«The Blackening» de Machine Head es el álbum de la década según Metal Hammer

La revista inglesa Metal Hammer acaba de publicar recientemente un listado de los 50 mejores álbums de metal de la última década. El mejor álbum para ellos ha sido el disco de Machine Head sacado en 2007 de la mano de Roadrunner Records, The Blackening. Aunque la lista es algo polémica y ya hay extensos flames que discuten desde hace días sobre el tema, muchos de los discos que objetivamente deberían estar, los podemos ver en ella, así que todos contentos.

La lista completa de los álbums es la siguiente (podéis ver también unos escaneos de la revista en este enlace y en este otro):

Machine Head – The Blackening

System of a Down – Toxicity

Slipknot – Vol 3: The Subliminal Verses

Lamb of God – New American Gospel

Megadeth – Endgame

Metallica – Death Magnetic

Rammstein – Mutter

Avenged Sevenfold – City of Evil

HIM – Dark Light

Tool – Lateralus

Iron Maiden – A Matter of Life and Death

Motorhead – Motorizer

Trivium – Ascendancy

Nightwish – Once

Opeth – Blackwater Park

Korn – Untouchables

Mastodon – Crack the Skye

Pantera – Reinventing the Steel

Bullet For My Valentine – The Poison

Marilyn Manson – Holy wood (In the Shadow of the Valley of Death)

The Dillinger Escape Plan – Miss Machine

Lacuna Coil – Comalies

Heaven & Hell – The Devil You Know

Mayhem – Ordo Ad Chao

Killswitch Engage – The End of Heartache

Judas Priest – Angel of Retribution

AC/DC – Black Ice

Deftones – White Pony

Velvet Revolver – Contraband

Alice In Chains – Black Gives Way to Blue

Mastodon – Leviathan

Opeth – Watershed

Testament – The Formation of Damnation

Slayer – Christ Illusion

In Flames – Come Clarity

Children of Bodom – Are You Dead Yet?

Disturbed – Down With the Sickness

Dream Theater – Systematic Chaos

Down – II: A Bustle in your Hedgerow

A Perfect Circle – Mer De Noms

Gojira – From Mars to Sirius

Megadeth – United Abominations

Devildriver – The Last Kind Words

Dimmu Borgir – Death Cult Armageddon

Airbourne – Runnin’ Wild

Nine Inch Nails – With Teeth

Converge – Jane Doe

Anthrax – We’ve Come For You All

Cavalera Conspiracy – Inflikted

Arch Enemy – Anthems of Rebellion

Increíble la densidad de discazos por píxel cuadrado que tenemos aquí arriba, aunque realmente yo quitaría unos cuantos de posiciones tan altas y levantaría otros tantos. Auparía el de Cavalera Conspiracy, cuya reciente crítica podéis ver de mano de Axionymous, subiría al de Children Of Bodom, al de Airbourne, al de Heaven and Hell y al de Bullet For My Valentine. Seguramente bajaría a HIM, Endgame de Megadeth o Motörhead. Es más, creo que pondría algún otro de por medio, como Shogun, de Trivium. Hay críticas hechas por la propia página que podéis visitar aquí, si os interesa. ¿Vosotros a cuáles cambiaríais de lugar?

Y ya que hablamos de Machine Head, vamos a contaros una cosa muy curiosa que ocurrió la semana pasada. En un concierto que daba el grupo en Viena, Austria, un fan del grupo tocó una canción con ellos en el escenario, concretamente una del álbum del que hablamos, Aesthetics Of Hate. Robb Flynn, cantante y guitarrista del grupo, fue quien tuvo la idea y quien le dejó la guitarra al espectador:

Una canción antes de Aesthetics, me di cuenta de que un chaval en primera línea estaba con un cartel que decía «Déjame tocar Aesthetics Of Hate en la guitarra, Robb. ¡Hablo jodidamente en serio!». Ambos mantuvimos contacto visual y nos reímos sobre ello. Pero cuando llegó la hora de Aesthetics, él y un montón de sus amigos empezaron a gritar «por favor». Yo estaba como «tío, espero que no me estés puteando», pero él estaba en plan «puedo hacerlo». Así que le dije a los de seguridad que lo subieran. Su nombre era Peter.

¡Lo hizo jodidamente bien! Se sabía todas mis partes a la guitarra. Tuve que decirle que fuese más despacio al principio, porque lo estaba haciendo a mil por hora. Pero una vez la banda comenzó, ya le cogió el truco.

Fue una auténtica pasada. Super-divertido. Fue un increíble momento en un más aún increíble concierto.

Le trajimos a él y a sus compis hasta nuestro camerino después del concierto para saludarlo, y le pregunté hasta dónde llegó cuando la gente lo llevó en volandas al acabar la canción. Nos dijo que hasta el fondo del bar, donde tres personas le pagaron unas cervezas y él comenzó a llorar. ¡Increíble!

La verdad es que Peter no olvidará nunca esta experiencia y ya sabe qué contarle a sus nietos cuando sea mayor. Y cabe decir que pocas bandas de este nivel hacen este tipo de cosas. Enhorabuena al grupo y al fan por esta bonita historia. Como tendréis ganas de verlo, os dejamos con el vídeo, que no tiene pérdida ninguna.