Archivo de la categoría: Crónicas

Crónicas de los eventos a los que hemos asistido contados desde nuestro punto de vista particular. Puede que no os guste, ya avisamos, pero también puede que sí.

Crónica: Absolutely Free + Youth Lagoon @ Sala Capitol (Santiago de Compostela, 10/11/2013)

Había mucha expectación por ver a Youth Lagoon en nuestro país, y uno de los conciertos que tenían previsto anoche en la Sala Capitol dentro del Festival Sinsal fue ensoñador. Y si a ello le sumamos una acústica que lució sus mejores galas y el increíble potencial que ambas agrupaciones, sus teloneros, Absolutely Free, y ellos mismos, derrocharon en directo, el resultado fue una noche que todos recordaremos por mucho tiempo.

Una hora después de la apertura de puertas y ante una sala iluminada por una luz rosada, aparecían entre toda la cacharrería del escenario los cuatro chicos de Toronto, totalmente desconocidos para servidora hasta anoche. Absolutely Free tomaron posiciones como buenos encargados de abrir el concierto y no necesitaron más que media hora para demostrarnos esa sinergia instrumental de bases mediante sintetizadores, batería, bajo y guitarra, acompañada de una voz que por momentos recordaba a Cut Copy. Una muestra de todo ello fue On The Beach, y hay que reconocer que estos jovenzuelos tienen tras de sí mucho que ofrecer y a partir de ahora habrá que seguirles la pista muy de cerca.

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Con la buena sensación que nos habían dejado los canadienses, llegaba el momento más esperado de la noche. Trevor Powers, su colorida-túnica-camisa y los suyos, aparecieron sobre el escenario y empezaron a hacer de las suyas con un comienzo de lo más potente con Attic Doctor y Sleep Paralysis, ambas pertenecientes a su nuevo álbum publicado este año, Wondrous Bughouse, el cual habíamos estado preparando en casa horas y días antes, como si de una asignatura pendiente se tratara. La amable Canoons hipnotizó a un público que se ahondó al deseo de cerrar los ojos y dejarse llevar a un mundo de fantasía. A esa atmósfera creada hay que añadirle también el juego de luces detrás de los músicos, muy efectivo a la hora de trasladarnos por los diferentes estados emocionales propuestos por Youth Lagoon, evidenciando su excelente manejo del dream-pop. La más ‘rockera’ de la noche fue sin duda, Pelican Man, cuya capacidad para crecer a medida que lo hacen sus teclados y su batería se mantienen hasta el infinito (y más allá). Mute, Seventeen… «Don’t stop imagining. The day that you do is the day that you die». El empaque emocional, casi sensorial, por parte de los músicos a la hora de hilar estos dos temas encontró el camino para seducirnos del todo alternando el nuevo álbum con su más directo predecesor, The Year Of Hibernation.

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La nostálgica voz de Trevor en Raspberry Cane continuó guiándonos por la segunda mitad del concierto y con la banda desplegando lo mejor; expresivos, aunque muy cerrados en sí mismos y con una interactuación discreta con la sala. Con la partida ya ganada desde hacía rato y la emoción lejos de ser contenida, July enfilaba la recta final del directo. Aunque sería la esperadísima y tormentosa Dropla la encargada de cerrar tan bonito viaje entre caricias electrónicas y el dream-pop más atrevido. Tras salir de nuevo, el bis obligado llegó con The Hunt, notándose la experiencia de la banda en la elección de ésta como cierre. Quizá breve, pero intenso. Con una puesta en escena sencilla pero muy efectiva marcada por una iluminación y sonido perfectos, Youth Lagoon nos dejaron uno de los mejores conciertos que han pasado por Capitol y desde luego la experiencia no ha podido ser mejor. Aunque en mi opinión, faltó algún tema más de su primer disco y sobre todo Afternoon.

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Fuel Fandango CUVI

Crónica: Fuel Fandango @ Teatro da Cidade Universitaria (Vigo, 23/10/2013)

Había ganas en Galicia de volver a ver a Fuel Fandango. Da igual que sean unos asiduos a estas tierras. Da igual que este mismo verano actuasen en el festival V de Valarés. Pero una oportunidad como la que se presentó el miércoles en Vigo era difícil dejarla pasar. Y es que el grupo se dejó caer por el Teatro da Cidade Universitaria de la ciudad olívica para presentar su nuevo disco, Trece lunas, y dejar más de una suela de zapato gastada de tanto salto y baile. La (guapísima) cantante, Nita, se encargó de ello.

