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Frusciante

John Frusciante lanzará EP y disco este verano y adelanta un mini-tema, «Glowe»

Después de aquel fatídico 16 de diciembre de 2009 donde abandonó a los Red Hot Chili Peppers, John Frusciante se dispone (después de The Empyrean en 2009) a sacar nuevo material en solitario. Y muy solitario, porque parece ser que es él el encargado de tocar todos los instrumentos y de poner las voces en su nuevo trabajo, si no contamos algunas colaboraciones esporádicas. Ese trabajo (en realidad son dos) ya tienen nombre y fecha: primero un EP llamado Letur-Lefr que está previsto que salga el 16 de julio (aunque en Japón la salida se adelanta unos días); y, después de dejarnos esa migaja, podremos ver todo su progreso post-Red Hot en un LP bautizado PBX Funicular Intaglio Zone que se espera que salga a la luz de los halógenos de las tiendas de discos el 24 de septiembre de este mismo año.

Frusciante

A falta de Photoshop, buenas son ceras

El muchacho, que ha sido proclamado mejor guitarrista de los últimos 30 años según BBC News hace apenas dos años, se mete en un mundo desconocido para los que están acostumbrados a sus acordes en temas como Californication o Scar Tissue. Más exactamente se introduce en el mundo del Pop Synth Progresivo, según palabras suyas. En la espera de la salida del disco, Frusciante sacará Walls and Doors, canción que no ha querido introducir dentro del álbum. Por ahora os dejamos Glowe aquí abajo, un aperitivo que llena menos que unos cacahuetes a media mañana. ¿Qué os parece? ¿Seguiréis idolatrándolo o por el contrario pensáis que ha tomado el camino oscuro de la psicodelia para no volver?

Tracklist de Letur-Lefr:

1. In Your Eyes
2. 909 Day
3. Glowe
4. FM
5. In My Light

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«Glowe»

Vía: Rolling Stone
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Ralf Hütter - Kraftwerk

Kraftwerk habla de lanzar un nuevo disco

Ralf Hütter, miembro y fundador del grupo Kraftwerk, declaró en una entrevista para el New York Times que un nuevo álbum de la banda alemana podría estar de camino. Hütter es el único miembro original que todavía sigue en el grupo y por tanto, el único que ha hablado sobre el tema, diciendo: «No nos hemos dormido». ¡Eso esperamos!

Ralf Hütter - Kraftwerk

No. Parece que nadie le ha dicho nada sobre la chaqueta…

Además de decir que Kraftwerk «es un organismo vivo», el artista alemán sólo añadió: «la música nunca se termina, empieza mañana otra vez». Y ya. Pocas palabras para lo que sería la vuelta de la banda desde el 2003, con Tour de France Soundtracks. Los músicos ofrecieron la semana pasada en el Museo de Arte Moderno de Nueva York una serie de conciertos especiales durante ocho noches consecutivas. El museo presentaba una exploración cronológica de los experimentos sonoros y visuales de Kraftwerk, así como una representación en vivo de su repertorio al completo: Autobahn (1974), Radio-Activity (1975), Trans-Europe Express (1977), The Man-Machine (1978), Computer World (1981), Techno Pop (1986), The Mix (1991) y Tour de France Soundtracks (2003). Gracias al proyecto, pudieron reinterpretar sus propias composiciones, así como presentar sus contribuciones a la influencia global del mundo de la imagen y el sonido.

Sabemos que fuera del escenario pocas veces han participado en la promoción de sus discos, pero de vez en cuando el también ciclista Hütter nos deleita con información, cuanto menos, curiosa. En su última aparición dijo que el grupo estaba bien siempre que la idea de su música proviniese de una clara exposición: «Podría ser corta, podría ser larga. También tenemos una estructura mínima, por lo que no hay drama posible. Es más modular, más mínima. Es una pieza, es conceptual. Hay un desarrollo gradual. En la música clásica hay drama. Eso no es lo nuestro».

