Para saber de qué hablaría hoy me propuse hacer una lista de cuatro cosas de las que podría hablar. Usé random.org y me salió un número que no recuerdo ahora mismo, pero sé que se correspondía con lo que veis en el título, el nuevo trabajo de los escoceses Franz Ferdinand.
Hasta el 26 de enero aún no estará a la venta el disco, pero ya hace unas cuantas semanas que se filtró por la red y fui de los primeros en escucharlo (uno tiene sus fuentes). Tras darle bastante rodaje a las doce canciones que lo componen, creo que puedo afirmar dos cosas: va a ser uno de los discos del año, dominando en las discotecas y pubs durante tiempo, y siguen fieles a su estilo indie-rock de siempre, aunque tirando hacia lo electrónico. Vi por algunos sitios que echaban pestes contra el disco, pero sinceramente, no tienen ni puta idea, no les hagáis caso. Si os gustaron los discos anteriores, este os gustará también. Estribillos pegadizos que nos llaman a la fiesta, al descontrol, y a vivir la vida (que son dos días), o letras muy bien pensadas que harían una muy buena competencia a Massiel («La, La, La, La, La, Ulysses, blabla…«) son la fórmula del éxito en una canción de indie-rock. Pero he aquí el problema de que se parezca: suena todo igual. Me pasó lo mismo cuando escuché Black Ice, de AC/DC, aunque ambos me gustaron.
Franz Ferdinand preparándose para recibir críticas de sus fans
La primera vez que escuché el single Ulysses allí por noviembre no me llamó demasiado la atención. Era un tema bueno, movidito, pero no resaltaba como otras canciones suyas (Take me out, Do you want to, etc.). Al final acabó gustándome con su «Lalala» antedicho y su sonido tan claro del bajo. En la letra el protagonista nos cuenta qué feliz es tras encontrar una nueva forma de vida disfrutando de ella (como el 90% de sus canciones, sí). Podéis ver el vídeoclip oficial si queréis:
Escuchando las siguientes pistas, llegamos a la conclusión de que se parecen bastante, pero molan. La segunda pista del álbum es Turn it on, una canción muy corta que habla sobre la historia de un pagafantas que está pilladísimo por una tía que pasa de él, pero que está seguro de que cambiará. Está bastante bien, realmente. Me recuerda en cierta parte a Foo Fighters con The best of you, pues repite como veinte veces «Turn it on».
Después de estas dos, sigue una canción con bastante gancho, No You Girls Never Know (vi en varios sitios que el título estaba acortado a No You Girls, pero no sé fijo si es el bueno). ¿Qué es lo que no sabrán? Lo que nos hacen sentir, o algo así. Y bueno, según la canción tampoco nosotros nos preguntamos cómo se sienten ellas. Lo importante es que es carne de cañón de pubs y garitos. La escucharéis más de una vez.
Send him away forma parte del grupo de canciones Naruto, concepto que explicaré más adelante para los menos avispados que no conozcan Naruto. Twilight Omens se caracteriza por unos sonidos de guitarra con unas cuerdas raras (no sé explicarlo, escúchala) y por poco más. Casi la situaría en la misma categoría que la anterior.
En el sexto lugar y a pesar de su comienzo lento, entra con energía una de mis favoritas del disco, Bite Hard. Es una canción que invita a mover el esqueleto durante toda la canción. Otra posible candidata para escuchar cualquier fin de semana estando de fiesta dentro de un pub.
What She Came For es un ego-boost en toda regla y una de las mejores del disco. Resumiendo, tus colegas o alguien te está diciendo que esa pava vino a por ti, que hagas algo. «Oh my god, ¿de verdad que soy yo? Sí, es tu día de suerte, tío, ¿no lo ves?». Mola bastante.
Pasando el ecuador (honremos a Sash), llegamos a otra de mis preferidas por su ritmo electrónico, Live Alone. Se ve que el chaval de la canción pasó malos momentos amorosos y ahora quiere vivir solo. Eso sí, dice que estará esperando por ella sin importarle donde ella esté ni con quien, y además, deseando estar en su lugar. Pagafantismo en su máximo nivel, como Turn it on. Eso sí, sin atender a la letra, dicho estribillo tiene que alcanzar niveles épicos en un concierto.
Siguiendo la linea, en la canción Can’t Stop Feeling dejaron de nuevo al chaval, pobre él. Destaca el sonido distorsionado con sintetizadores en varias partes de la canción, consiguiendo de nuevo hacernos bailar en nuestras sillas.
Lucid Dreams salió como un single no-single allí por agosto (ellos afirman que no es un single, pero es una canción que salió sola, así que ya me diréis). Para este disco la modificaron con mucha electrónica y alargándola hasta los siete minutos y pico, convirtiéndose en la más larga de su discografía (nunca había llegado a los cinco minutos siquiera). A partir del minuto cuatro, los sintetizadores y la electrónica gobiernan la canción haciendo pensar que estamos ante The Chemical Brothers o The Prodigy. Ya por último, dos canciones más de tipo Naruto: Dream Again y Katherine Kiss Me. Muy tranquilas y sin gancho.
Ya que acabamos el disco, explico el concepto de «canción Naruto»: esta serie de anime de la cual yo soy seguidor tiene como costumbre hacer sufrir a sus fans poniendo decenas de capítulos de relleno que no pintan nada y que, si se quitaran, nada de valor se habría perdido. Pues lo mismo con este tipo de canciones: las pusieron, no quedan mal en el contexto, pero si las quitáramos nadie se moriría.
Aún así, veo este disco como un firme candidato al DOTY 2009 (Disk Of The Year). Era un disco esperado de un grupo bastante bueno y famoso, y tendrá buen resultado en el mercado. La nota que le doy es un 8, pero bien podría ser más nota.
Nota: 8/10
Y bueno, como dice Alex Kapranos, líder y vocalista de Franz Ferdinand, «(el disco) es música para la pista de baile, o para tu habitación para animarte antes de salir, o para alguien que vuelve a casa una hora antes que amanezca». Tal cual.
Tracklist:
01. Ulysses (3:13)
02. Turn It On (2:23)
03. No You Girls Never Know (3:44)
04. Twilight Omens (2:32)
05. Send Him Away (3:01)
06. Live Alone (3:31)
07. Bite Hard (3:28 )
08. What She Came For (3:36)
09. Can’t Stop Feeling (3:05)
10. Lucid Dreams (7:58 )
11. Dream Again (3:20)
12. Katherine Kiss Me (2:56)
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ACTUALIZACIÓN:
Si queréis escuchar todo el disco entero, lo tenéis en su MySpace.
A mí lo de la canción Twilight Omens me suena como un banjo con distorsión xD
Me gusta! Yo le pongo un 7. Es más de lo mismo, pero tampoco esperaba nada nuevo, y mola un montón.
yo creo que:
1 le pondria un 8.99 muy cerca de nueve pero algunas canciones no van mucho acorde a la demanda previa del disco,
2 creo que alex tiene muchos mensajes de su vida personal ocultos en cada una de estas canciones…las estrellas tambien sufren? claro que si,
3 a pesar de todo sus canciones naruto me van pegadizas no por el ritmo sino por las letras que van desde los mensajes romanticos a las revelaciones fuertes y a su forma letras tipo «trastornadas» lo que en cierta forma es tambien romantico…
hay que ver que piensa el.