Heineken Día de la música, domingo @ Matadero (Madrid, 19/06/2011)

Tras el primer día del festival, como suele pasar, llegó el segundo. Como jornada gorda pintaba más el sábado, pero, dado el irrisorio precio del abono conjunto, el domingo se podía afrontar como los extras del DVD que, gracias a Dios, trascendieron su condición y adquirieron entidad independiente por méritos propios.

Scala & Kolacny Brothers es un experimento raro, no excesivamente original, formado por piano más un coro de chicas belgas que interpreta versiones de clásicos tan dispares como Creep o The Beautiful People y, no contento con eso, se arranca, una detrás de la otra, con Clandestino y, sobre todo, Cumpleaños total, coreada por gran cantidad de los presentes, que parecían despertar del sopor de la tarde: el comienzo efectivo de la jornada no se produjo hasta que los problemas con la farlopa de Los planetas sonaron en la boca de unas chavalas que, probablemente, no entendían ni papa de todo aquello, ni quién era ese tal Chino.

A Ron Sexsmith le tocó el escenario que mejor le sentaba, el Rockdelux, con gradas y pista, para una sesión tranquilita y muy agradable que dejó claro hasta a quienes no seguimos particularmente al canadiense que lo que estábamos viendo constituía algo memorable. Sesión ideal para la media tarde.

La protagonista del día era «Lourdes», en pleno ojo del huracán tras sus declaraciones en la revista más influyente de España, la Marie Claire, donde se identificaba, si se tiene que decantar, como de derechas. La pobre «Lourdes» lo debe de estar pasando fatal con el apoyo de nuevo cuño del grupo Intereconomía, que la ha convertido en heroína de la causa tras sus declaraciones, reivindicándola como mártir del conservadurismo, contrapuesta a sus odiadas cejas.

Russian Red

Los neones rezan Russian Red, que es la chica de delante.

Poco puede concebirse más censurable que las medias tintas, máxime cuando se emplean para maquillar un posicionamiento nada inocente: se consigue el favor de la caverna (porque en España no existe la derecha: adscribirse a esa ideología no se puede entender como una toma de partido intelectual, sino simplemente como situarse al lado del chalado ese del parche, censurar a los homosexuales, condenar el aborto, etcétera), al tiempo que se logra la laxitud en la respuesta desde la izquierda: nadie va a dejar de escucharla porque elija algo con la boca pequeña, «si no queda otro remedio». Un doble juego inteligentísimo que constituye un win-win tan reprobable como efectivo.

En palabras del siempre acertado Nacho Vegas, el recital que ofreció «Lourdes» estuvo plagado de canciones bonitas: tres de ellas rescatadas del I love your Glasses (Take me Home, Cigarettes y They don’t believe) y el resto extraídas de su nuevo trabajo, Fuerteventura. Alguna de las nuevas, especialmente I hate you but I love you, inteligentemente elegida como primer single, ya han alcanzado una densidad que las sitúa al lado de las más notables entre su repertorio, digamos Nice Thick Feathers y Walls are Tired, cuya presencia en el setlist se echó bastante en falta.

Y final de fiesta con Caribou, que presentó un espectáculo casi idéntico al que había ofrecido un mes atrás durante el Primavera Sound. En esta ocasión me lo llevaba más preparado, tras comprobar en aquella ocasión que merecía la pena hacer los deberes para disfrutar tamaña fiesta como se merece, y lo viví como el concierto del fin de semana; sin embargo, el público no mostraba ni la décima parte de la entrega que se vivió en el escenario ATP del evento barcelonés, algo cuya explicación se encuentra rápidamente en el emplazamiento de esto en víspera de laborable. O quizá que las pastillas eran de peor calidad, quién sabe.

Caribou

Caribou y compañía jugando una mano de garrafina en la mesa camilla.

La hora larga (bastante para un festival en el que los grupos tendían a tocar menos incluso de lo anunciado) que duró el show se rellenó con poquitas canciones, alargadas lo suficiente como para que la magia apareciese en escena, y acompañadas de unos efectos de luces que entraron en juego por primera vez en el día (las consecuencias de acabar tan pronto). Muchas representantes de su último larga duración, Swim, como Bowls, Odessa y la que llegó después del bis, Sun, que hasta el más reacio se llevó grabada a fuego mientras abandonaba el recinto hacia la boca de metro, cerrando dos días tan baratos como resultones.

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Acerca de Pero vistes bien

Hola, qué tal. Yo bien, aquí, tirando. Pero hablemos de música. Me molan los grupos chulos; los otros ya algo menos. Diría que eso lo resume todo con respecto a mí: ahora habladme de vosotros.