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Crónicas de los eventos a los que hemos asistido contados desde nuestro punto de vista particular. Puede que no os guste, ya avisamos, pero también puede que sí.

Green Day

Crónica: Bilbao BBK Live @ Kobetamendi (Bilbao, 11-13/07/2013)

Los responsables de cualquier festival saben lo importante que es diferenciarse, encontrar una identidad sobre la que amantes de la música puedan verse reflejados y así atraer el mayor número de gente posible. Al Bilbao BBK Live le ha costado lo suyo pero por fin parece haberlo conseguido. El festival contaba este año con tres potentes cabezas de cartel, como Depeche Mode, Kings Of Leon y Green Day. Teniendo en cuenta que hacía tiempo que sus fans no los veían por España, se concluye fácilmente que estaban muy bien escogidos. Si a esto le sumamos una oferta musical variada y atractiva, nos encontrábamos con un cartel muy apetecible.

Bilbao BBK Live

Reparto por días del cartelón de este año

Jueves 11 de julio

El sol fue el extraño protagonista de la primera jornada. Acostumbrados a un tiempo más fresco y con menos calor que en otros festivales, suponía un ligero contraste a ediciones anteriores. Con este panorama recibía Bilbao a los miles de asistentes que se daban cita otra vez en un festival sin duda en alza y que se ha convertido en uno de lo más importantes de Europa por méritos propios. Tras subir al monte de la ciudad y superar la cuesta que llevaba hasta el recinto, por fin estábamos en el BBK. Tocaba recomponerse para ir a por las primeras filas y disfrutar del gran día que nos esperaba.

Bilbao BBK Live 2013

Al ser el primer día, la cola para acceder al festival era considerable y cuando conseguimos entrar ya sonaba TOY de fondo. Los británicos, que tocaban en el escenario Heineken, tenían la responsabilidad de abrir el festival y no defraudaron. A pesar de que la mayoría de los asistentes estaban en otros menesteres, los que sí estuvimos disfrutamos de bonitos momentos como los que se vivieron con Lose My Way, canción en la que la voz grave de Tom Dougall brilla especialmente. Una actuación perfectamente ejecutada y pese a que algunos intentábamos corear Colours Running Out, la mayoría de los allí presentes esperaban en silencio a que terminasen para coger sitio en el principal. Tocaba el turno de Alt-J.

Considerada como la banda revelación de 2012, valorada por todos y repudiada únicamente por Pitchfork, el escenario Bilbao aguardaba la actuación ya con bastante aforo. La mayoría eran británicos con tono cangrejo debido al fuerte sol, presente en todo momento. Empezaron con Intro, con calma y con cuidado, como si no fuera con ellos la cosa y con el público enchufado desde el primer momento. Le siguió Tesselate, con la gente participando activamente en los coros. A partir de aquí se produjo la sucesión de temas a cada cual mejor como Fitzpleasure, Something Good o una de las mejores canciones del anterior año, Breezeblocks. Por repertorio no será. En la parte final sonaron piezas tan delicadas y exquisitas como Matilda y la que cerró el show, la imperial Taro. En resumen, una gran actuación.

Alt-J

Tras un rato de descanso escuchando de fondo el agradable concierto de Edward Shape & The Magnetic Zeros, era el turno de Editors, una de las grandes bandas de este festival. Abrieron el show con Sugar y A Ton Of Love, dos canciones de su nuevo álbum The Weight Of Your Love y que más recuerdan a su sonido de antaño. La voz de Tom Smith es simplemente brutal, de las mejores de la escena actualmente. Sonó especialmente bien A Ton Of Love, un nuevo hit de los de Birmingham, que necesitaban una nueva gran canción urgentemente.

La locura se desató entre el público cuando sonaron los mejores temas de sus dos primeros discos: la archiconocida Munich, Bones o la épica Smokers Outside The Hospital Doors. El público disfrutaba y se notó, pese a algún parón de euforia con canciones de su nuevo álbum y por tanto menos conocidas. Cerraron el show con Papillon, el mejor tema de su tercer disco, que hizo saltar a todos los allí presentes, que ya eran muchos debido a que se acercaba Depeche Mode. Alegre y bailarín, el frontman de Editors se movió de un lado al otro del escenario y colaboró en gran parte a formar uno de los mejores conciertos que nos dio el festival.

