Tras la publicación de un disco que ha dejado descolocado a más de uno, los Arctic Monkeys, otrora adolescentes hiperactivos y hormonados ahora convertidos en galantes rockeros, comenzaron su paso por España en el gran Palacio de Los Deportes de la Comunidad de Madrid, el paso siguiente al Vistalegre de su última visita, lo que denota ya de entrada un interés creciente del público y una mayor dimensión del grupo.

Abre la noche un más que acertado y bien ejecutado recital de Miles Kane, compañero de faena del Turner de los Arctic, que repasa unos cuantos temas de su disco de debut, The Colour Of The Trap con una energía y un desparpajo admirables. Solos de guitarra clavados, interacción con el público y adrenalina a raudales. Su paso por el escenario no deja a nadie indiferente y todos quedamos más que satisfechos (cosa que rara vez ocurre) con el telonero de la atracción principal.

Tras más de veinte minutos hacen su aparición en escena los protagonistas de la noche. Sin una escenografía ostentosa a sus espaldas pero bien equipados con sus galas más cincuenteras los Arctic toman el escenario y comienzan con Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair. Es de esas canciones, junto con Brick By Brick, que si bien en el disco resultan poco agradecidas en directo cobran una nueva dimensión, permiten jugar más y calentar como es debido. De pronto, de la nada, dan un salto hacia atrás de casi cuatro años y se marcan Teddy Picker, uno de los trallazos más directos de su segundo trabajo, Favourite Worst Nightmare, al que le sigue casi sin descanso un perfectamente despachado Crying Lightning. Empezamos a creer que no va a haber tregua, y estamos en lo cierto. Volviendo a su nuevo trabajo hacen aparición The Hellcat Spangled Sha La La y una de mis favoritas: Black Treacle.

Los monos se toman un descanso para dar las gracias y compartir unas palabras con el público. El propio Turner nos comunica que “va a ser una noche llena de música y de alguna mierda algo más vieja” y, sin más dilación, nos ametrallan con Brianstorm. Siguen su recorrido por lo que más saben que los fans van a agradecer dando otro salto hacia atrás (y, de hecho, en palabras de Turner, “esta es para vosotros”) y se marcan del tirón The View From The Afternoon y I Bet You Look Good On The Dancefloor. A esta le sigue la psicodelia oscura de Library Pictures, Evil Twin (inesperada cara B sobre el escenario que se agradece) y Brick By Brick. Volviendo a temas más oscuros hacen entrada This House Is A Circus y Still Take You Home. A estas alturas es ya más que evidente que la actitud de estos cuatro muchachos ha cambiado (para muy bien) sobre el escenario: son más teatreros, son más entregados. Son, en definitiva, mayores. Pero esto, a sus himnos más antiguos le sienta de lujo, ninguno de ellos pierde un ápice de fuerza ni actitud.

Nosotros todavía no lo sabemos, pero quedan apenas tres canciones para que los monos salgan del escenario y esperen al “otra, otra”. Mientras tanto y elogiando a su teclista, se marcan Pretty Visitors, un pequeño bajón dentro del repertorio que parece más un ejercicio de lucimiento instrumental por parte del grupo. Turner se deshace de su guitarra, agarra el micrófono y se convierte aún más (si cabe) en el centro de atención, en la estrella del show. Salta de un lado a otro, nos seduce y dirige los movimientos de nuestras manos durante el estribillo. Llega el momento de otra de mis canciones favoritas: She’s Thunderstoms. Desde que la oí por primera vez al hacerme con el nuevo disco sabía que iba a ser un discazo, resume todo lo que vendrá: el colorido, la actitud, la nueva dirección. Y en directo suena demoledora. El precioso arpegio con el que Turner comienza a cantar solo da paso a la batería, el bajo y la segunda guitarra que construyen el tema hasta que este estalla en una canción de pop psicodélico perfecto. Después de tanta oscuridad, todo se ha iluminado otra vez. A este le sigue Do Me A Favor, quizá otro pequeño bajón en el setlist pero que queda más que solventado con When The Sun Goes Down, en la que el Palacio se viene abajo.

Abandonan el escenario y queremos más, mucho más. Y, a la vuelta, nos lo dan. Retoman con calma y buen hacer con Suck It And See, que a pesar de su carácter de balada más intimista suena muy contundente y llena de nuevo el recinto. A esta le sigue un nuevo favor para los fans, la esperadísima Fluorescent Adolescent. Coreamos cada palabra y olemos el final, esperamos ansiosos el último tema que estos cuatro monstruos nos van a regalar y, por fin, suben al escenario a Miles Kane pero, ante nuestra sorpresa, para interpretar otro tema del Favourite Worst Nightmare, 505.

Uno termina con la inconfundible sensación de que ha acudido a un despliegue de rock y actitud sobre el escenario más que sobresalientes. El grupo ha tocado bien, ha sonado bien, se lo ha pasado y nos lo ha hecho pasar bien. Han crecido y, de alguna forma, nosotros con ellos. Cuando uno llega a casa le falta un Cornerstone por allí, un Reckless Serenade por allá o quizá una de Old Yellow Bricks, pero en ningún casi se echaron de menos mientras los cuatro de Sheffield estaban dejándose la piel en la tarima.

Setlist:

1. Don’t Sit Down ‘Cause I’ve Moved Your Chair
2. Teddy Picker
3. Crying Lightning
4. The Hellcat Spangled Shalala
5. Black Treacle
6. Brianstorm
7. The View From The Afternoon
8. I Bet You Look Good On The Dancefloor
9. Library Pictures
10. Evil Twin
11. Brick By Brick
12. This House Is A Circus
13. Still Take You Home
14. Pretty Visitors
15. She’s Thunderstorms
16. Do Me A Favor
17. When The Sun Goes Down

Bis:
18. Suck It And See
19. Fluorescent Adolescent
20. 505 (con Miles Kane)

Gracias a Eva Robleño por las fotos.

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