Muchas veces me pregunto por qué tipos como este son quienes son hoy en día, pero más que explicarlo yo, lo deberían aclarar las 450 personas que llenaron el auditorio los ocho días de conciertos. Sus riffs son utilizados por artistas como Bambaataa Afrika o Coldplay y a diferencia de los artistas que ponen el grito en el cielo cada vez que alguien emplea algunas de sus notas, Hütter afirmó que su banda no está interesada en la posesión. «Estamos más interesados en participar. Estamos emitiendo. Algunas de nuestras ideas son ondas de radio. Somos la antena recogiendo información, el transmisor dando esa información de ida y vuelta. Es como la energía de retroalimentación. Si no, tocaría mi música en mi casa y me iría a dormir». No sé qué opináis pero después de leer todo esto me he quedado de lo más contenta/preocupada ¿?.

Vía: Rolling Stones
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Love at the Bottom of the Sea

The Magnetic Fields – Love at the Bottom of the Sea (Merge, 2012)

A la manera del Jørgen Leth atormentado por Lars von Trier en Las cinco condiciones, The Magnetic Fields decidió (sería erróneo atribuirle los giros del timón únicamente a Stephin Merritt, aunque la asociación sea en muchos casi automática: el resto de componentes del grupo, especialmente Claudia Gonson, están muy lejos de lo anecdótico) autoimponerse una serie de limitaciones que han venido marcando su carrera desde el ya lejanísimo, infinito Get Lost de 1995: desde el disco más querido por los muchos seguidores de los americanos, que consta de 69 temas con la característica común de la temática amorosa, hasta la trilogía que llegó a continuación, donde se desechaban los sintetizadores y se llevaban a cabo gansadas como encabezar todas las canciones con la letra i y ordenarlas alfabéticamente, homenajear a The Jesus & Mary Chain o acercarse al folk.

La novedad de 2012, recibida con alegría por la mayoría, consiste en que la banda regresa a los sintetizadores al tiempo que abandona la idea de localizar el álbum en un espectro alejado del suyo propio, algo que había sido percibido como un lastre complicado de justificar para Distortion y Realism, a cambio del único capricho de ajustar todos los temas de Love at the Bottom of the Sea de modo que su duración rebase los dos minutos al tiempo que no supera los tres, algo razonable y que en ningún modo puede entenderse como maniatar su creatividad (no en vano, la mayor parte de las 69 pepitas de oro de su mejor álbum comparten dicho rango de longitud).

Love at the Bottom of the Sea

Tan altas expectativas desembocarán, desgraciadamente, en decepción para los que considerasen que eran aquellas artificiales restricciones lo que alejaba cada vez más al grupo de su obra maestra: los dos álbumes (a pesar de que, sobre el papel, forman parte de una inconsistente trilogía junto con el que se sitúa entre ellos y el que los eclipsa, i, incluir a este dentro de una relativa crisis creativa sería un engaño, dada su condición de espléndida coda para aquel) que preceden a este distan mucho de constituir obras conceptuales, sino que funcionan simplemente como llamativos contenedores para lo mismo que la banda lleva realizando a lo largo de más de dos décadas: seductoras canciones que engañan al oyente incauto con los cantos de sirena de una atractiva melodía para acabar enganchándolo en las redes de uno de los mejores letristas vivos. Unas redes llenas de ironía, repletas de ingenio, de melancolía, de talento. Aunque las reacciones no se produzcan siempre con la misma intensidad, y desde luego no provoquen las violentas combustiones de 69 Love Songs, la fórmula permanece inalterable, por encima de envoltorios.

