Empezar este artículo diciendo que 2011 ha sido un año trascendental para la consagración de Nacho Vegas sería faltar a la verdad de manera flagrante. El asturiano, pese a que su fama va por barrios y a alguno se le mezclan los nombres cuando hablamos de uno de los miembros de Nacha Pop, hace mucho tiempo que se consagró dentro de la fauna nacional (sin querer faltar). Bien es cierto que cada casa juega con sus reglas: si algunos se empeñan en mezclarlo con el indie patrio, modernete y popular, otros se lo llevan al terreno cantautor e incluso no hay quien falta quien lo asume como artista transgresor e antisocial. Afortunadamente esto parece darle igual a él.
A finales del año pasado, saltaba la noticia de que Nacho sacaría un disco para este 2011 y saldría de gira para pasearlo. Este álbum (del que hay una crítica justo aquí) recibió buenas críticas por doquier y se aupó a los primeros puestos de –¡oh, señor!– la tan prostituida lista de grandes éxitos en España. Desde luego toda una sorpresa teniendo en cuenta la proyección que tenía en circuitos comerciales el artista, pero que conseguiría abrir el camino a que otros artistas no tan mainstream lograsen el mismo TOP1 incluso cantando en otro idioma (como es el caso de Manel)
Qué tumbao tiene. Y qué chispa yo.
Nada olía a podrido pero a muchos nos dio en la nariz que Nacho Vegas podría estar subiendo un escalón más en su carrera al alcanzar esa notoriedad fuera del ámbito de los seguidores de siempre. Todo esto coincide en el tiempo y el espacio con un proyecto que puede parecer kamikaze pero que ha demostrado su buen funcionamiento (con las dichas listas de ventas) y es el de la formación de la discográfica Marxophone y la apuesta por un modelo de licencias copyleft. Callaron las bocas de aquellos que aventuraban el apocalípsis cuando llegasen estas iniciativas y que ahora andan a la gresca por haber metido mucho la mano en el saquito del dinero.
La gira además consiguió llenos absolutos allá donde fue, tanto en España como en Sudamérica, algo que legitimó el disco, la iniciativa de Marxophone y la expansión del artista. Incluso la famosa profesora de canto de la Rolling Stone, le dió un aprobado a la voz del cantautor en su momento. ¿Llegaría el día en que algo habría de ensuciar este éxito absoluto?. Pues para algunos sí.
Tras las polémicas declaraciones de Russian Red en la que se declaraba inocentemente de derechas en la revista Marie Claire, un hecho que no pasó desapercibido para la escena musical (fans y artistas) en España, Nacho Vegas fue preguntado en un especial que qué pensaba de estas declaraciones, contestando con unas bastante más incendiarias: “Cualquiera que se declare de derechas ha de ser un cretino o un cabrón”. Y digo incendiarias porque de repente, la velita de Nacho Vegas se encendió en la España moderna e Internet se volcó en opiniones sobre el artista, tildándolo de intolerante o fascista y en otras vertientes también artistucho, «desconocido», o alguien que necesita llamar la atención.
Feliz navidad motherfuckers
Cuesta creer que en el momento que Nacho Vegas estaba necesitase llamar la atención para conseguir fama o mercado y aunque algunos pensamos que el asturiano no tenía porque haberse metido en esos «fregaos», es justo reconocer algo: Nacho Vegas ha sido siempre un artista político y no es nada nuevo que hable y sobre todo que hable en esos términos. La imagen que predomina sobre los artistas políticos es la masticada hasta la saciedad figura del cantautor protesta de garganta abrigada con palestina o las hordas de grupos de rock/ska/punk/oi con ‘k’s en sus nombres y estética izquierdista. Pero no hace falta cagarse en la puta madre de la policía nacional para hacer canción política, ¿acaso olvidamos la reciente implicación del cantautor en la plataforma Robo, dedicada a la creación de música con intención política? Durante toda la carrera de Nacho Vegas, sus letras han reflejado una filosofía política muy marcada. Qué sorpresa cabe ahora cuando el declarante es el mismo que decía que «como buen reaccionario de izquierdas que soy estoy en contra de la era esta de la información y la tecnología» algo que en este mundo tan 2.0 sin duda le granjeará amistades a tutiplén sin necesidad de mencionar a Russian Red. Lo siento Nacho por buscarte enemigos.
