Xiu Xiu

Xiu Xiu @ Teatro Lara (Madrid, 27/03/2012)

Aunque una primera aproximación a la obra de Jamie Stewart y los suyos (esta no es una banda en el sentido tradicional, sino en el cada vez más común formato de artista que se rodea de unos músicos que pueden alcanzar más o menos relevancia, pero siempre al servicio de algo cuya autoría les es ajena) dé pie a pensar en una banda caprichosa, cuyas composiciones vienen determinadas de una manera más clara por los caprichos de su creador, la realidad revela que en Xiu Xiu el azar juega un papel tan determinante como el que pueda desempeñar en un cuadro de Antonio López. La minuciosidad con la que cada instrumento era afinado y las meticulosas pausas entre canción y canción del concierto que ofrecieron el pasado día 27 en el Teatro Lara de Madrid demuestran que los impulsos y arrebatos que marcan el ritmo de sus actuaciones están perfectamente domesticados.

Xiu Xiu

Jamie y otros tres. Jamie es el de la gorra.

Precedidos por un señor que se llamaba Lenticular Clouds y que estuvo un buen rato combinando cortes de audio donde se escuchaban fragmentos de la Larousse y cosas así muy electrónicas, lo cierto es que las duraciones de ambos artistas no estuvieron especialmente bien distribuidas, habida cuenta de los condicionantes que marcaban su inicio y su final (respectivamente, el partido, ¡partidazo!, del Real Madrid y el cierre del metro), puesto que la duración de telonero y teloneados estuvo casi a la par, más si tenemos en cuenta el tiempo efectivo de actuación, que en el caso de los segundos reduce ampliamente la cifra, debido a las largas pausas preparatorias a las que ya he hecho referencia.

La hora corta de espectáculo ofrecida por los californianos, iniciada con una ceremonia a medio camino entre el reparto de runas y el juego de la galleta, cuyo ritual divirtió más de lo que desconcertó, se distribuyó, aproximadamente, a partes iguales entre el larga duración que se presentaba, Always, del que se rescató aproximadamente la mitad de cortes, y un surtido variado con pistas de los trabajos que preceden a este. Un último trabajo, de notable, que no marca un punto y aparte en su discografía, pero que también dista mucho de poderse considerar un lanzamiento de relleno, todo lo continuista que se puede ser en el caso de Xiu Xiu, estuvo representado por canciones que se merecen un lugar destacado dentro de su repertorio, como (en menor medida: a esta sí se la podría acusar en cierta manera de jugar sobre seguro eligiendo la baza de hacer lo de siempre) Hi, Joey’s Song o, sobre todo, algo tan intenso como Honey Suckle.

Del repaso por el resto de su filmografía consiguieron pedrea prácticamente todos sus álbumes, aunque los premios gordos se los llevase su álbum con más repercusión, Fabulous Muscles, del que se extrajeron la canción homónima que abrió el concierto y también la que, para desesperación de todos los que esperábamos un bis (es decir: la totalidad de espectadores), lo cerró, I luv the Valley OH! Entre medias, también aparecieron The Air Force (The Fox and the Rabbit), su penúltimo álbum, Dear God I hate myself (This too shall pass away), A Promise (Sad Pony Guerrilla Girl) o Knife Play (Suha).

Sin embargo, las estrellas de la noche fueron, primero, su respetuosísima y sorprendentemente reconocible versión de Ceremony, mucho más cercana a New Order que a Joy Division, y, al final, la canción que uno de los componentes del grupo interpretaba en el piano que se encuentra en el descansillo de la sala para pasmo de los que nos habíamos quedado con ganas del bis y que, en su defecto, nos íbamos conformando con el premio de consolación en forma de payasada de despedida.

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Acerca de Pero vistes bien

Hola, qué tal. Yo bien, aquí, tirando. Pero hablemos de música. Me molan los grupos chulos; los otros ya algo menos. Diría que eso lo resume todo con respecto a mí: ahora habladme de vosotros.