Y lo hizo ya desde el primer momento pese a lo atípico de la hora del concierto, que comenzó a las 18.30 horas. El batería habitual de la banda, Carlos Sosa, fue el primero en subirse al escenario y junto con un bajista y Alejandro Costa, comenzaron a tocar Tell me, abriendo así un recital que conjugó canciones de su primer álbum con otras, la mayoría, del segundo, estrenado este mismo año. La imparable voz de Nita se hizo dueña del lugar desde el momento en que se subió al escenario, aunque no fue hasta la segunda canción, The engine, cuando el público presente dejó atrás el inicio un tanto tibio para comenzar a meterse de lleno en faena, animado en todo momento por los «¡vamos Vigo!» que se escuchaban entre verso y verso.

Fuel Fandango CUVI

«Venimos mucho por esta tierra, porque la verdad es que nos gusta mucho. Y vamos a aprovechar que tocamos a esta hora tan rara para nosotros, que se agradece, y vamos a darlo todo, ¿vale Vigo?». Con esta frase, Nita dio paso a cuatro canciones del nuevo álbum, llenas de ritmo y fuerza que no defraudaron a un público ya entregado. De la guitarra de Alejandro salieron primero los acordes de Little pain y el público jaleó sin parar, a la que siguió la perfecta «City» y la genial «Trece lunas». Fue sobre todo con esta última, cantada en español, en la que la cantante arrancó más comentarios sobre su gran voz de aquellos que la veían por primera vez en directo. Y por si fuera poco, tomó las baquetas y se puso al mando de unos tambores para dejar el pabellón por todo lo alto.

Por si todavía no lo estuviera ya, la cordobesa se metió a la audiencia en el bolsillo con New life. El que fuera el primer single de Trece lunas funcionó a la perfección con ese estribillo tan pegadizo en español. Sobre todo en el momento en que Nita mandó agacharse a todo el mundo para levantarse justo en la parte álgida de la canción. El mejor momento de un concierto en el que además estrenaban la lona que les acompañó como fondo.

Fuel Fandango CUVI 2Fuel Fandango CUVI 2

Tras una improvisación en la que Nita aprovechó para tomarse un pequeño descanso, Monkey y Talking salieron a escena. El «under your skin, you have to believe» de la segunda fue coreado por todos sin excepción y la vocalista arengaba a todos a hacerlo, además de reprochar con mucha gracia a los que no dejaban el móvil mientras los demás saltaban. Un «¡a tope!» dio luego paso a Fragile y a la que creo que era I say no, cuando ya habíamos entrado en una vorágine difícilmente parable.

El «you gotta keep on» de Maze resonaba en las paredes del teatro de la Universidad de Vigo cuando ya pasaban de las 19.30 horas, coreado sin cesar, cuando llegó el turno de la potente Read my lips, un tema rockero como pocos en este grupo, y para la ya mítica Shiny soul, con la que solo consiguieron que los asistentes pidiesen sin cesar otra canción después de que Nita les hiciese cantar sin parar poniendo el micrófono mirando hacia su audiencia y con sus sensuales y ya conocidos movimientos abanico en mano. Fue en ese momento cuando dieron las gracias y se dispusieron a abandonar el escenario.

Pero estaba claro que iban a volver. Y lo hicieron para cerrar su actuación con Nature. Tocaron la canción y, para poner el broche final, ese final perfecto que hace que no quieras que el concierto acabe, todos excepto Alejandro Acosta se pusieron baqueta en mano para aporrear sin cesar los tambores. Una fiesta continua que por desgracia tuvo su final, uno lleno de aplausos que solo querían decir una cosa: esperamos volver a veros pronto por aquí. «Espero que hayáis difrutado», dijo la vocalista. Y tanto que sí.

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Supersubmarina

Crónica: FIZ @ Sala Multiusos (Zaragoza, 28/09/2013)

Un año más la Sala Multiusos de Zaragoza se vestía de gala para acoger otra edición del FIZ, el Festival Independiente de Zaragoza. Parece mentira pero ya han pasado trece años desde la primera edición y desde entonces han ocurrido muchas cosas. Gracias a este festival los zaragozanos han podido disfrutar de Mogwai, Massive Attack, Spiritualized o Travis, en resumen, artistas que de ninguna otra forma hubiesen acudido a la capital maña. Por esta razón y para celebrar sus trece años de existencia, decidieron traer al DJ británico Norman Cook, más conocido como Fatboy Slim. Afortunadamente la propuesta del festival abarcaba grupos más fieles a su espíritu inicial como la banda local Big City, The New Raemon & Maga, Supersubmarina y Dorian. El día estaba triste, completamente nublado y solo me quedaba confiar en ellos para mejorarlo.

