¿Os han gustado los dos especiales anteriores? Rocket Baby Doll nos hablaba de sus orígenes y James Ulrich de la llegada al éxito con Smash. Ahora seguimos dando un repaso a la vida de esta banda. Turno de Americana.
Americana (1998)
En 1998, Offspring entran al estudio de nuevo con el productor Dave Jerden para comenzar a grabar el que sería su quinto disco de estudio. Venían de no cosechar el éxito de ventas esperado con su anterior trabajo, pero con ganas de demostrar que todavía tenían mucho que decir. Con Americana comienza su etapa más pulida en cuanto a sonido, más accesible aunque sin perder su fuerza y su actitud anterior.
El querubín de la portada es feliz porque todavía no sabe lo que le pasa en la contraportada.
El primer single en ver la luz del disco ya da una idea de por donde van los tiros. Pretty Fly (For A White Guy) es una canción divertida, casi bailable, con toques de hip hop y de sonidos a los que nunca se habían acercado como los ritmos latinos con los que comienza la canción. Fue sin duda su gran salto al mainstream, muy pocos pueden negar que esta desvergonzada canción y su videoclip gamberro fueron su primera exposición al grupo y a su sonido. El siguiente sencillo del disco, Why Don’t You Get A Job, gozó de la misma popularidad, llegándose a colocar ambos en el Top 10 de Estados Unidos, Alemania y Reino Unido. La presentación de este nuevo trabajo los tuvo de gira sin parar, apareciendo en grandes festivales como el célebre Woodstock del año 99. La época dorada de la camada había llegado por fin.
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Aunque en esencia, en términos de composición y de estructuras, el disco supone más una madurez de su estilo ya trabajado en sus cuatro discos anteriores que un nuevo aporte, ya se empiezan a perfilar nuevos sonidos y tendencias que estarán muy presentes en futuros trabajos de la banda: el gusto por las guitarras acústicas, el sabor latino de algunos temas y la nueva capacidad de añadir grandes dosis de sentido del humor a sus composiciones, sin abandonar el compromiso, la crítica social y la preocupación por la juventud y su futuro. Hay sitio también para jugueteos como el de Feelings, una versión del clásico de Morris Albert que sustituye sus melosas referencias al amor por otras tantas contundentes referencias al odio más visceral. A esta le sigue otro pelotazo, She’s Got Issues, una canción que repasa los traumas y taras de la que parece una recién adquirida novia de la que Dexter está deseando librarse. Tal desafortunado papel le tocó interpretar a la mismísima Zooey Deschanel en el videoclip de la canción (que además es una de sus primeras apariciones en pantalla) que no tiene ningún desperdicio. Cierra el disco la larguísima, épica y llena de aires egipcios Pay The Man que deja paso al bonus track: una versión mariachi de Pretty Fly, una especie de cierre que parece decir «este no es otro disco de punk-pop», por si no había quedado claro en el resto del disco.
Dexter dejándose la salud y las defensas en la fiesta del barro.
Los chicos están que se salen. Los singles extraídos de Americana son todo un éxito y se convierten automáticamente en clásicos del grupo (excepto She’s Got Issues, que pasa más desapercibido) incluso hacen sus pinitos en el mundo del cine al aparecer interpretándose a sí mismos en la película Idle Hands de Rodman Flender (en la que aparecen también otros compañeros de escena como Rancid, Unwritten Law y blink-182) interpretando una versión del clásico de los Ramones I Wanna Be Sedated (que un par de años después se incluiría en el tributo a la banda We Are A Happy Family). A la vez que demuestran que tienen algo más que ofrecer que el resto de sus contemporáneos se ganan un sitio ya irreemplazable en sus corazones y en su escena.
