Una de las noticias más sonadas de 2011 (y más tristes) fue la ruptura de la mítica banda del genial Michael Stipe, R.E.M. sin duda uno de los iconos más importantes del indie-rock (me atrevería a decir que sin ellos ni siquiera existitiría ese término). Pero menos sonado fue otro hecho importante: su último disco. Ese mismo año (ese que hace cuatro días era este) R.E.M. lanzó Collapse Into Now, el que para mí es EL disco del año, al que voy a dedicar una review caducada y pasada de fecha, a modo de homenaje.
El disco empieza con un puñetazo en toda la cara: Discoverer. Una canción enérgica, completa, pegadiza, que nos muestra a unos R.E.M. en forma, listos para tirarnos al suelo y no dejarnos levantarnos en tres minutos y medio. Frenética y sin pausas, directa, con un Stipe al borde del grito de guerra. Le sigue All The Best, otro pelotazo sin tregua, de guitarras hiperactivas y juguetonas y una voz que no para de escupir frases sin descanso. Casi parecen grabadas de seguido. No llevamos ni seis minutos de disco y ya estamos sudando como cerdos.
Llega Überlin, el primer adelanto que R.E.M. dieron de este nuevo trabajo en su día. Una balada a su más puro estilo, eminentemente acústica, melancólica, extraña y triste. Las armonías vocales acompañan a los sencillos y cortantes acordes de guitarra sobre una batería sencilla y apenas apreciable. Una canción para pensar, para ponerse de morros quizá. En la misma línea está Oh My Heart, con una estructura similar pero una voz mucho más grave, casi gutural, casi hablada. Otra canción triste y reflexiva, hermana de la anterior. Hemos pasado del power-pop más descarado al folk más llorón y melancólico, y lo que nos queda.
A medio camino entre lo que ya hemos oído está It Happened Today. Las guitarras acústicas se quedan, pero esta vez dan paso a una canción de pop optimista y llena de color, mucho más R.E.M. La canción va creciendo en intensidad hasta perder por completo la letra y quedarse en unas armonías cantadas a viva voz por los miembros del grupo y un invitado muy especial: Eddie Vedder. Para asentar un poco el estómago después de de esta explosión de buen rollo llega otro tema intimista y más sencillo y melancólico: Everyday Is Yours To Win. Un arpegio acompaña la voz casi hablada de Stipe en las estrofas para dar paso a armonías en los estribillos y a algún que otro momento instrumental interesante; una especie de nana pop.
Vuelve el power-pop tontorrón con Mine Smell Like Honey, que tiene uno de los estribillos más pegajosos del disco. Como esto va de contrastes, a este pelotazo le sigue otra balada acústica, Walk It Back, que comienza con la voz de Stipe acompañada únicamente de una guitarra acústica y un sencillo piano para ir dando paso a más elementos que la complementan, quedándose siempre en un plano reflexivo y tristón, una de las marcas de la casa de este disco.
Ha llegado el momento de ponerse a sudar otra vez, sin tregua. A la anterior balada le siguen dos temas de pop distorsionado e hiperactivo. Alligator_Aviator_Autopilot_Antimatter es el primero de ellos, con un jugueteo de voces entre Stipe y la cantante Peaches acompañado de unas guitarras que ahora arpegian y ahora golpean, sin descanso. Por si nos había dado tiempo a recuperarnos, en menos de dos minutos estalla That Someone Is You, power-pop de libro para no parar de saltar de un lado a otro.
Quedan dos canciones de disco y, a estas alturas ya sabemos que vamos a pegar otro salto. Y así lo hacemos. Vuelve la melancolía acústica con Me, Marlon Brando, Marlon Brando and I, un tema corto y sencillo con apenas más elementos que la guitarra acústica y la voz de Stipe acariciando las palabras. Podría ser un final más que aceptable, pero R.E.M. nos tiene algo más grande preparado para despedirse: Blue.
Se trata del tema más largo del disco. Stipe habla sobre una música caótica sin apenas forma definida, llena de reverb, distorsión y ecos. Aparece en escena otro de los invitados de lujo: Patti Smith, que canta sobre las paranoicas líneas que Stipe espeta sobre el colchón musical, aportando melodía y (más) tristeza. Hacia el minuto tres Smith se queda sola y la música parece calmarse y cobrar cierta forma. Todo se devanece, pierde totalmente la apariencia de canción para quedarse con los ecos y el ruido que dan paso a un reprise de Discoverer que pone los pelos de punta. Ese riff de guitarra contagioso al frente, completo protagonista, la que ahora sabemos o intuimos que es la más importante de las canciones del disco. Stipe estalla de nuevo en el estribillo de la misma, haciendo su voz resonar sobre los acordes. Estructura cíclica, terminamos donde empezamos, desde donde no paramos de dar saltos en ningún momento.
¿La nota? Está clara, para mí (quizá junto con Suck It And See y Wasting Light, grandes pelotazos de ese año que se nos acabó hace un par de días) es el mejor disco del año, el que más he rayado, el que más he repetido y el que más me ha enganchado, Solamente por eso se merece una matrícula de honor. Un cierre espectacular para una carrera espectacular.
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Totalmente de acuerdo, es lo mejor que han hecho desde, buffff, no se, el New Adventures. Un disco sin ninguna presión y pudiendo ya ser, de nuevo, ellos mismos(me recuerda mucho en eso al ‘Yield’ de Pearl Jam). Lleno de grandes canciones que no paran de rondar en mi cabeza. Me jode mucho que se larguen sin hacer gira. Hasta siempre R.E.M… Un saludo.
Definiticamente cada vez es mejor, muy bueno, amigos escuchar mas R.E.M.