Algunos estuvimos tentados a plantarnos hace unos años y negarnos a escuchar música nueva, regocijándonos para siempre en las canciones y discos que ya sabíamos que nos gustaban. Pero por mucho que lo intente uno, esto es imposible, los buenos grupos acaban filtrándose y acaban llegando para quedarse, sea por una recomendación, por un single u por otros medios aún más extraños. Hace unos años Nacho Vegas decidió subirse al barco del grupo Manel para grabar una versión del My kiss de The Wave Pictures que se coló en mi Spotify. Años más tarde estoy yendo a un concierto suyo en A Coruña (tras habérmelos perdido otro par de veces) mientras maldigo la era de la información.
Es de bien nacidos ser agradecidos y la posibilidad de haber vuelto a la sala Le Club se le debe en esta ocasión a +Galicia a los que les mandamos unas flores (metafóricas) por habernos acreditado. El otro agradecimiento es para Sebas, el fotógrafo de excepción que nos acompañó y que firma las fotos de esta crónica. La penúltima pata del banco soy yo. ¿Y la última? The Wave Pictures. The Wave Pictures, como banda, parten de un concepto básico y puro: tres personas que dominan con creces sus instrumentos y que se juntan para hacer música en común. ¿Fácil eh? Amparados bajo las alas de la gallina clueca del indie rock inglés, el trío se caracteriza por un estilo propio (que no original), guitarras alegres, la voz característica de su cantante David Tattersall, letras irónicamente inglesas, baterías potentes y un bajista que cuando coge los coros hace la voz grave y seria como salvo honrosas excepciones hacen todos los bajistas del planeta.
Además de eso, The Wave Pictures son un grupo prolífico que sacan discos como churros y dan conciertos por doquier. En esta ocasión traían bajo el brazo su último trabajo City Forgiveness y a un cuarto integrante que tocó desde las maracas hasta la misma batería y sirvió de apoyo a la banda. Abrían precisamente con uno de los temas de este álbum, Lisbon, ante una sala que registraba una muy buena entrada. Desde el primer momento se pudo apreciar lo que sería el patrón del sonido del grupo, sin escatimar en potencia ni en sentimiento pero tampoco buscando la pureza del sonido sino algo más cercano, que comulgase más con lo casero del rock, como un ensayo para unos amigos.
Desde un primer momento los tres integrantes del grupo se lucieron sin pretenderlo. Desde el ritmo imparable de la batería a los guitarreos entre punteos y solos que hacía el cantante y servían para enriquecer a los temas Todo sin olvidar el bajo juguetón que iba acompañándole y que no se limitaba a seguir «el guión» marcado por la guitarra. Con The West Country ya comenzaron algunos tímidos bailes en las primeras filas. Quizás The Wave Pictures no inviten tanto a la danza como pueden ser otros grupos de la cuerda como Arctic Monkeys pero lo que pierden ahí lo ganan en la composición de unos temas que más de una vez coquetean con el lo-fi.
El calor presente en la sala no evitó que el respetable disfrutase de hits del grupo como Spaghetti o Kiss Me y a pesar de que en ocasiones la sala volvió a parecer una peluquería dado el volumen de las conversaciones presentes entre todos fuimos capaces de ir consiguiendo un ambiente propicio para escuchar música. Reminiscencias a algunos lejanos Belle & Sebastian en las lineas vocales aparte, se iba sacando la artillería pesada sin dejar lugar a la duda ni espacio a la crítica. Los nuevos temas suenan más que bien y siguen la linea dibujada ya por otros discos como Long Black Cars o Instant Coffee Baby.
Si el look de niño bueno de David no es suficiente para enternecer al público, para ello ya está el batería Jonny Helm bajando de su trono para cantar alguna de las canciones como Without Feathers cuyo solo dejó al mayoritario público femenino al borde del suspiro infinito o al menos buscando a donde se había caído su ropa interior. Rato tuvo este hombre también para cantar mientras tocaba la batería, en esta ocasión Give me a second chance, que fue seguida por una bellísima Sweetheart que hizo que le puso el lagrimal a punto a más de uno.
No se puede dejar de lado que además del estilo propio, la buena instrumentación y técnica de los músicos y la calidad de los temas, el grupo pelea en todo momento por conseguir que el concierto sea algo cercano, a pesar de tener la barrera del idioma. Sin caer en el gravísimo error de querer ser un grupo de graciosos, decoran entre canciones con pequeñas anécdotas o comentarios, escuetos pero que ayudan a engrasar el repertorio. Con Strange Fruit for David cerraron el set oficial y dieron paso tras un breve tutorial de como solicitar un bis a, exactamente eso, el bis.
Servidor jamás había visto algo parecido y aún sigue preguntándose cómo ocurrió. Resulta que el bis duró casi tanto como el concierto, tocando hasta ¡ocho! canciones, entre ellas una versión de Daniel Johnston, algún tema más del último disco, éxitos como Just like a drummer o Eskimo Kiss todo esto para acabar con un épico Never go home again y –ahora sí– un público completamente entregado que los jaleó y aplaudió mucho más de lo mentalmente sano. Tiempo tuvo incluso el batería a ser el que cantase uno de esos temas del breve encore.
Tras este concierto en dos partes ¿con qué nos quedamos? The Wave Pictures son apuesta segura. Son un concierto para ir aunque no los conozcas, para recomendar a alguien o para enamorarte de ellos. Merecen un diez con un interrogante para que expliquen como hacen el reparto de canciones. Y que no tarden en sacar más discos aunque haya que seguir descubriendo canciones.
The Wave Pictures: Página oficial | Facebook | Last.fmSetlist
- Lisbon
- The west country
- Red Cloud Road (part 2)
- Spaghetti
- Kiss me
- The Innatentive Reader
- Narrow Lane
- Cut them down in the passes
- Without feathers
- Tiny craters in the sand
- Give me a second chance
- Sweetheart
- Strange fruit or David
Encore:
- Before this day
- Eskimo kiss
- The Woods
- Just like a drummer
- My life is starting over again (Daniel Johnston)
- Chestnut
- Now you’re pregnant
- Never go home again