Pink Floyd se ha querellado contra la discográfica EMI por intentar vender a través de internet sus canciones sueltas. El romántico grupo cree que la expresión lógica de su música es a través de álbumes completos y se posiciona en contra de ofertar canciones como The Great Gig in the Sky de manera individual.
El contrato, firmado mucho antes que la fecha de nacimiento media de los lectores de este blog, tiene una cláusula que prohíbe la venta de canciones «de otra manera que no sea la de la configuración original». El abogado de la banda usará esto como argumentación principal, aunque eso puede ser interpretado de muchas maneras; ante todo si el texto original es tan vago como el que se nos ofrece a la prensa.
Money, it’s a gas / Grab that cash with both hands.
Mi predicción particular es que esto se arreglará fuera de los juzgados con alguna prima para el grupo para que ambos puedan seguir haciendo dinero a través de plataformas como iTunes.
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