Resurrection Fest @ Celeiro (Viveiro, sábado 30/07/2011)

Tras dos días de muerte y destrucción y con las energías casi extintas volvíamos un día más a la churrerí…al recinto de Celeiro donde se celebraba, sí, el fuckin’ Resurrection Fest. Debido a una serie de catastróficas desdichas de la noche anterior en la que se involucró un pato de goma, una conversación sobre Schopenhauer y una carrera de grúas por las afueras del pueblo, tanto Axionymous como yo estuvimos desaparecidos hasta bien entrados los conciertos. Pero antes de que nadie pueda echárnoslo en cara, nuestra frutita favorita Mr. Mandarina estaba allí al pie del cañón con su cámara y su libreta preguntándose dónde leches estábamos y si los carteles de WANTED que había por las calles del pueblo éramos realmente nosotros. Todo esto no sería posible si no fuera por él. Y por Mr. Tanaka, Estrella Galicia y la organización del Resurrection Fest. Pero venga, al lío.

Las colinas tienen ojos. Uh, qué miedo.

Mr. M: Pues sí, allí estaba yo sin mis compañeros, rodeado de unos pocos resus muy valientes desafiando el sol de mediodía. Llegamos justo a tiempo para ver a los asturianos Tragic Vision en la carpa Jäggermeister. Menos mal que estábamos a la sombra. Empezaron muy puntuales, y me pareció que contaban con más amigos entre el público que resus en general. Aún así, para ser los primeros del día y abrir la jornada de conciertos estuvieron muy notables presentando su disco Nothing to leave behind. Muy a tener en cuenta.

A pesar de que Hills Have Eyes sonaron más contundentes que Tragic Vision, me resultaron un poco planos y menos destacables. Seguíamos en la carpa Jäggermeister, así que no puedo achacarlo a la acción directa del sol sobre mi cabeza. Sería cosa de la digestión de la pizza, o que no tenía sangre en el cerebro.

Los que sí me entusiasmaron fueron Death Will Come. Esto es hardcore portugués de primera línea, y dan fe los muchos seguidores que se agolparon delante del escenario Monster. Animaron en inglés, portugués y español, soportando el calor que por primera vez en el festival hacía aparición. Muy meritorios, solo hace falta ver la fuerza que demostraron en Unicorns are just ponys with strap-ons, The only thing y las que les sucedieron. Un gran bravo para ellos.

JJ: Legacy of Brutality nos cogió recien llegados al festival y con un Mr.Mandarina golpeándonos salvajemente y pidiéndonos explicaciones por el retraso así que nuestro trabajo está bastante diluido. El recuerdo es que el show fue bastante parecido al dado en el Burning Fest. Reseñable la aparición de un Homer Simpson en la última canción.

Mr. M: Muy difícil tarea la de los Day of Rising. Eran muy conscientes de que no era su prototipo de festival. Aún así, se pegaron un viaje en furgoneta desde su Castellón natal para venir a tocar poco más de media hora. Muchos dirán que su rock fresco y veraniego no pegaba ni con cola, y puede que sea posible, pero hay que reconocerles el mérito de echarle agallas para colarse en medio de tanto hardcore y metal. A pesar de tocar a una hora más prudencial, creo que hubo mucha menos gente que en el primer concierto. Incluso contando con este contratiempo se las apañaron para vender más merchandising que en su concierto de teloneros con Paramore. Os invito a escuchar su último disco Deceivers United, del que tocaron, por ejemplo, You Don’t Really Mean It, o Bring us back 7am de su primer EP.

Day of Rising se traduce como «El día del Alzamiento», ¿no?. Uh, qué miedo.

Axionymous: Uno de mis descubrimientos musicales más agradables de este festival ha sido Vita Imana. A pesar de ir totalmente a ciegas, ya los calé desde un principio anotando la siguiente primera línea en mi libreta «abren con un death que recuerda a Sepultura»; y es que el sexteto mama del legado de los Cavalera como si fuesen unos más de su familia: desde las voces del cantante hasta los ritmos extraídos del binomio batería-percusión. Uno de los momentos álgidos de la actuación fue cuando los músicos abandonaron sus instrumentos habituales y nos deleitaron con unos ritmos de corte africano que desembocaron finalmente en la reentrada de los instrumentos eléctricos y un pogo entre el público. Proseguirían con canciones con un sonido más hardcore hasta que remataron con Sistema Nervioso y el cantante lanzándose sobre los brazos del público (los cuales agradecieron que no fuese Max Cavalera el que se tiró).

