Tras las primeras actuaciones del MTV Galicia 2010, el Monte do Gozo se mostraba más lleno. Era evidente que los grupos que mayor interés despertaban en este festival eran los veteranos Echo & The Bunnymen y, sobre todo, los canadienses Arcade Fire.
Sobre las ocho y veinte Ian McCulloch y sus chicos fueron introducidos en otro de los discursos de Johann Wald vía anécdota del backstage. Según el presentador, a Ian le apetecía esa noche compartir en el escenario con Arcade Fire la canción Modern Man de los canadienses; pero el inglés no estaba dispuesto a pedírselo a los chicos de Montreal “porque él era una leyenda del rock”: tenían que ser ellos los que se lo pidieran a él. Con semejante dosis de chulería británica el concierto de Echo & The Bunnymen, pensé, podría guardar alguna sorpresa.
Pero no las hubo, más allá del entretenido directo de los ingleses, que repasó los principales éxitos de la banda. Tras el saludo de Ian abrieron con Rescue, seguida rápidamente de Villiers Terrace. Después de un pequeño discurso de Ian (en un inglés cerrado increíble) se lanzaron a una versión del Roadhouse Blues de The Doors, que consiguió que parte del muy joven público (que obviamente estaba allí por Arcade Fire) se animase algo con los de Liverpool. En cualquier caso, las primeras impresiones eran que Ian tenía la voz algo tomada y su aspecto era el de estar tocando con resaca. Pero, sinceramente, eso no hizo sino mejorar en cierto modo la sensación de estar viendo a unos grandes: la voz rasgada creo que incluso mejoró en directo Do It Clean o los estribillos de Seven Seas.