que fue de más a menos y que dejó contento a todos los fans que se dejaron ver durante la hora y media que actuaron.

Noni, de Lori Meyers

Hay que decir que la fiesta siguió hasta bien entrada la madrugada con la gran Eme DJ y con Fiumichino DJ, aunque un servidor ya no estaba allí para verlo. Pero sí que hay que decir, que mientras Eme se preparaba para dar caña, mucha gente se quedó por los alrededores esperando a que comenzase.

El Dolorock nunca había sido un festival que llamase mucho la atención, y justo cuando hay que pagar para asistir, se rompen todos los moldes. Más gente, grandes grupos y un ambientazo general digno de admirar. Si el año que viene es la mitad de bueno, el público se puede ir bien contento para casa.

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