Mr. M: No lo pasé demasiado bien en el concierto de los Do Or Die. Pero más por factores externos que por el propio grupo. Mi labor como fotógrafo (si se me puede considerar tal) se vio bastante entorpecida por las chicas y chicos de Jäggermeister que amablemente repartían bebida con sus probetas a los que se agolpaban en primera línea. Pero claro, esto lo hicieron desde el foso, que digamos que tampoco es demasiado ancho. También los Do Or Die fueron muy amables y repartieron agua entre los asistentes. Contaron con mejor sonido, nos adelantaron que sacarán nuevo disco en noviembre, e hicieron bien su trabajo con temas de su Pray for them.

JJ:  Y ya con los Black Panthys Party, el delirio. Tenía muchas ganas de ver a este grupo que prometía fiesta y hardcore a raudales y sobre todo desde que decidieron colgar el lenguaje anglosajón y pasarse a la poesía social y comprometida, líricas en su concierto que clamaban al cielo Quiero ser Paquirrín o Una noche con Marichalar. Una pena que esta vez no nos regalasen sus disfraces pero abrieron con el Bienvenidos de Miguel Ríos y entre tema y tema Charlie sacó su acento inglés para balbucear “hardcore…united…” lo cual desató las risas del respetable. Se agradece que nos recuerden que a veces nos metemos mucho en lo de ser “trues”. Sus movimientos pélvicos causaron el efecto afrodisíaco buscado y ahí ya vino Hijo de Punka, la versión de Nancy Sinatra Chewbacca era un wookie, Che Quevara la Revolución, Mariano Pignoise y yeah, el gran momentazo en el que tras haber imitado al líder de Madball se decidió a meterse en la piel de TonTony Sly y hacer una versión de Feels Like Home. Invitando al gentío a construirse un “circle patatif” y entre risas y aplausos tocaron algún tema de su próximo álbum como Gora ET, una versión de Circle Jerks y otra de Ace Of Spades (que empieza a ser un clásico en el festival) redondeando así una de las mejores actuaciones del festival de este año, para mí los tapados de esta edición, los cuales me dejaron con el estómago batiendo de la risa y unas ganas de fiesta preocupantes. De matrícula de honor o de juzgado de guardia, el conciertazo que se marcaron los asturianos esperamos que se repita muy pronto y seguro que toda la gente que botó y bailó con ellos en la carpa Jäggermeister está de acuerdo.

Los Black Panthys quieren ser Paquirrín. Eso sí que Uh, qué miedo.

Y pensando aún en el acústico de Authority Zero que no habíamos podido ver el día anterior, llegaron los americanos junto con hordas reales de seguidores decididos a pegarse unos pogos de punk zapatillero. Aunque el sonido no les acompañó precisamente, decidieron desgastarse en el escenario y ofrecieron un concierto notable con temas como Over Seasons, No Regrets, One Hot Minute… entre más y más circle pits. Por lo que pudimos escuchar les salió mejor el acústico del día anterior pero la verdad es que este tampoco estuvo nada mal.

Ax: Y si los anteriores en pisar el escenario Jägger, los Black Panthys, no se tomaban a sí mismos muy en serio, Anal Hard tampoco sería una excepción. Cantando en español y con letras como «¿Quién es el cabrón que se folla a tu piba sin condón?» (o eso es lo que yo entendí y no pienso contrastar) ya nos podemos imaginar el tipo de humor obsceno regalado sobre las tablas. Momentos para recordar (o no): los problemas de sonido con una guitarra en una de las canciones que solucionaron volviendo a empezarla «porque les salía de los huevos», cuando le bajaron sus compañeros los pantalones al bajista o cuando el propio cantante se remangó los pantalones cortos hasta que se le asomaron los genitales. ¿La música? Bien, gracias. Canciones tituladas Orgías tolos días y un hardcore estándar combinadas con otros temas muy cortos que pasaban sin pena ni gloria. Mención especial para el alcalde de Viveiro que estuvo a punto de salir al escenario durante el concierto, aunque más empujado que otra cosa.

