La organización del Optimus Alive se merece, más o menos, en torno a un 7,5 o un 8 como nota general. Baja del sobresaliente debido a un par de fallos que tuvieron en la última jornada, uno bastante gordo en el concierto del gran grupo del cartel, que hicieron que fuera con un poco de mala cara el domingo a Algés. Claro que, es difícil que eso dure en tu cabeza cuando sabes que estás a punto de ver a Thom Yorke y compañía en directo por primera vez en tu vida.
Entradas agotadas para este día. Lo dice todo, ¿no?
Como no podían hacer coincidir a ningún grupo con los poderosos ingleses, el Optimus Alive puso a grupos tan apetecibles como Metronomy o The Kills a partir, casi, de las dos de la madrugada. Además, el bueno de Miles Kane empezó su espectáculo a un hora tan temprada que pilló a casi todo el mundo todavía sacudiéndose la arena tras haber ido a la playa. Tras esta pequeña visión global de lo que me esperaba, os dejo con la última entrega de las tres crónicas sobre el festival portugués:
Domingo, 15 de julio:
Palco Optimus
Radiohead
Caribou
The Kooks
Paus
Palco Heineken
Metronomy
The Kills
SBTRKT
Mazzy Star
The Maccabees
Warpaint
Miles Kane
Eli «Paperboy» Reed
Por el motivo que os acabo de poner, apenas si pude escuchar algún acorde del bueno de Miles Kane. El que actuó como telonero en el último concierto de los Arctic Monkeys en Madrid, utilizó la pantalla trasera del Palco Heineken para poner su nombre en blanco sobre fondo negro y dejar claro quien mandaba. Con Come Closer cerró un recital que, a juzgar por lo poco que le vi en las tablas, fue pura energía. El calor azotaba en ese momento, y Kane chorreaba sudor como pocos. Una pena no haber llegado antes, pero creo que las 18.10 horas es temprano para la última jornada (ya no digamos para los que quisieron ver a Eli «Paperboy» Reed, a las cinco).
La siguiente parada, obligatoria, eran The Kooks. Los británicos encandilaron a los muchos asistentes desde que comenzaron con Seaside, y también desde ese primer minuto comenzaron a notarse los fallos de sonido. La voz de Luke Pritchard no se escuchaba por momentos y, pese a sus idas y venidas por el Palco Optimus y al traje rosa de Hugh Harris, era complicado evadirse de ese ruido que a veces salía de los enormes altavoces. Pero lo importante es que, pese a todo, The Kooks se erigieron como uno de los mejores grupos de esta edición del evento de Oeiras, mezclando canciones de su nuevo disco, Junk Of The Heart, junto con temas de sus anteriores trabajos. She Moves In Her Own Way y Naïve hicieron enloquecer a los asistentes (entre los que me incluyo), al tiempo que Pritchard no paraba de decir «obrigado» cada dos por tres.
Cómo molaba esa guitarra.
Aplaudiendo todavía al genial cantante y compañía, tocaba darse la vuelta mientras lo escuchabas gritar «you guys are awesome!» para llegar a tiempo a algo de The Maccabees. Y vaya si llegué, Love You Better y Pelican irrumpieron en mis oídos haciéndome moverme como pocas veces. Al igual que me pasó con Awolnation el día anterior, el grupo liderado por Orlando Weeks me sorprendió gratamente. Lo del último tema de su setlist, fue simplemente increíble. Como era de esperar, su último disco, Given to the Wild, tuvo mucha presencia.
Pero Mazzy Star, como pondría en los subtitulos de Little Britain, fue «harina de otro costal». Con una copa de vete tu a saber qué en la mano, una pequeña bandejita para dejarla, sonidos de un tren que pasa de largo casi entre canción y canción e imágenes «relajantes» en las pantallas, la buena de Hope Sandoval sacó a relucir su mejor voz para cautivar a los asistentes. Transformó la energía del grupo que la precedió en pura tranquilidad. She Hangs Brightly y Lay Myself Down fueron dos temas que gustaron mucho a los asistentes, pero ninguna como la gran Fade Into You. Pero claro, tocar antes que Radiohead tiene sus problemas. Y es que tan pronto tocaron ese éxito, buena parte del público comenzó a desfilar hacia el Palco Optimus para presenciar el gran concierto. Una pena, porque Mazzy Star se merecía un aplauso final más multitudinario.
