Los amantes del post-rock tenían una cita obligatoria anoche en A Coruña y como no podía ser de otra forma, nos pasamos por allí para contaros cómo fue la nueva edición del Mareira Club Jvno en la que participaron nombres tan prometedores como Syberia, Lehnen o Caspian, con quienes tuvimos la oportunidad de hablar días antes del evento. Una tarde-noche que pese a empezar con media hora de retraso siguió una trayectoria ascendente. Pero no de esas que empiezan siendo pesadas y acaban bien. No no, todo lo contrario: empezó bien y no hizo más que subir hasta acabar de manera espectacular con los de Massachusetts sobre el escenario de la sala Túnel.
Al cuarteto local La Hydra le tocó ir calentando los altavoces mientras poco a poco se iba acercando la gente. No fueron ni mucho menos un plato trivial de, pero si bien no alardearon de la destreza que mostraron posteriormente los demás invitados, nos presentaron un set de temas extraídos de su homónimo epé. Se columpiaron entre el ambiente más rockero hasta el metal más puro, una muestra de ello fue Un futuro que honre el pasado, durante la cual ya podíamos ver agitarse las primeras cabezas. El Páramo fueron los siguientes en aparecer. El cuarteto madrileño de caras conocidas llegaba con muchas ganas de tocar (se leía en sus redes sociales) y con 2014 bajo el brazo del que sabréis más esta semana ya que tuve la oportunidad de hablar con ellos antes de que empezara todo. Asaltaron el escenario para poner en marcha su Turbina y nos hicieron la boca agua ante la expectativa de este nuevo álbum, aunque también asomaron temas de los orígenes. El directo es el directo y gracias también a la iluminación durante todo el festival, en su concierto se creó una ambientación inigualable hasta que uno a uno, entre aplausos, fueron abandonando el escenario tras un show solvente y…
Para cuando los barceloneses Syberia tomaron el relevo, las primeras filas se veían mucho más compactas. Protagonizaron uno de los conciertos más intensos de la noche jugando casi en casa ya que aún habían estado el pasado mes de agosto en el último Mareira Fest. Pero volvamos a donde estábamos. Drawing a Future llegó como un auténtico cohete y la hora siguiente fue un auténtico no parar con la sección rítmica disparada de las manos de la batería y un bajo que brillaron por momentos. Nos llevaron de viaje hasta la víspera del fin del mundo formando parte de una Stampede, que es básicamente lo que simbolizan estos cinco chicos ahora mismo sobre el escenario gracias al rodaje que están adquiriendo. Visiblemente emocionados ante los aplausos, no perdieron la ocasión para agradecer a la organización del festival y a la gente que se había desplazado para verlos. Un buen rato tardó en armarse en el el backline para los siguientes: los austríacos Lehnen, los compañeros de batalla de Caspian durante este tour. Llegaban anoche para presentar su álbum I See Your Shadow (la canción homónima sonó acojonante). Era noche de agitar la cabeza al ritmo del bajo y/o de dar palmas para acompañar a la batería y la atmósfera que tejieron los norteños fue mucho más compleja con un sinfín de sonidos persiguiendo el ruido y la distorsión por momentos para inundarnos de manera controlada. Con todo y con eso, la concentración que los cuatro componentes tenían sobre el escenario y su música, en esta ocasión con letras, resultó reflexiva, llena de detalles y sutilezas que expusieron de forma clara.
Y llegó el plato fuerte de la noche. Caspian, no sólo se subieron al escenario de la sala Túnel, sino que directamente lo pusieron patas arriba. Me explico: no se anduvieron con florituras en ningún momento. Empezaron a tocar en la cima con Waking Season y se mantuvieron en ella durante la hora larga que duró su directo e incluso se atrevieron a presentarnos una de sus nuevas canciones, Arcs of Command. Desde el primer tema hasta el bis de rigor lo dieron todo como si se les fuera la vida en ello. Verlos moverse, saltar, cada golpe… Tejiendo perfectamente una química que resultó ser espectáculo y para la que suscribe estas líneas, uno de los conciertos más bestias que ha visto en su vida. Concrescence, Asa… Temas que en disco suenan delicados, correctos, por momentos cohibidos; nada tienen que ver con la locura desatada anoche, sobre todo en cuanto la línea de bajo subía en intensidad desbordando por momentos. Jugaron bien y el público no paró de responder con interminables aplausos y numerosos acompañamientos con palmas durante los temas. Pero fue Halls of The Summer (inserte aquí iconos de corazones) uno de los momentos más celebrados y con Ghosts of the Garden City cerraron el primer bloque del directo en unos niveles de emoción excepcionales.
Pero si hubiera que quedarse con un instante de anoche, probablemente sería el cierre (tanto del directo de Caspian como del festival en sí) en éxtasis que supuso Sycamore, con el público ya incondicionalmente entregado, aplaudiendo con el estallido final y donde los de Massachusetts ya no parecían tocar con sus manos y su brazos, sino que con la intensidad con la que se movían alrededor de la batería conectaban los unos con los otros disfrutando y haciéndonos disfrutar de la ‘tamborrada’. Vibrantes como pocos, con el sonido ajustado y una banda que se mereció todas las ovaciones que se llevó. Sin duda, un concierto que bien merecía ser disfrutado por más gente. ¡Larga vida al Mareira!