Un gentío de músicos de diferentes décadas y estilos componen este increíble disco, banda sonora del reciente documental titulado Sound City surgido de una brillante idea más del tenaz Dave Grohl. Desde personajes como Josh Homme de Queens Of The Stone Age hasta el solista Rick Springfield pasando por Corey Taylor de Slipknot o la mítica vocalista de Fleetwood Mac, Stevie Nicks, participan en él. Dave ya formó en 2004 junto a otra serie de artistas la banda Probot, con la que estrenó un disco en clave de metal bajo el mismo nombre donde sacó de su puño y letra todos los elementos para conformarlo con un resultado muy satisfactorio. La propuesta esta vez es algo distinta, quizás más clásica y con músicos que aunque proceden de estilos algo más opuestos, por así decirlo, estructuran algo muy variopinto (y puede sonar contradictorio, pero sí, también clásico) que podría ser atribuído al rock los años setenta y ochenta con alguna excepción de la que os hablaré más adelante.
La noticia de que Paul McCartney iba a reunirse con los ex-miembros de Nirvana de la gira In Utero causó un revuelo del que ya hablamos bastante en su momento en un par de posts. Todo el mundo pensó en un tributo al exitoso grupo de los noventa, pero todo se quedó en una reunión de amigos que presentaban una canción nueva, Cut Me Some Slack. Al fin y al cabo no fue más que el anuncio de que el documental iba a contener un aliciente musical en formato disco con canciones totalmente nuevas. Los apodados Sound City Players, componentes de formaciones que grabaron discos en los míticos estudios de Los Ángeles ya extinto tenían preparado algo muy grande para mostrarnos este 2013. Como único apunte (personal), decir que se echó de menos la participación de músicos los Red Hot Chili Peppers, Metallica, Tom Petty o Neil Young, pero aún teniendo en cuenta estas ausencias, el trabajo ha sido todo un agrado.
Dave ha contado de nuevo con la ayuda de Butch Vig, o al menos con su cabeza decapitada
Lo más sencilo que podría hacer en estos momentos sería alabar a Dave Grohl y tirar para casa, pero es mejor tratar de exponer las razones por las que alabo a este señor a través de una crítica de algo que, en su mayoría, es fruto de su talento. Si se quiere ser «fanboy» de alguien hay que serlo con cabeza. No son muchos los músicos profesionales que juntan «de un día para otro» a una lista de artistas de varias décadas y estilos diferentes que la única relación que guardan es, prácticamente, la pasión por crear e interpretar sus obras (obviamos que miembros de Foo Fighters y gente como Josh Homme sí guardan relación con Dave en otro tipo de proyectos) además de haber grabado algún álbum en algún momento de su vida en los Sound City Studios y más concretamente en la consola análogica Neve 8028, la cual fue adquirida por Dave en 2011 y en la que también se grabó este disco.
La frase «Sound City, that’s it man!» seguida de un riff rockandrollero y garage proclaman el comienzo del gran trabajo que es Real to Reel. Robert Levon de los Black Motorcycle Club, quizás el más joven de todos los músicos participantes del LP, tiene el honor de lanzar el cohete de despegue con el tema Heaven and All. El subidón que proporciona escuchar una pieza de rock tan bien ejecutada ya anima a continuar con la escucha de semejante obra de arte; y es que la banda sonora del documental Sound City contiene once canciones dignas a prestar oído mientras bebes una cerveza y escuchas ese «rasgueo» característico de tu reproductor de vinilos antiguo.
La voz susurrante de Dave Grohl se bate como si de un duelo pacífico se tratase con las palabras de Chris Goss, cabezilla de Masters of Reality y destacable precursor del sonido desértico de Palm Desert, en Time Slowing Down. Lo que hace característico a este tema además de esa fusión de voces, son los estribillos a los que se acude en innumerables ocasiones. En este caso podemos decir que no sobran ni se hacen pesados. No es esta la mejor composición del disco, pero tampoco es despreciable. No tengo nada destacable que mencionar sobre ella quitando lo dicho. Esto no es algo negativo ni debería quitar ningún mérito, pero simplemente no me transmite nada nuevo que se deba recalcar como oyente.
Llegar a You Can’t Fix This es como alcanzar el Nirvana (nunca mejor dicho) sin quererlo. Aquella rubia llamada Stevie Nicks que hizo enamorar a nuestros padres en los setenta poniendo voz a los Fleetwood Mac vuelve del pasado para enamorarnos a nosotros, los hijos de aquellos padres rockeros que se pasaban noche y día escuchando vinilos de Supertramp, Alans Parsons, Neil Young y los Dire Straits. You Can’t Fix This es quizás la mejor canción de esta grabación para mí. Su riff principal y esa batería grave y sencilla acompañada por la voz de esta musa setentera hiptonizan desde la primera escucha. Casi seis minutos estructuran esta pegadiza y brillante semibalada digna de premio.
