The Sunmakers – Veins Twisted Ce Soir (Violent Lovers Records, 2011)

Las cartas sobre la mesa: más allá de las pullitas de los Pixies y algún que otro tema de Dick Dale (que llegó a mí a través de Pulp Fiction) mi acercamiento a la música Surf ha sido más que mínimo. Y es una faena, porque seguramente por ello se me escapen muchas cosas, en especial dinámicas, reglas del juego y demás detalles cuando la escucho. Me gusta, pero ¿la entiendo? Ese es otro cantar muy distinto. Por ello analizaré el primer disco de este grupete francés amante de las olas, The Sunmakers, desde la perspectiva de alguien que está aprendiendo más que desde la crítica pura y dura.

Veins Twisted Ce Soir

La primera regla del juego está clara: mucha de esta música está hecha para ser bailada, para sudar con ella. Muchas de las canciones son, por tanto, instrumentales. Siguiendo una dinámica rockandrolesca en cuanto a armonías y estructura de canción, la voz es sustituida por una guitarra frenética que se pasea por una sola cuerda subiendo y bajando a un ritmo frenético. En Veins Twisted Ce Soir hay varias piezas instrumentales deliciosas, entre ellas destacaría Welcome To The Surfin’ Horror Show, una especie de canción surf de miedo, con acordes oscuros, aullidos y una dinámica repetitiva y paranoica. Se trata de una de las canciones más largas del disco, duración que se agradece, puesto que desarrolla el tema principal sin caer en la repetición excesiva y crea la atmósfera deseada. Le Rail Du Judgement Dernier es una especie de surf árabe inesperado, una especie de Killing An Arab, mientras que Spanish Surf (muy fiel a su título) nos trae un sutil flamenco surf de lo más divertido.

Cuando los Sunmakers se ponen frente al micro para cantar las cosas toman otra dirección bien distinta. En ese momento el trío se baja de las tablas de surf, te atusa el tupé y se marca el rock and roll más cincuentero. Le twist Des Sunmakers es, como su nombre indica, un twist al uso. Pasado por una estética más lo-fi de lo que sería habitual en la época original del género, la canción propone una estructura sencilla, con letra picante y divertida (ésta en francés) que bien podría estar entre los mejores éxitos de Bill Haley y sus Comets. Más limpia aún, más Elvis, suena Back To You, un rock and roll de libro para mover las caderas en todas direcciones.

En otra esfera están dos temas del disco. El tema que abre el álbum, Starfire, mezcla lo mejor de cada propuesta de estos chicos: rock and roll cantado y surf descarado, nervioso y sudoroso. La segunda vez que el estribillo hace aparición introduce un cambio de tono que le da un aire nuevo a la canción, que empieza sin demasiadas pretensiones y acaba por sorprender. El segundo gran trallazo cantado es Cette Fille-La, la canción más acelerada y sudorosa de todo el disco: rápida, divertida y llena de juegos de voces, palmas y dinámicas. A pesar de no ser la última canción del álbum, huele ya a despedida, a cierre, a que la (brevísima) fiesta se acaba. La elegida para dar portazo es Yakitori, en la que la que la voz de la bajista se pone al frente para ofrecernos en tema más punky y sucio, en el que las voces y el vacile en forma de gritos se convierten en protagonistas absolutos.

The Sunmakers

Si por ellos fuera, el disco se habría grabado en plena arena.

Picando de aquí y allá en lo más hondo del pasado, los Sunmakers se marcan un disco lleno de clásicos rock y surf descarado del que apenas de la tiempo a uno a recuperarse. Cuando se asimila una canción la otra aparece para golpear de frente y, en apenas unos minutos, dar paso al siguiente golpe. Un disco del que no te podrás levantar hasta la última nota.

1. Starfire
2. Le Rail Du Judgement Dernier
3. Le Twist Des Sunmakers
4. Waiia
5. Surboom Chez John
6. Back To You
7. Wellcome To The Surfin’ Horror Show
8. Crazy Legs
9. Spanish Surf
10. Un Twist Cette Nuit Et Demain Je T’Oublie
11. Jimmy’s Hawaiian Sword (Part II)
12. Cette Fille-La
13. Yakitori

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Acerca de Billy Shears

Melómano crónico, quizá más inclinado a los clásicos y la nostalgia musical. Qué bonico es mirar hacia atrás: 10, 20, 30, 40 años. Pero soy de letras y me bailan las décadas, por eso acabo escuchando de todo, de ahora y de siempre. ¿Os gusta la Bossa Nova? ¡CON LO QUE MOLA!