Todo elegancia, la Hope Sandoval.
Y en realidad, los que se fueron hicieron bien. Eso sí, pero solo por culpa de la organización. Como comenté en la introducción, en el recital de Radiohead hubo un fallo difícil de perdonar. Y es que, con cada actuación, las tres pantallas gigantes (dos a los lados del escenario, una en medio de la pista y, en el caso del Palco Heineken, una detrás de la banda de turno) retransmitían en directo los movimientos de los guitarristas, cantantes, teclistas, bajistas, baterías y, en resumen, de todo lo que pasaba en el escenario. Creo que, con todas las entradas vendidas para ver Thom Yorke y los suyos, deberían haber permitido que los que estaban alejados (que éramos muchos) pudieran ver a la gente que estaba en el escenario. Sería lo normal. Pero no. Los británicos emplearon un juego de luces que incluía doce pantallas no muy grandes (seis arriba y seis abajo) en las que iban pasando imágenes de la cara, repito, solo la cara, de cada componente. Claro, para su juego de luces está muy bien. Pero si eso, lo trasladan a las dos pantallones de ambos lados del escenario y en la que ocupa el medio de la pista ofreces una imagen general del palco, el resultado es que muchísimas personas, como yo, tan «solo» pudimos oir la música. Por mucho que lo intentases, no podías llegar a ver nada con nitidez en ninguna de las pantallas. Y por mucho que te pusieras de puntillas o saltases, no alcanzabas a ver el pelo largo recogido en una coleta de Yorke. Un verdadero fallo, a mi juicio.
El otro «problema» del concierto de Radiohead, fue un poco el setlist elegido (que podéis ver más abajo). The King of Limbs no es el disco favorito para los fans de estos genios, y lo tocaron casi entero. Vale, es la novedad, se aguanta y mientras no llegan los hits pues puedes disfrutar igualmente, sobre todo con sus bailes con canciones como Lotus Flower o Bloom. Pero lo cierto es que sus éxitos se centraron en Paranoid Android, porque no aparecieron ni Creep, ni Karma Police, ni No Surprises. Creo que fue un concierto para verdaderos fans, de esos que da igual lo que hagan sus ídolos, porque les va a gustar. Hay algo innegable, fue un conciertazo a nivel técnico, porque nadie duda de que son muy buenos. Y en esta ocasión, no hubo fallos de sonido que impidieran disfrutar auditivamente de Thom Yorke y sus compañeros, pero sí que eché en falta alguna canción pese a que también tocaron I Might Be Wrong o Everything In Its Right Place. Pero claro, pasa un poco como con The Cure. Tienen licencia para hacer lo que les dé la gana.
[toggle title=»Setlist de Radiohead (Pulsa para ver)»]
Bloom
15 Step
Morning Mr. Magpie
Staircase
Weird Fishes/Arpeggi
The Gloaming
Separator
Pyramid Song
I Might Be Wrong
Climbing Up the Walls
Nude
Exit Music
Lotus Flower
(con la intro de «Sun»)
There There
Feral
Bodysnatchers
Encore:
Give Up the Ghost
Reckoner
Lucky
Paranoid Android
Encore 2:
Everything In Its Right Place
(con la intro de «The One I Love»)
Idioteque
Encore 3:
Street Spirit (Fade Out)
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Sí, ¡bailó!
Por mucho que me gustase ver a The Kills y a Metronomy, el Sr. Tanaka es inflexible y al día siguiente tocaban cinco horas de viaje en coche para llegar a trabajar. Como indiqué al principio, ambos tocaban a partir de las dos de la madrugada, por lo que entre eso y el cansancio acumulado, no se pudo hacer nada más que desfilar para casa.
Como en los días previos, os dejamos con la genial galería que podemos encontrar en el Facebook de Optimus, pero en este caso no podemos dejaros un vídeo resumen, porque todavía no ha salido. Pero bueno, con las fechas para 2013 ya confirmadas (al igual que del Bilbao BBK Live, FIB, Primavera Sound y Optimus Primavera Sound), solo queda esperar a ver con qué nos deleita el próximo verano un festival que presume de tener «el mejor cartel siempre».
Recordad que podéis ver las crónicas de los otros días aquí abajo.
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