Big City

La banda que tenía la responsabilidad de abrir este año el festival eran Big City y para cuando entré ya habían empezado a tocar. Su sonido recuerda mucho a los ya extinguidos The Sunday Drivers pero con algo más de garra. Llevan más de una década juntos, la crítica los ha abrazado unas cuantas veces pero como a otros tantos grupos, el reconocimiento de algunos medios no les ha valido para ganar público. Venían para presentar su reciente último disco, The Way The Trees Are, pero como es costumbre en este festival, el primer grupo del día está destinado al ostracismo y solo unos pocos afortunados nos acercamos a ver qué ofrecía la banda zaragozana.

Por fin llegaba el momento más especial del día con la última actuación de The New Raemon, que ha decidido alejarse de los escenarios por un tiempo indefinido. En este ocasión le acompañaban los sevillanos Maga, que parecen estar viviendo una segunda juventud. El concierto empezó con Risas Enlatadas perteneciente al último disco del bueno de Ramón y dado que ambas partes se iban turnando, la siguiente canción en sonar fue la mítica Diecinueve, muy bien recibida por el público. Canciones de Maga y The New Raemon sonaban alternativamente y de esta forma pudimos disfrutar de Hagamos cuentas, la genial Marathon Man o la ya clásica La Cafetera. La Sala Multiusos estaba todavía injustamente a medio llenar, pero eso no impidió que cada canción fuese coreada con la misma rabia que caracteriza al catalán.

The New Raemon

Con motivo de El problema de los tres cuerpos, el disco que sacó hace un tiempo con Francisco Nixon y Ricardo Vicente, decidió invitar a este último para cantar juntos Todos tus caballos son de carreras, que hizo las delicias del público. Maga, que descansaba mientras tanto entre bambalinas, volvieron otra vez al escenario para tocar una bonita versión de Astrolabios. Todo terminó con Te debo un baile, una de las canciones más conocidas de The New Raemon y que realmente se trata de una versión de la banda barcelonesa Nueva Vulcano. Es por ello que dejó a un lado la cercanía acústica y decidió ceñirse a la versión original, despidiendo de una forma inigualable el mejor concierto del festival.

Tenía ganas de volver a ver a Supersubmarina. En el siempre complicado momento del segundo disco, decidieron arriesgar pero se quedaron a medio camino. De cualquier forma, José Chino y compañía se presentaron en Zaragoza con ganas de comerse el mundo. Todo comenzó con Eléctrico, precedida de la ya habitual intro de Magia electroviral. Una cosa es indiscutible y es que los de Baeza han sabido llegar a muchísima más gente, prácticamente no cabía nadie más entre el público. En la primera parte del concierto prevalecieron las canciones de su último álbum y trallazos como Canción de guerra sonaron mejor que nunca. También es cierto que canciones más lentas como De las dudas infinitas me produjeron un fuerte efecto somnífero. No se puede tener todo.

Supersubmarina

La segunda parte del concierto fue más frenética y divertida, predominando canciones como Hermética, Kevin Mcalister o Puta Vida, que es sin duda donde más brillan. Había visto ya más veces a Supersubmarina y siempre me habían dejado algo frío. Hoy no puedo hacer otra cosa que exaltar su actuación porque aunque me pese, dieron un excelente concierto a pesar de contar con ciertos imprevistos: Jaime, el guitarrista, estaba gravemente lesionado en el hombro. Se despidieron como hacen habitualmente con Cientocero dejando el listón muy alto y confirmando mi reconciliación con el grupo.

Ya había llegado la hora de la banda extranjera de esta edición, los británicos Citizens!. Fueron una de las apuestas del siempre fiable sello Kitsuné y la producción de su disco corrió a cargo de Alex Kapranos, líder de Franz Ferdinand. Lo primero que destaca es el fuerte look entre glam y hipster de la formación. ¿Habrá buena música detrás de tanta pose? Pues vayamos por partes. Estos chicos saben que su debut tiene tres hits muy considerables y poco más, por esto mismo decidieron reservárselos para el final. Todo esto produjo un bucle de canciones repetitivas, tanto que a veces parecía que no habían pasado de canción. De todas maneras, la banda inglesa le puso ganas y consiguieron lograr el apoyo del público con una graciosa versión de Bésame mucho. Ver al cantante de la banda, cuyo parecido a David Bowie de joven es considerable, cantando esta canción fue lo más curioso de la noche. El experimento funcionó y a partir de aquí todo fue a mejor.

