Lo sé; la crónica viene con una semana de retraso. Pero es que la semana en que se celebraba el Noroeste Pop-Rock fue bastante intensa en lo que a conciertos se refiere por Coruña y alrededores. No sólo se celebraba este festival, sino que también tuvo lugar en Santa Cristina dos días después la famosa Festa dos Mundos y servidor se pasó también por allí… Acabé cansado con tanta gratuidad de directos. Y así, entre las mini resacas y que es agosto, mes de la pereza en España, no he tenido tiempo de pasarme por redacción antes. Pero lo prometido es deuda, queridos lectores de Tanaka. 1, 2, 3, 14, vámonos con la crónica.
El Noroeste Pop-Rock de este año ha sido sin duda uno de los más polémicos. No por las actuaciones, de las que cada año se espera cualquier cosa (un saludo para nuestro querido Concejal de Fiestas), sino porque este año el festival estuvo a punto de no celebrarse. Pero finalmente y tras un pequeño culebrón que duró unas semanas, el Ayuntamiento decidió que el evento sí tendría lugar, pero que con esto de la crisis, no esperásemos grandes artistas. De hecho, el cartel completo del festival no se conoció hasta pocas semanas antes de las fechas previstas para las actuaciones. Tras concursos y votaciones populares, el Noroeste Pop-Rock quedaba este año más coruñés y gallego que nunca: bandas locales iban a acompañar a dos grandes artistas del panorama nacional: Loquillo y Los Planetas.
El festival tuvo lugar los días 4 y 5 de agosto en la Playa de Riazor y, visto el cartel, el hoja de ruta musical parecía muy clara: una noche para el rock de corte más clásico, con Loquillo, Exit y Carlos Childe, y otra para el pop-rock de corte indie (como odio esa palabra), con Los Planetas, Igloo y Cornelius 1960.
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