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Rick Springfield es uno de esos músicos que pasa desapercibido hasta que un día aparece de la nada, y ¡PUM! El padre del hit ochentero Jessie’s Girl resurge de sus cenizas con The Man That Never Was acompañado de todos los miembros de Foo Fighters (excepto Chris Shiflett) como respaldo. Ya quisiera este señor crear en su momento algo similar a lo que ha hecho en esta ocasión, seguramente hubiera triunfado con este «sonido Foo» tan presente. Es inevitable no pegarle un repaso a esta pieza y quedar satisfecho, pero nada más que satisfecho, y PUNTO. La pegada que Dave Grohl ha dejado aquí no es tan digna de admirar, ya que si nos despistamos podemos escuchar al ex-batería de Nirvana chirriando en nuestra cabeza hasta en las partes vocales. Desde mi punto de vista ha echado mano de un sonido demasiado típico y no muy atrevido. No llega a la genialidad ni originalidad en este caso, pero como trabajo común es muy disfrutable.
«ONETWOTHREEFOUR, ONETWOTHREEFOUR!» ¡Apartad vuestras mentalidades punk falsas del camino y emborrachémonos! Lee Ving nos quiere recordar que los Ramones siguen vivos en nuestros corazones a pesar de que se hayan convertido en una moda adolescente desde ya hace unos años. El que fuera frontman de los Fear (que podrían haberse llamado fácilmente Beer por el uso exacerbado que dieron al vocablo referente al oro líquido en sus letras y discos) quiere robarnos a nuestras mujeres e irse al bar más cercano a ponerse hasta las cejas de alcohol, montar pelea y posteriormente tener una noche de sexo desenfrenado (aquí, tirando de estereotipos). Your Wife Is Calling es un auténtico pepinazo de hardcore punk, directo, repetitivo y duro. ¿No os recuerda su melodía al sonido de una mosca remolona de esas que se posa en tu cabeza continuamente tratando de incordiar? ¡Pues eso! Si vuestra alma se quiere dejar llevar por lo que podría ser un magnífico himno punk, adelante con ello.
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Como no se vive solamente de clásicos, nunca está de más tirar de un sonido más actual y distinto para no caer en la monotonía y perder el enganche (en este caso, ojo). Corey Taylor entró en 1999 en Slipknot, año en el que vieron el éxito con su disco homónimo que caló bien hondo a la juventud de la época con ese estilo que cabalgaba entre el death metal, rap y hardcore. Corey no compartía su talento exclusivamente a través de Slipknot sino que también se escondía, esta vez sin máscara, tras el proyecto Stone Sour (previo a Slipknot), en el que trabajó (y trabaja todavía) con un tono más melódico y sentimental.
El joven Taylor de hace años probablemente ni se esperaba que casi quince años después de su triunfo musical grabaría con uno de los ex-miembros de Nirvana, grupo clave en su adolescencia. Tras recibir una llamada de Dave Grohl que le dejó con la boca abierta según declaró en varias entrevistas y tras aceptar el trato, se dirigió a los estudios Sound City para ponerse manos a la obra con la ayuda del propio Grohl, Rick Nielsen de Cheap Trick (ese hombre que toca guitarras de cinco mástiles y vive bajo una gorra desde hace más de treinta años) y Scott Reeder (Kyuss). De esta unión de lo más variopinta salió From Can to Can’t, que cuenta con una base melódica que estalla de vez en cuando a través de riffs propios del heavy metal. Musicalidad en la línea de Stone Sour pero más dura por momentos, con momentos intensos e interesantes. Estamos ante un fragmento más que hace de este puzzle musical una genialidad con la que disfrutar sin importar tu edad ni preferencia musical.
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From Can to Can’t
Gracias a Josh Homme, Chris Goss, Alain Johannes y el más que nombrado Dave Grohl nos adentramos en el primer corte semiacústico de la grabación, Centipede. Es un tema pausado en un principio que cuenta con arreglos de percusión de fondo que se esconden tímidamente entre la voz de Homme. Tras unos tres minutos de relativa tranquilidad, las melodías explotan gracias a la suma del combo guitarra eléctrica-batería-bajo, eso sí, siempre con el riff inicial de fondo sosteniendo la melodía.
Los calvitos siempre caen bien
En todos los discos que participó Alain Johannes, que no han sido pocos, siempre se echó en falta su protagonismo. En Them Crooked Vultures y en gran parte de sus proyectos «desérticos» prácticamente no fue ni reconocido, al menos en la medida que se merece. En A Trick with No Sleeve por fin podemos escucharlo cantar sin ningún estorbo de por medio. Tiene una buena voz y una gran capacidad compositiva, pero nada del otro mundo. Su canción es entretenida, y no resulta ningún coñazo. Hay ciertos elementos que podrían encuadrarse dentro del pop-rock en su voz, pero en conjunto estamos ante otra canción de rock de esta casi redonda banda sonora.