Despojados, en fin, de unos disfraces que se reducían a poco más que un discretísimo antifaz, quedan los temas, que oscilan entre lo brillante y lo que se podría calificar como simplemente continuista. El problema radica en que, de una escucha a la siguiente, las etiquetas van bailando, y lo que en la pasada N-1 resultaba cargante y prescindible de la letra de Infatuation (with your Gyration) se perdona y se asume en la N, al tiempo que la ilusión de que Long-Forgotten Fairytale (una de las canciones favoritas de, recordemos, Russian Red: en algo tenía que acertar) ha vuelto a la vida transformado en Born for Love se desvanece y la canción retorna al lugar que en ley le corresponde: el del notable y no el del sobresaliente. Por encima de todas estas variaciones se sitúan cortes como Andrew in Drag, acertadísima elección de single que, como ocurre con muchas de las mejores creaciones de Pedro Almodóvar, más de uno despachará como mero guiño a una comunidad LGBT que no constituye sino una fracción marginal de los seguidores de Merritt, cuando la amargura y la brillantez desbordan tanto  aquí como ocurría en, pongamos, Hable con ella. O como The Machine in your Hand, cuyas metáforas sobre tecnología y amor alcanzan todo lo que Atrapados en la red solo pudo soñar.

Exigirle una progresión ascendente a quien ha firmado 69 Love Songs es un imposible, pero el público de The Magnetic Fields es, por definición, soñador.

Tracklist

01 – God wants us to wait
02 – Andrew in Drag
03 – Your Girlfriend’s Face
04 – Born for Love
05 – I’d go anywhere with Hugh
06 – Infatuation (with your Gyration)
07 – The only Boy in Town
08 – The Machine in your Hand
09 – Goin’ back to the Country
10 – I’ve run away to join the Fairies
11 – The Horrible Party
12 – My Husband’s Pied-à-terre
13 – I don’t like your Tone
14 – Quick!
15 – All she cares about is Mariachi

Nota de los usuarios:

[ratings]

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«What Did I Do», el single de Kele Okereke mientras no sabe que pasa con Bloc Party

Después de que anunciará la publicación de su segundo trabajo en solitario, Kele Okereke se encuentra en el limbo en cuanto a la participación en el nuevo disco de Bloc Party. Pero mientras, presenta What Did I Do, el primer single de The Hunter, el EP de siete canciones que saldrá el 31 de octubre.

Kele Okereke

Parece Seydou Keyta

Muchos se preguntaban cuando saldría esta colaboración con Lucy Taylor, pero hasta hoy nada se sabía al respecto. En su propia página Web, Kele, con un estilo muy varonil (?), colgó el videoclip en el que se le ve bailando con otros amigotes y con la cantante, en un tema bastante aburrido para mi gusto, aunque me parece algo mejor que los de The Boxer. Habrá que ver que sale de su versión de la mítica Goodbye Horses, de Q Lazarus.

A mi, personalmente, me recuerda a las típicas canciones que se escuchan en las tiendas de ropa. Pero juzgar vosotros mismos:

Vía: iamkele.com
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Kele Okereke, de Bloc Party, prepara un nuevo EP en solitario: «The Hunter»

El cantante de Bloc Party, Kele Okereke, está preparando un nuevo EP titulado The Hunter. Tras la publicación de su primer disco en solitario, The Boxer (2010), el vocalista vuelve a su estilo electrónico con siete canciones en las que tienen cabida varias colaboraciones con gente como Lucy Taylor, Sub Focus, Fred Falke, RAC y QNESS.

Kele Okereke

Problem?

Entre las siete canciones se esconde una versión de la canción Goodbye Horses, el conocido tema de 1988 de la vocalista norteamericana Q Lazzarus. Está previsto que el disco salga el próximo 31 de octubre. Junto a él ha estado trabajando de nuevo el productor XXXChange.

Pero ahí no acaba la cosa. En un vídeo para la página NME, Kele prometió nuevo material con el grupo que le hizo triunfar, Bloc Party. En él habla de los planes de futuro que tiene con la banda y, para quien controle de inglés y le guste el trabajo del cantante, le será realmente interesante. Aquí podéis ver el vídeo en cuestión.

Tracklist de The Hunter:

‘What Did I Do?’ (feat Lucy Taylor)
‘Release Me’
‘Devotion’
‘Goodbye Horses’
‘Cable’s Goodbye’
‘Love As A Weapon’
‘You Belong To Someone Else’

Vía: NME
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