Un año más, gracias a Estrella Galicia nos plantamos en el Resurrection Fest de Viveiro. Para esta ocasión tan especial desplegamos una plantilla de tres redactores/fotógrafos: Axionymous, Jimmy Jazz y uno mismo, Mr. Mandarina. A pesar de haber llegado un poco tarde y observar las inmensas colas de entrada al recinto, en principio no nos preocupamos de entrar a tiempo para los primeros conciertos. De hecho, el retraso para el inicio del festival fue bastante considerable. También hubo bastante confusión a la hora de recoger credenciales y demás; no había solo un sitio para poner pulseras, sino dos: uno en la entrada del recinto para la gente que compraba los abonos in situ, y otro en una caseta para los que habían hecho la compra previamente mediante laboleteria. Nosotros nos reunimos con los ganadores de las entradas para ayudarles a recoger las suyas, ya que ni en la propia ventanilla de la taquilla estaban informados del tema. El lío para prensa no fue pequeño tampoco, ya que tras ponernos en contacto con la responsable (después de dar un par de vueltas al recinto, nos hicieron entrar por una puerta trasera) nos comentaron que hasta las 20h no podríamos entrar. La conversación fue algo así:
– Tenéis que recoger las acreditaciones a partir de las ocho.
– Y las crónicas de los grupos que tocan mientras, ¿cómo las hacemos?
– …
Se sabía desde un principio que hasta las 20h no podríamos entrar, pero igualmente un toque de atención a la orga desde aquí: entendemos que son muchas cosas a las que hay que atender, pero muchos medios (los especializados en música, seguramente) queremos ver íntegro el festival. No creemos que debiéramos haber entrado antes que el resto de personas al festival, pero sí al mismo tiempo. Otra cosa a tener en cuenta es que los conciertos comenzaron 20 minutos después de abrir puertas, con tan poco tiempo entre medias que se dejó atrás una cola de gente que iba desesperando a medida que avanzaba el tiempo, escuchando como distintos grupos se iban alternando entre escenario y escenario.
Así fue como nos perdimos a los portugueses For Ophelia’s Death, a los guipuzcoanos Cohen y a los manchegos Cuernos de Chivo, a los cuales tenía ganas de ver en directo después de haberlos catado previamente en sus discos de estudio. Una lástima.
Ya dentro nos enteramos mediante twitter (los únicos comunicados oficiales salieron mediante esta plataforma, ni siquiera se anunciaron en el mismo recinto) de que los belgas Oathbreaker no tocarían. Recordemos que fueron unos de los grupos confirmados después de las diversas bajas del cartel. Más tarde supimos que estaban cancelados apenas poco después de ser confirmados, pero que la organización dejó el aviso hasta última hora para, quizás, no alargar o incrementar el malestar por la caída de Kvelertak del festival (suposiciones mías).
Jimmy Jazz: Lo poco que vimos de This Drama nos sirvió para echar de menos haber presenciado el directazo de estos tinerfeños que seguían paseando su Tarantula Mata. El breve extracto que disfrutamos nos dejó llenos de furia y ganas de presenciar el resto del festival, ahora sí, ya desde dentro del recinto.
This Drama
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