Noviembre de 2010 en Madrid puede ser considerado como el mes de los conciertos. Prueba de ello es que el sábado pasado, todavía con la resaca del viernes (no sólo conciertil, sino también etílica) volvía a disfrutar de nuevo de otro directo, el de los neoyorquinos Interpol en el Palacio de Vistalegre de Madrid. La cita en la capital encajaba en el marco de su gira europea, en la cual ya habían hecho paradas en España en septiembre, como teloneros de U2, y a principios de octubre, tal y como os contó mi compañera Scared Queen. 1, 2, 3, 14, que empiece la crónica.
Sólo había una cosa que me daba pánico la noche del sábado: el hecho de que la actuación fuese en el Palacio de Vistalagre, famoso por su supuesta horrible acústica. Y mis temores se hicieron patentes durante la actuación de los teloneros Surfer Blood, quinteto norteamericano que practica un revival del surf rock y del sonido rock de finales de los noventa (han sido comparados en exceso con Weezer). Correctos y muy entregados, tuvieron la mala suerte de sonar mal (muestra de ello era que la batería, en determinados temas, hizo eco en todo el Palacio, o el hecho de que la guitarra del cantante a penas se oyese), por lo que su directo, más que disfrutarlo, los asistentes tuvieron que sufrirlo. Una verdadera lástima que espero poder solucionar si anuncian fechas para salas españolas.
¿Adolecería el concierto de los chicos de Paul Banks de semejante aberración acústica? Por suerte o gracias a unos técnicos muy aplicados, no. El cuarto neoyorquino, convertido ahora en trío tras la salida de su bajista Carlos Dengler (sustituido en los conciertos de la gira por Dave Pajo) sonó muy bien en Vistalegre. Abrieron su directo con la primera canción de su último LP, Success, donde la tan peculiar voz de Banks invadió Vistalegre desde la primera estrofa, seduciendo a un público entregado nada más empezar. Tras los agradecimientos en español por parte de Paul, el reconocible riff de Daniel Kessler en Say Hello to The Angels encendió los ánimos de los asistentes, que comenzaron a dar botes en las primeras filas. Y aunque era la gira de presentación de su último trabajo, los guiños al pasado continuaron: otro rasgado de guitarra, esta vez el de Narc, que sonó mucho más rápida que en estudio, mantuvo el éxtasis de los presentes. Con Lenght Of Love, Interpol siguió el trazado marcado hasta el momento: deleitar a los fans con los temas más añejos de la banda.
Interpol y su humo, al comienzo de su actuación
De nuevo, agradecimiento por parte de Paul Banks en un perfecto español y anuncio del próximo tema, Summer Well; aquí la carga del tema la llevaron los teclados y el bajo, junto a un estribillo que fue coreado sin falta por la audiencia del Palacio. Relajó el ambiente y lo preparó para las baterías densas de Rest My Chemistry, que impregnó todo de una atmósfera bastante oscura. No obstante, la bajona no duraría gran cosa: las guitarras rápidas volvieron a escena con dos hits de la banda: Slow Hands y C’mere, desamoríos que sonaron correctos pero que volvieron loco al público (servidor incluído).
¿Es un ovni? No, es Interpol. Y su humo.
Interpol buscaban crear ambientes con cada tema, sobre todo si atendíamos a la iluminación y al montaje que llevaban: una carpa enorme que rodeaba el foso y juegos de focos basados en contraluces, que conseguían proyectar en la carpa enormes sombras de toda la banda que parecían amenazar a los asistentes. Imaginad todo eso unido a Untitled, una canción de post-rock de baja intensidad, y la voz de Paul: para mí los más notable de todo el concierto, singles y “temazos” aparte. La canción fue enlazada, vía distorsión made in Radiohead, con Barricade, bailada con ansias en Vistalegre y continuada por Take You On A Cruise, que para mí ganó enteros en directo.
Kessler: «vamos Paul, sal a cantar»
El ambiente depresivo abierto por Untitled volvió con el que considero el mejor corte de su disco homónimo: Lights, cuyo crescendo constante, unido a los lamentos vocales de Paul, me puso los pelos de punta. Tras la calma, la tormenta: PDA sonó violenta, con Kessler luciéndose en cada estribillo, bailecitos incluídos; y a pesar de ese subidón, con Memory Serves Interpol sacó del armario a los Joy Division que tanto les deben inspirar para reducir al público al más absoluto silencio. Cerrarían oficiosamente la actuación antes de los bises con Not Even Jail, que recuperó la voz del público cada vez que éste coreó el estribillo.
Esta seguro que no se la esperan
Los bises dejaron un tanto descolocada a la audiencia, pero de la mejor manera. Abrieron con The Lighthouse, inesperada y que en directo no fue el leño que es en estudio: la reverberación de la guitarra y la voz de Banks fueron poco a poco acompañadas por el resto de instrumentos, marcando un final con la entrada instrumental de toda la banda que fue realmente épico. Y después de eso, una palabra bastó para saber cual le seguiría: Rosemary… Evil deleitó sin duda a los fans habituales de la banda. La última canción sería el single por el cual les conocí: The Heinrich Maneuver, que sonó a la perfección y puso fin a hora y media de directo. La gente poco a poco abandonó el Palacio de Vistalegre; yo lo hacía con ganas de más, pero la ronda de conciertos de este mes no me dejaba si no ponerme a pensar en lo que vendría la próxima semana: los poco reconocidos (pero muy recomendables) Moongardening Inc y Arcade Fire. Pero todo esto en las próximas crónicas, queridos lectores
Aquí tenéis el Setlist, que podéis escuchar en esta lista de Spotify:
1.-Success
2.- Say Hello To The Angels
3.- Narc
4.- Length of Love
5.- Summer Well
6.- Rest My Chemistry
7.- Slow Hands
8.- C’mere
9.- Untitled
10.- Barricade
11.- Take You On A Cruise
12.- Lights
13.- PDA
14.- Memory Serves
15.- Not Even JailBises:
16.- The Lighthouse
17.- Evil
18.- The Heinrich Maneuver
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