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CONSPIRACY OF ONE (2000)
Dos años después de este apabullante éxito los chicos vuelven al estudio para darle forma a su sexto álbum de estudio. Durante esta época empieza a revolotear por las conciencias de músicos, productores, fans, críticos y consumidores el “problema” de la piratería. Es la era Napster, la época dorada del compartir archivos que se ve truncada casi desde su comienzo. Offspring, lejos de sembrar la polémica o de mostrarse preocupados por este giro que empezaba a dar la industria y el consumo de música tuvieron en mente desde el principio hacer lo que muchos deberían haber pensado: poner ellos mismos a disposición de sus fans su música de forma gratuita. Y con esa idea nació el lanzamiento de Conspiracy Of One, disco que la banda pretendía colgar íntegro en su web para disfrute y descarga gratuito de sus fans. Por desgracia su discográfica no estubva tan deacuerdo y les amenazó incluso con querellas por derechos de autor y puesta a disposición si llevaban a cabo este método de lanzamiento. El grupo tuvo que conformarse con poner a disposición del público mediante esta vía solamente algún pequeño adelanto de lo que serían sus nuevas canciones. Es un gol a medias, pero la intención es lo que cuenta. Además, se convirtieron en unos grandes activistas por la causa de los archivos compartidos, llegando incluso a donar dinero a Napster y su creador, Shawn Fanning.
La muchedumbre devorando a Dexter con el anuncio de disco nuevo, fresquito y GRATIS para todos.
El sonido que Offspring trae con este álbum continúa la línea de Americana pero sin agotarla, sin quemarla. Una de las críticas que se le puede hacer al grupo es precisamente que no ha experimentado con su sonido demasiado durante su carrera, que se ha limitado a ofrecer una fórmula que todos conocemos y reconocemos como “sonido Offspring”. Pero ¿sabe alguien lo difícil que es eso? ¿Se da alguien cuenta de lo trabajoso que resulta hacerse con un sonido propio que funcione? Y, una vez comprobado que funciona, ¿qué verdadero problema hay para no seguir explotándolo, investigándolo y manteniéndolo tan interesante como el primer día? Ese es el verdadero mérito de Conspiracy Of One.
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El disco abre con una de sus famosas introducciones habladas, esta vez a cargo de Mike Love, miembro de los Beach Boys, antes de un concierto. Nos encontramos de nuevo con una gran colección de singles al más puro estilo punk-rock hamburguesero marca de la casa, como pueden ser Want You Bad (una especie de canción de amor sadomasoquista) o Come Out Swinging, seguidos de más canciones fiesteras y locas como Original Prankster (en la que colabora el mismo Redman a las voces) y One Fine Day, y con alguna sorpresa como Denial, Revisited, un medio tiempo melancólico que nos muestra una nueva cara del grupo y su capacidad para moverse en otros territorios sin salirse de su escena. Incorporan ciertos elementos de sonidos que por aquél entonces estaban cosechando ciertos éxitos en las listas, como el rap-metal. La crítica ve en este disco ciertos toques de madurez, quizá no tanto compositiva o lírica como interpretativa y de producción. El disco suena más solido, mejor tocado, mejor pensado y sobre todo mejor producido. Es cierto que con ello se pierde un poco de la energía que tenían los chicos en sus comienzos, pero siguen sonando como el grupo de punk-rock desvergonzado que eran al principio, simplemente con un acabado más refinado y más preparado para todos los oídos, ajenos y no tan ajenos a este sonido.
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Con el disco ya bien extendido por todo el mundo y disponible en todas las estanterías de sus fans y de nuevos acólitos, The Offspring vuelve a acompañar a meterse en el mundo del cine, esta vez aportando únicamente su música. La afortunada en esta ocasión sería la comedia Orange County de Jake Kasdan, en la que aparece su canción inédita y que no podemos encontrar en ningún otro disco (lo cual es una pena) Defy You. La camada empieza ya a ladrar bien alto, a encararse con perros de otras ligas y a meterse en peleas que sabe que va a ganar. Su posición en lo más alto es ya innegable, pero aún quedaba mucho por hacer.
Especial The Offspring: Primeros años | Llegada al éxito… | … Y a lo más alto
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