Citizens!

Finalmente se decidieron a hacer uso de sus canciones más reconocidas, empezando por Reptile, cantada por una parte considerable del público. La cosa parecía que empezaba a mejorar y el nivel fue subiendo con I’m in love with your girlfriend o Caroline. El cantante justificaba en buen parte el gran trato que les estaba dando Zaragoza ya que no paró de moverse, bailar e incluso intentó saltar la valla que le separaba del público, lo que terminó de agotar la paciencia del personal de seguridad. Aún les quedaba True Romance, su canción más reconocida y que disparó el hype en torno al grupo allá por el 2012. Habrá que ver si en el futuro son capaces de reinventarse y no recurrir siempre a lo mismo. La cuestión es que Citizens! salieron victoriosos de un difícil enfrentamiento con la mayoría de la audiencia desconocedora de su único álbum, y hacer algo así es muy complicado. Bravo por ellos.

Cubrir la información del FIZ desde la primera fila empezaba a ser muy agotador, aún así aguanté el tipo para ver la actuación de Dorian. A pesar de que he hecho el esfuerzo de escuchar sus discos un par de veces, nunca he conseguido disfrutar de su música. Por suerte para ellos, hay muchísima gente que no comparte esta opinión y se dejaron todo cantando los estribillos ya clásicos de La tormenta de arena o Cualquier otra parte. He de admitir que su nuevo trabajo me parece lo más atractivo que han hecho hasta ahora y quién sabe, a lo mejor en el futuro cambio de opinión. Lo que sí es cierto es que con su actuación disfrutaron miles de personas, así que algo bueno deben hacer.

Dorian

El cansancio ya era mayúsculo y con todo el dolor del mundo, me quedé sin disfrutar de Fatboy Slim, otra vez. Cuando abandoné el recinto ya no quedaba casi nadie de los que estábamos al principio y es lógico, ya que unos íbamos por las bandas primeras y otros muchos iban por la fiesta que garantizaba Fatboy Slim o más tarde, The Zombie Kids. Ambas posturas totalmente respetables. Bajo mi opinión lo más interesante del festival ya había pasado y por tanto, ya no pintaba nada allí. Nos marchamos a casa con la sensación de que el FIZ progresa año a año y que si la profunda crisis en el sector no ha podido con él, solo puede aspirar a hacerse más fuerte. Podremos estar más o menos conformes con el cartel de cada edición, pero sin él los zaragozanos estaríamos más huérfanos musicalmente y no nos quedaría más remedio que emigrar para ver a algún grupo interesante de cuando en cuando. Hasta el próximo año.

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Crónica: El mató a un policía motorizado @ Sala Mardi Gras (A Coruña, 14/09/2013)

Muchos venimos siguiendo los pasos de los argentinos Él mató a un policía motorizado desde la pasada edición del festival portAmérica. Es una de esas bandas en las que se nota que la energía que ponen en sus discos, les sale por los poros cuando se suben al escenario, y más, si tocan en sala. En una sola palabra, lo que se vivió anoche en la sala Mardi Gras fue una gran conexión. Entre grupo, público y el fuerte rojo de las luces. El concierto empezó pasadas las once y veinte de la noche con Santiago susurrándonos El magnetismo, que se fundió con la explosiva (y los primeros coros del público) Mujeres bellas y fuertes, quizás el mayor éxito del disco que continúan presentando, La Dinastía Scorpio.

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Yoni B emergió como un torrente, con su guitarreo y su intensidad salida de la Fórmula 1. Algunos en primera fila disfrutaban como si estuvieran viendo a su banda favorita y acto seguido, tras La Navidad en Los Santos, la celebrada y adelantada Más o menos bien para seguir recordándonos que estaban presentado el disco, aunque también hubo tiempo para temas de ayer, como La cobra o Terrorismo en la copa del mundo, que me recordó mucho, perdón por lo que voy a decir, a ciertos temas de Los Planetas. Pero es que es inevitable que la primera vez que empiezas a escuchar a un grupo de fuera, no intentar buscar comparaciones: «suenan a tal, a cual y a Pascual», aunque también es cierto que a estas alturas es complicado crear algo original y lo mínimo que se pida es que se haga bien, dentro y fuera del directo.