Cut Me Some Slack fue lanzada ya días antes de que comenzara el año 2013 y ya se pudo escuchar en vivo a través del streaming del festival benéfico a favor de las víctimas del huracán Sandy del pasado doce de diciembre. Aunque se hubiera especulado sobre su sonido antes del estreno y gente como Krist Novoselic haya comentado que estaba situada entre Scentless Apprentice y Helter Skelter, yo no veo prácticamente ningún elemento que apoye esta teoría. Sí es una canción bastante dura, que roza el hard rock y si cabe el heavy metal, además hay partes corales y rasgeos en la voz de Paul McCartney que recuerdan ciertamente a ese tema tan duro e inesperado de aquellos aperentemente delicados niñitos que eran Beatles (o eso es lo que alguna gente creía y todavía cree), pero nada más. El sonido que se logra es muy interesante y no es demasiado habitual en la música, tiene gancho y es innovador. Se pueden escuchar también elementos desde blueseros, con ese solo condimentado con slide hasta, como dije antes, hardrockeros y heavymetaleros. No es porque yo sea un gran fan de Nirvana desde hace años, pero realmente esta colaboración es llamativa y cuenta con un ambiente ruidoso muy singular cuando llega casi a su recta final.
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Cut Me Some Slack
El cántico meláncolico y acústico por excelencia de este LP viene de manos de, cómo no, Dave Grohl. El «muy señor nuestro» canta y pone voz a If I Were Me con un resultado sobresaliente que se une a la lista de temazos para casi dar por concluído el disco. Participan aquí también Jessy Greene, violinista que giró ya con Foo Fighters en su momento, y el batería Jim Keltner, que ha participado con tantos grupos durante sus cincuenta años de carrera que podría pasarme todo el santo día diciendo nombres. Una auténtica joya.
No hay mantras, pero sí alfombras
Cerramos este Real to Reel con Mantra, la excepción musical del álbum en cuanto a estilo y la canción más zen, espiritual y diferente. Se nota aquí la figura de Trent Reznor y el espíritu de Nine Inch Nails vagando por la sala en la que se grabó la canción a leguas. Algún que otro arreglillo electrónico y una atmósfera de otro mundo, como es propio en las creaciones de este músico y más rock todavía conforman este viaje sagrado por parajes desconocidos. Como es ya sabido por todo fan de Trent y sus proyectos, éste es un hacha en los teclados y la tecnología aplicada a la música, y aquí nos lo vuelve a demostrar. Una gran forma de clausurar estos cincuenta y seis minutos de música rock en un montón de variantes.
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Mantra
Si por mí fuese plantaría un diez al disco y me iría tan pancho, pero he echado de menos la participación de Neil Young, Tom Petty o de miembros de Metallica o Red Hot Chili Peppers como ya he dicho al comienzo. Además, no estaría de más añadir algún corte más duro y metálico para cambiar un poco de tercio el estilo y dar cabida a más cosas. Ya sé que los Sound City Studios se basaron en música rock sin más hasta bien entrados los ochenta, pero no hay que olvidar que allí también grabaron Rage Against The Machine, Mastodon, Slipknot, Tool y Wolfmother más recientemente. Con ese aliciente musical se podría haber recalcado un momento distinto en la vida de aquellos estudios musicales, por lo tanto, al no tener en cuenta este elemento también fundamental, es casi necesario restar algún punto. Quince canciones, por ejemplo, podrían haber cerrado un círculo con estilos más variados que estructurarían todo con un espectro más amplio. Pero eso, que no se puede tener de todo y como conjunto yo creo que un ocho con cinco es una nota más que decente para un documento muy valioso y entretenido para el oído humano. ¡Corred a escucharlo, amantes del rock!
¿Conclusión? Dave Grohl es uno de los músicos más grandes que ha parido la música rock de los últimos veinte años. Seas fan de él o no es imposible no reconocer su legado musical y su aportación en la tira de proyectos de géneros muy diferentes. Bravo por él una vez más.
Nota de los usuarios:
[ratings]
Tracklist:
1. Heaven and All (Dave Grohl, Peter Hayes, y Robert Levon Been)
2. Time Slowing Down (Brad Wilk, Chris Goss, Grohl, y Tim Commerford)
3. You Can’t Fix This (Grohl, Rami Jaffee, Stevie Nicks, y Taylor Hawkins)
4. The Man That Never Was (Grohl, Nate Mendel, Pat Smear, Rick Springfield y Taylor)
5. Your Wife Is Calling (Alain Johannes, Grohl, Lee Ving, Pat Smear, y Taylor Hawkins)
6. From Can to Can’t (Corey Taylor, Grohl, Rick Nielsen, y Scott Reeder)
7. Centipede (Alain Johannes, Chris Goss, Grohl, y Josh Homme)
8. A Trick With No Sleeve (Alain Johannes, Chris Goss, Grohl, y Josh Homme)
9. Cut Me Some Slack (Paul McCartney, Grohl, Krist Novoselic, y Pat Smear)
10. If I Were Me (Grohl, Jessy Greene, Jim Keltner, y Rami Jaffee)
11. Mantra (Grohl, Josh Homme, y Trent Reznor)
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