Mr. M: Strife moló un huevo y parte del otro. Hicieron bien estos tíos en volver a juntarse porque lo petan. Se nota que saben lo que hacen y que tienen mucha carretera en esto, y es que son unos clásicos. Y eso que Rick Rodney es lo más barbirrojo que te puedes echar a la cara, con lo antinatural que eso sugiere (tranquilos, es una broma, no insinuamos que los pelirrojos sean antinaturales). Era su primera vez en España y esperemos que no la última. Nos dejaron un setlist que no dio lugar a mucha sorpresas pero no les quitó nada de potencia. Temazos como Will To Die, Stand As One, Overthrow, Lift, To An End, Force of Change, Blistered o la final y apoteósica Through and Through, con Rick tirándose a la multitud los dejaron muy arriba en el consciente de los resus y quedaron como otros de los triunfadores del sábado y del festival en general. Me faltó Mine Alone pero creo que no puedo ni debo quejarme absolutamente nada. Un 10 para ellos.

Uh, qué barba de Strife.

Ax: ¿Qué pinta Morrissey en un festival tan duro? Pues cederle una canción que les servirá como introducción a la segunda visita a España de More Than Life. Tras ese momento romántico, saltó al escenario el cantante con la gorra para atrás y una actitud de rapero blanco que no podía con ella: moviéndose por todo el escenario, en detrimento de los tres instrumentistas de cuerda que parecían anclados a su sitio, a la vez que meneaba los brazos al son de la música. He de confesar que quedé gratamente satisfecho con la instrumentalización de las canciones, aunque para alguien no demasiado adorador del hardcore como yo las voces se hacían molestas y rompían las evoluciones graduales de los acordes de guitarra que sonaban como fondo. Todo se resumió en un interludio lento en el que los instrumentos iban creando una agradable atmósfera durante un buen rato que recordaba a los primos duros de Toundra, pero cuando arrancaron las voces volví bruscamente a ese mundo de Viveiro lleno de gorras, dilataciones y tatuajes. Uno de los momentos que mejor pintaba era cuando el vocalista se lanzó al público con el micrófono, pero desgraciadamente fue capaz de conservarlo y seguir cantando.

Meshuggah era el plato fuerte metalero del festival. Venidos desde Suecia y con un sonido no precisamente apto para todos los públicos, comenzaron a desplegar su calculado y sincopado sonido; no por nada son clasificados como math metal por algunos. Es difícil que alguien que no sea seguidor del grupo o del género logre enamorarse de un grupo así en un directo, pero esto ya se torna imposible si estamos hablando del escenario Monster. Meshuggah fue probablemente el grupo que más se vio perjudicado por los fallos de sonido que venimos comentando, cuando la mayor parte de tu música se basa en notas sincronizadas entre los diferentes instrumentos en unos tiempos muy concretos, cualquier cosa que se salga de ahí rompe la magia. Y el sonido proveniente del lado izquierdo de las tablas no hacía más que fastidiar la atmósfera pretendida con temas como Bleed o Combustion. Sobre el grupo no tengo nada malo que decir: el tecnicismo se notaba a pesar de todo, las voces parecían sacadas de los discos y ver a Fredrik Thordendal desfasando con el controlador bucal no tiene precio.

Justo a continuación, los metaleros nos movimos a la carpa para poder disfrutar de Angelus Apatrida. Ellos mismos nos comentaron que era su segundo año en el festival, que estaban contentos de estar allí y que sentían mucho respeto por toda la escena hardcore que tenían alrededor. Todo muy bonito, pero ellos vinieron a darnos nuestra dosis de thrash metal y vaya si lo hicieron. Comenzando conn temazos como Clockwork y Blast-Off, e incluso incluyendo otro especialmente dedicado sin cariño a «alguien que nació muy cerca de aquí», los albaceteños nos hicieron vibrar en un foso que no paró de moverse entre circle pits, walls of death y random things. Cerrarían tras tan solo nueve canciones con Thrash Attack, volviendo a acordarse del mundillo hardcore y del buen recibimiento que tuvieron en la localidad lucense.