Nacho Vegas siempre ha dicho de alguna forma lo que le ha dado la gana, el problema es que normalmente no se le ha escuchado y cuando de repente salta a la palestra, deja de ser leído en su contexto para parecer un energúmeno que intenta aprovechar la fama de Lourdes Hernández. De todas formas, aún le quedarían fuerzas para volver a la picota mediática con unas declaraciones en el concierto de homenaje a Leonard Cohen (con el motivo de su galardón Principe de Asturias) al advertir al americano de que «tuviera cuidado de a quien le estrechaba la mano, ya que igual había alguno de los que habían matado a Lorca», en referencia a la adoración del poeta por parte de Cohen y haciendo referencia a estamentos de la sociedad española que en ocasiones se ven acusados de complicidad o al menos de «no pronunciarse» ante los crímenes cometidos durante la Guerra Civil en España. Rebuscado, exagerado o demagogo podrían ser adjetivos válidos (según la opinión de cada uno) pero obedecen una vez más a la ideología de Nacho Vegas y en ningún caso son aleatorios. Nacho Vegas es el mismo hoy que ayer, solo que en ocasiones descontextualizado, tanto de sus ideas, como de su carrera o compromiso, como de los círculos donde se mueve y que una vez más, creo que tienen una importancia relevante para entenderlo. Digamos que no es lo mismo una opinión de Bisbal, músico destinado al ámbito comercial puramente que una opinión de un artista que a mi parecer ha aportado una de las propuestas más interesantes letrísticas en España, incluso en ocasiones abandonando el aspecto puramente musical y adentrándose en la literatura.
Como dicen por ahí: y el universo no implosionó ni nada, oigan
El año no podía acabarse tan pronto para él y hace algo más de un mes, Nacho sacaba de nuevo con Marxophone Como hacer crac, hermano pequeño y rebelde de aquella Zona Sucia que tuvo tan buen recibimiento. El disco constaba de seis cortes que si bien podrían haber formado parte de La Zona Sucia, editados de manera «separada» otorgaban una dimensión distinta al conjunto. Muchos han querido ver en él el gran disco político de Nacho Vegas. Vuelvo a creer que es un error por lo anteriormente explicado. Sin embargo, como el mismo artista ha señalado, el EP ha nacido al calor de un contexto social y político que graba a fuego sus pretensiones en los temas. El título que da nombre al disco, Como hacer crac, plantea una realidad ligeramente distópica, un ambiente pseudoapocalíptico en que, como su propio nombre indica, la sociedad se rompe. Con reminiscencias al ambiente viciado de aquellos Nuevos Planes, Idénticas Estrategias, el tema ha terminado por convertirse en el hit de estos últimos meses del 2011, un año en el de Gijón ha mostrado su apoyo al 15-M o ha sido referenciado por Sabina como un «de Nacho Vegas lo único que me interesa es su novia».
El resto del álbum no tiene desperdicio, las canciones, que en un primer momento puede parecer que pecan de más simplicidad que las de otros álbumes, se revelan sin embargo como temas de primera línea cuya musicalidad llega a recordarnos tangencialmente a otros artistas y otros géneros (¿soy solo yo o el estribillo de En mi nueva vida recuerda al Rodríguez Algunos hombres buenos? ¿Y La Fiesta y…? vaya, ahora no me acuerdo). El resto del EP no se queda corto, a la esperadísima Marquesita (grabada por fin) le acompañan Relato de un error y Dos Bandos, que empieza como canción coral para convertirse en uno de esos hits escondidos en los que de nuevo Nacho, no quiere esconder sus ideas. ¿Disco político? Sí, claro, pero no especialmente. Quizás es más evidente que los anteriores pero nada especialmente distinto en cuanto a ese punto. Eso sí, de nuevo un imprescindible para sus fans.
Acaba el año y la imagen general que nos queda de Nacho Vegas es que parece haber dado un salto fuera del tiesto, ha pasado a ser más visible para el panorama nacional, quizás de una manera que no le favorece, pero ya se sabe, «mientras hablen de ti, que hablen aunque mal». Desde luego hablar de consagración se queda corto. Existe curiosidad por saber que le deparara al artista el 2012, si continuará su demonización en ciertos sectores, si pasará a un segundo plano más tranquilo que en el huracán mediático que a veces le rodea o si, como intuimos muchos, en algún momento dará el salto al panorama internacional, aunque algunas muestras ya ha habido en su carrera.
PD: No me olvido tampoco de la versión que nos dejó también del Simple Twist Of Fate de Dylan. Sean felices.
Muy buen especial, Jimmy. Parece que la llamada del jefe te metió presión para currar, ¿eh? :D