Chino Moreno está en una de esas situaciones que todo músico, en sus más húmedos sueños, puede desear. Al igual que Thom Yorke, Moreno está en la posición de que haga lo que haga, a un nicho de gente le va a gustar, sea lo que sea. Aunque sea un gato arañando una pizarra durante tres cuartos de hora. Que no es el caso, por suerte.
Después de la primera entrega, donde junto a su socio Shaun López entregaban un buen puñado de canciones donde llegaban a tener momentos verdaderamente brillantes (me viene a la mente Op†ion, por ejemplo), quedaba por ver si Crosses eran capaces de continuarlo en este segundo EP. Las constantes, en principio, iban a ser las mismas: experimentación con electrónica, tempos lentos, algunas guitarras y la carismática voz del cantante de Deftones.