Bring Me The Choripán. Uh, que hambre.

JJ: Bueno, bueno, bueno. Aquí llegaban los cabezas de cartel: Pennywise, recuerdos de la adolescencia del 95% de los presentes, abriendo con un Every Single Day, un sonido impecable, una actitud precisa y todo el maldito festival pendiente de Fletcher y los suyos, subiendo una cuesta de rabia que explotó en Fight Till You Die, desembocó en el circle pit de Same Old Story y convirtió el concierto en una experiencia brutal para los presentes. Era imposible buscar cordura en el comportamiento de la gente. Con Fuck Authority nos largamos a dar saltos hasta nosotros y entre todos los surfistas de las primeras filas seguían sonando temazos, No Reasons Why, la versión de Stand By Me y… claro, como no podía ser menos, un cierre con Bro Hymn, gente y gente subida al escenario y Fletcher que tras acompañar el concierto con el inevitable discurso político quiso hacer feliz a un elegido y le regaló su guitarra. Benditos sean. El cabeza de cartel no falló, Jason Matthew Thirsk this one’s for you.

Los rebautizados de manera unánime y general como Bring Me The Chorizon eran otros de los esperadísimos del festival. Mucha tralla y mucho movimiento loco en un grupo que movilizó a masas de característicos fans y convenció a su público con temas como Fuck, Anthem o Chelsea Smile. Sin ser uno de los mejores directos que presenciamos, sí que fue uno de los que tuvo mayor presencia de un público muy fiel.

Y ya para acabar la fiesta como tiene ocurrido en otras decisiones, la organización le dejó el papel a un grupo más festivo: los Real Mckenzies punk-folk que mandó a bailar al respetable y que sin ser nada del otro mundo cumplió y supuso un digno fin de fiesta para los que se animaron a cerrar la edición de este año a lo grande. Particularmente los RM siempre me han parecido más flojos que otros grupos de su cuerda (como por ejemplo Dropkick Murphys) pero el objetivo y papel que tenían que jugar en el Resurrection lo cumplieron con creces.

Los Real McKenzies. Como venga una ráfaga de viento y levante las faldas ya veréis como UH, QUÉ MIEDO.

Tras esto, el comité Tanaka nos retiramos a deliberar a nuestros aposentos sobre estos tres increíbles días de festival donde no faltó de nada con solo dos objetivos en nuestro futuro a medio plazo en la vida: volver al Resurrection Fest 2012 y conseguir una docena de churros cuanto antes. Pronto reflexiones al respecto.

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14 comentarios en “Resurrection Fest @ Celeiro (Viveiro, sábado 30/07/2011)

  1. Mucho churro mucho churro pero no comentais lo guapa que es la hija del churrero.

    1. Eso pasa una foto por ahí y hacemos referencia a ella en el epílogo. O directamente basamos el epílogo en hablar de la tipa en cuestión.

      1. Veré a ver que puedo hacer, pero si tengo fotos solo son porque sale el puesto de churros detrás xD

  2. Buenísimo. Menudo día/noche. Los Black Panthys fueron la polla, las putas risas con los punkis, Lo mejor junto con Pennywise.

    Y currazo se pegaron los tanakas, cada uno a su manera, pero currazo. Grandes! xDDDDD

    Buenas crónicas chicos!, pal año más!

    (mención especial para la party que nos marcamos en el taco aunque estuviera ya fuera del cartel del Resu xD)

  3. Para el año que viene teneis que educaros mucho más en la sagrada senda del hardcore, es vuestra asignatura pendiente, se nota mucho como criticais con mas amor los grupos menos hardcores del cartel!

    1. Es que de los que ibamos, Axionymous es metalero, yo soy punkizapatilla y Mr.Mandarina no se baja de Camela o Alfredo Krauss si ya le pides más.

  4. buenas crónicas, pero el año que viene os va a dar pases vuestra pta madre.

    1. ¿Si fueron buenas, por qué no?

      De todas maneras, si no vamos con pase, iremos sin él y seguiremos haciendo las crónicas.

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