La concentración de estos cuatro muchachos pareció de sobresaliente y a la gente se le quitaron los complejos y uno tras otro iban animándose a bailar en primera línea. De aquí al final aquello fue un no parar repasando repertorio. Chica rutera, Chica de oro y El fuego que hemos construido protagonizaron una recta final que se fue en un suspiro y a la que se puso como colofón final la vuelta de los Él mató al escenario entre tanto aluvión de gritos pidiendo otra y tocaron un par de temas más, haciendo guiños a los que los pidieron durante todo el directo: Guitarra Comunista y Amigo Piedra, con unos fans entregadísimos cantando a gritos ambos temas. Tal como acabó esta última, abandonaron el escenario, dejándonos a todos aplaudiendo sin parar.

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Crónica: Camarada Nimoy + Unicornibot @ Zona C (Santiago de Compostela, 13/09/2013)

Anoche no se me ocurría una mejor manera de continuar el mes de septiembre que con el concierto de uno de los grupos más originales de la escena underground gallega, Unicornibot, que presentaban su nuevo trabajo, Mambotron, en la Zona C, en Santiago de Compostela, junto a los Camarada Nimoy. Viernes 13, una sala por conocer que resultó ser de lo más familiar y muchos, muchos nervios.

El directo empezaba con toda la parafernalia montada encima del escenario, formada a la izquierda por un theremín, la particular batería en el centro, las guitarra y el bajo, y proyecciones en la pared de detrás de la banda. De las cuales a veces, los protagonistas éramos nosotros caminando sobre A ponte de Tacoma. Casi puntuales, Camarada Nimoy, comenzaban su particular show haciéndonos seguir el ritmo moviendo la cabeza, aporreando al aire como si de un instrumento de percusión se tratase y dibujando las divertidas melodías cuando, por ejemplo, en A fantástica bici de Hofmann, el theremín aparecía en escena. Una inmensa pompa sonora entre aplausos y saludos vulcanianos nos absorbió por completo y la presentación de su homónimo elepé fue satisfactoria. Por lo menos para muchos de los allí presentes.

Camarada Nimoy

Ya la colocación del backline de Unicornibot hacía pensar que aquello iba a ser diferente a sus predecesores: la batería, custodiada en todo momento por una amalgama enorme de pedales y cables y dos botellas de licor café comenzaban a vibrar gracias al bajo de Toño marcando poco a poco el ritmo de Pupitas mientras sus compañeros se envolvían la cabeza en papel de aluminio hasta que fueron ocupando su lugar sobre el escenario y dando forma a su directo que comenzaría fuerte con Song de Amores. Las nuevas canciones son complejas y pulidas joyas con las que se les veía muy muy cómodos, dejando fuera los nervios y complementadas además por los incondicionales fans en primerísima fila. Y es que siendo sólo cuatro, son capaces de multiplicarse en directo hasta parecer el triple sobre el escenario y la verdad es que estos muchachos ganan muchísimo en directo. A nuestra izquierda, Gon era capaz de tocar su guitarra descalzo, sin parar de sonreírse con sus compañeros, por no hablar también del juego que se marcaban bajo y batería. ¡Qué hiperactividad! Fueron precisamente Paracertelamol, Liceo Mutante y Acoples algunos de los momentos cumbres de la noche, que ayudaron a dejar en un segundo plano algunos problemas con las regletas y el cuerpo solo pedía más música y más progresión.

Unicornibot

Casi sin darnos cuenta llegaba el final con Dalle que non mira, entre saltos, aplausos y coros (sí, habéis leído bien, coros) en «Dalle!»; y Julio Iglesias, portero. Una auténtica fiesta con gente nadando por encima del público siguiendo el ritmo siempre agresivo que les acompañó durante todo el directo. Después de agradecimientos varios por parte de Álex, que nos preguntó «si preferíamos un bocata de pelos o un bocata de arena» (ellos como buenos cachondos que son, no respondieron), pero si continuaron con Perro termómetro, David contra Salsón, SuperMarioCésar y se fueron bajo una manta brutal de aplausos, gritos y silbidos de un público que al igual que yo, problemillasmediante, quedó muy satisfecho y con ganas de más Mambotron, por supuesto.

La verdad es que se agradece a veces acudir a un concierto muy diferente a los habituales y salir con la sensación de haberlo disfrutado tanto. Ésta última foto lo dice todo. Así que si no los habéis visto nunca en directo, ya estáis tardando, palabrita de la que anoche fue su primera vez. Y si ya habéis tenido esa suerte, volved a quitarle el papel de aluminio a vuestro bocadillo.

Unicornibot

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