Al fin acabamos las crónicas del Endland Experience Fest 2010. En las dos anteriores dimos cobertura a las actuaciones de At The Beauty Of Sunset, Read My Lips y No Children, y a Twenty Fighters, Misconduct y Neaera. Ahora es el turno de los alemanes Caliban, Shai Hulud y Strung Out.

Caliban

Tras la increíble actuación de Neaera que os relatamos en la anterior crónica, la adrenalina circulaba por nuestras venas de una manera sobrenatural. Así fue que teníamos ganas de que la siguiente actuación fuese también cañera. Por motivos que desconocemos, en un principio iba a tocar Shai Hulud, pero se adelantó el concierto de Caliban y fueron los siguientes en actuar… Y no decepcionaron. Sin duda alguna, junto con Neaera fueron la máxima sensación de todo el festival. Con un concierto notoriamente más largo que los anteriores, el volumen alcanzaba ya niveles realmente molestos (sobre todo en primera fila cuando grabábamos al grupo) y cada golpe de batería nos hacía movernos del sitio. La gente más motivada que nunca pudo cantar sus grandes éxitos a plena voz acompañando al cantante Andreas Dörner que desde el primer momento no dejó de mostrar su increíble voz metalcorera. Ved un ejemplo aquí mismo:

Como veis en cierta parte del vídeo, aún tras tantas horas de empujones, pogos y meneos de cabeza, la gente tenía todavía fuerza suficiente como para liarla y eso se notaba en casi todas las canciones. No tenemos el tracklist completo de ninguno de estos tres últimos grupos, pero recordamos temazos como I Will Never Let You Down, 24 Years, It’s Our Burden To Bleed o I Rape Myself, canción con la que cerraron el concierto.

Sin duda, se nota por qué son uno de los referentes del metalcore a nivel mundial y a pesar de las partes melódicas, la caña que dieron sólo fue equiparable a la de Neaera. Por último, si tenemos que quedarnos con algo del grupo, nos quedamos sobre todo con el cantante y el batería, un hombre de dos metros que seguramente podría aplastarnos a cualquiera de los presentes de un baquetazo. Normal que después sonase la batería tan fuerte, como para no hacerlo…

Shai Hulud

Ahora sí que ya llegaba un punto de la noche en la que estábamos algo cansadetes de tanta marcha, pero el espectáculo no había acabado. Shai Hulud venían decididos a intentar mantener el nivel de calidad de los grupos anteriores y vaya si lo consiguieron. Estos chicos de Florida están considerados como uno de los precursores del metalcore en los años 90, pero sus raíces de hardcore punk están mucho más presentes que otra cosa. Con un sonido mucho más crudo que Caliban, consiguieron hacernos mover el esqueleto de nuevo cuando ya pensábamos que no teníamos energías.

Nos quedamos con el curioso dato de que, a pesar de haber un cantante y a pesar de que el bajista era el que hacía los coros, en los intermedios de las canciones quien hablaba era el guitarrista Matt Fox, que ni hacía coros ni nada en las canciones. Raro, ¿verdad? Suponemos que es porque es el miembro fundador del grupo y el cantante actual sólo lleva desde el año pasado en el grupo.

Como hemos dicho, no tenemos las canciones que tocaron, pero recordamos lo que sufrió nuestro cuello en Set Your Body Ablaze o Misanthropy Pure. Un directo (valga la redundancia) muy directo que nos dejó un buen sabor de boca, pero quizás tras tanta marcha que nos habían metido los grupos anteriores, las fuerzas menguaban y no pudimos disfrutar tanto de este concierto como nos habría gustado. Aún así, dicha mengua se vio acrecentada con el último artista.

Strung Out

El grupo que cerraba el festival era Strung Out, los veteranos californianos que con su hardcore melódico ponían la guinda para un perfecto pastel hecho por una organización primeriza. Tardaron mucho en comenzar a tocar. Y cuando decimos mucho, es realmente mucho. No sabemos si fue media hora o tres cuartos de hora, pero la mayoría de la gente, cansada tras casi siete horas de headbanging y pogo, se había apalancado en el suelo a descansar mientras no empezaban. Eso tranquilizó un poco los ánimos de los asistentes, pero quizás demasiado, porque ya no se vivió con la misma intensidad el concierto. También bastante largo, y ya sin tanto volumen como con Caliban, nos deleitaron con canciones que por momentos recordaban a los míticos Rise Against. El cantante, Jason Cruz, lo dio todo a la voz, tirándose encima del público, dejando cantar a los de primera fila, poniéndose literalmente de pie en la valla (peligrando su integridad física), y hasta invitó a un amigo suyo a cantar en el escenario.

A pesar de ser mayores en edad que todos los anteriores, demostraron porque son una de las bandas de punk más fuertes y creativas del punk melódico. Apenas paraban unos segundos entre canción y canción, y en el último tercio de concierto consiguieron que la gente se volviese a animar increíblemente. Acabaron sudando gota gorda, como todos los últimos grupos, y personalmente esperaba que tocasen su famosa versión de Ozzy Osbourne, Bark At The Moon, pero no lo hicieron.

También nos quedamos con el detalle de que el gracioso batería de Misconduct, el de la cresta, estaba siendo llevado a volandas cada dos por tres encima del público y pasándoselo de maravilla. Seguramente fue la actuación más descafeinada de las últimas debido al cansancio de la gente, pero es de agradecer los ánimos que incitaron a la gente a seguir de fiesta.

¡Y fin! Tardamos lo suyo en hacer todas las crónicas, pero al fin está hecho. Esperamos que os hayan gustado las fotos, vídeos y los relatos que os hemos puesto. Sed libres de comentar vuestra opinión sobre el festival para ver si coincidís con nosotros o no. Desde aquí dar las gracias una vez más a la organización por tratarnos tan bien y confiar en nosotros para cubrir el evento. Esperemos que el año que viene haya una segunda edición con grupos de tanta calidad y que aumente el éxito entre la gente asistente. ¡Salud y hardcore!

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