Con un título muy amarillista comenzamos un post que hará reflexionar a más de uno. Guns N’ Roses no son lo que eran, ya desde hace mucho tiempo. Su líder, Axl Rose, se empeña en seguir contentando a los fans con los grandes clásicos del grupo, intercalando de por medio su último disco Chinese Democracy, que tras doce años de trabajo y $13 millones de dólares nos dejó un poco fríos y con un sabor de boca no muy bueno. Fans no le faltan, eso está claro, pero la verdad es que muchas veces sigue comportándose bastante inmaduramente, como si fuese un niño caprichoso de 48 años. Las malas lenguas comentan que la ruptura de los miembros originales de los Guns fue su culpa (hasta Slash lo insinuó hace unas semanas), y las conductas de los últimos tiempos no hacen más que darle la razón a los rumores. Agredió a un fotógrafo porque según él «acosaba» a una chica (hasta lo negó en su web, a pesar de existir un vídeo con las imágenes, pero luego lo desmintió). Otro día llamó cáncer a Slash, no sabemos a cuento de qué. Los miembros en el grupo le duran bastante poco (ved el gráfico de este artículo de la Wikipedia). Últimamente en cada concierto llegan con una hora y media de retraso injustificadamente, situación que llevó a la organización del Reading Festival a cortarles el sonido este fin de semana pasado, con el consiguiente enfado monumental de Axl, quien ni siquiera dio disculpas, sino que aún las solicita por parte de la organización.

Lo que le dice a sus detractores (¿y a sus fans?)
La gota que colmó el vaso, o más bien, la botella, fue el botellazo recibido en su concierto de Dublin del pasado día 1 en el festival O2 Dublin. De nuevo con una hora y medio de retraso que enfureció a su público, en medio de la canción Welcome To The Jungle recibió un buen golpe (minuto 3:30) que hizo que parase la actuación para soltar un breve discursillo:
Si no queréis pasarlo bien, lo único que tenéis que hacer es hacérnoslo saber. No tenemos problema ninguno. Nos iremos por nuestro camino.
Y tres canciones después se fueron. Un miembro de la organización del festival anunció al público que estaban intentando con todas sus fuerzas que Axl aceptase volver al escenario, y pidió por favor que fuesen buenos. Así fue que tras 35 minutos de pausa Axl y los suyos volvieron para acabar su concierto, pero con una gran parte del público ya en sus casitas. La revista Metal Hammer se ha hecho eco de todas estas cosas y ha publicado un artículo de opinión que razón no le falta en muchas cosas:
Axl Rose entra en el escenario y causa que el concierto tenga que ser acortado. Él culpa a todo el mundo menos a sí mismo. Los fans se van a casa enfadados y bastante decepcionados. Mmm… ¿Soy sólo yo o esas tres frases me suenan como un déjà vu? Quiero decir, todos hemos pasado por eso, ¿verdad? Demasiadas veces. De hecho, comienzo a preguntarme si Axl simplemente está disfrutando de este tipo de broma cósmica que nadie es lo suficientemente raro como para pillarlo.
[..]
Incluso los fans más ardientes de Axl comienzan a admitir que estos últimos episodios como el de Reading son demasiado y que son inaceptables.
También se habla de que hace años podría tener sentido algún acto de rebeldía como éstos, dignos de verdaderas estrellas del rock, pero a día de hoy, no dejan de ser bromas pesadas. Según ellos, estas actitudes podrían llevar al fin de los Guns N’ Roses inevitablemente. Sólo hasta que Axl Rose se sienta mejor y se comporte bien. Acaban con una recomendación: «llama a Slash».
Tras todas estas verdades como puños, desconocemos si al final veremos juntos a los miembros originales en 2013 con motivo del R&R Hall of Fame. ¿Cómo veis la situación del grupo, queridos lectores? Os dejamos hablar y opinar sobre el tema, siempre que sea desde el respeto. ¡Salud y pistolas con rosas!
Vía: NME & MetalHammer
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