Editors

Mientras que llegaba el gran plato del día, estuvimos viendo el magnífico concierto que ofrecío L.A., un grupo que ha sabido madurar y que todavía no ha alcanzado el lugar que le corresponde. La carpa Vodafone estaba prácticamente a rebosar y a pesar de que el sonido no estaba bien ajustado, no decepcionaron a nadie. En cuanto finalizaron la actuación, empezó a agitarse el ambiente porque ya era la hora de Depeche Mode. Con el escenario principal lleno, regresaban a España para presentar su notable nuevo disco, Delta Machine. Había muchísimas ganas de verles y disfrutar con ellos. De forma que por fin salieron Martin Gore, David Cahan y compañía al escenario, con un bonito juego de luces y efectos acompañándoles, para tocar Welcome To My World. Bienvenidos todos, tocaba medir en qué condiciones llegaba la banda.

El público empezó bastante desconectado a pesar de todo hasta que llegó el momento mágico en Precious. El sonido fallaba y tuvieron que parar la actuación. Tras un momento de incertidumbre, David Cahan cogió el micro y  avisó de que no pasaba nada, la volverían a cantar. No sé si fueron las ganas de David Cahan para que todo saliese bien, si la complicidad de los espectadores o lo que fuese, pero hubo un antes y un después. Vaya que si lo hubo, el público no paró de vibrar desde ese instante con todo el repertorio, incluidos nuevos hits de su último disco como Soethe My Soul. Merece mención aparte la fase final en la que tocaron tres clásicos atemporales seguidos como Question Of Time, Enjoy The Silence y Personal Jesus. Además de esto, se vivió un momento extraordinario con Just Can’t Get Enough, con las más de 30000 almas allí presentes danzando y cantando de un lado al otro. Hicieron gala de todo su repertorio, se ganaron al público y su concierto nos dejó un sabor de boca inmejorable.

Depeche Mode

Pese al cansancio, había que regresar rápidamente al escenario Heineken porque empezaba Biffy Clyro. Son una de las bandas del momento y cumplieron de sobra presentando su último trabajo, Opposites, con el que han acabado de confirmar que los antiguos Biffy Clyro no volverán. No obstante, escuchando canciones como Biblical, Opposite o Black Chandelier en directo, hay que reconocer que lo que hay ahora también suena genial. No dejaron de tocar la ya clásicas Bubbles o quizás con la que más se emocionó el público, Many Of Horror. Repaso total a sus dos últimos discos con alguna excepción como Living Is A Problem Because Everything Dies.

Chocaba ver a Two Door Cinema Club tras los momentos salvajes que se vivieron en Biffy Clyro, pero era lo que tocaba. A pesar de llevar ya desde 2006 en este mundillo, siguen siendo una de las sensaciones del indie rock británico y cerraron el primer día con una correcta actuación. Su cantante, Alex Trimble, apareció vestido elegantemente con traje y disfrutaba apurando una copa de vino al final de cada canción. En fin, cosas de los artistas. Tienen hits de sobra y tanto los antiguos como los nuevos suenan estupendamente. Algunos decían que todas las canciones sonaban igual pero lo que sí es cierto es que todos disfrutamos hasta la despedida del grupo con What You Know. Dieron el broche final que se merecía a una primera jornada repleta de grandes actuaciones.

Two Door Cinema Club

Viernes 12 de julio

El segundo día de esta edición del Bilbao BBK Live era, bajo nuestro punto de vista, el más flojo. Que sí, que estaban Kings Of Leon, pero realmente el segundo día era de transición, con muchos grupos de relleno entre escenarios. No obstante, como no queríamos desmerecer a ningún artista, intentamos ir pronto para no perdernos ninguna actuación. Por desgracia, la suerte no estaba de nuestra parte y los autobuses plagados de gente en dirección al festival no paraban. Las horas pasaban y el agobio empezaba a apoderarse de nuestra mente. Finalmente, para cuando llegamos, Spector ya había terminado de tocar. La mayoría de los medios no les han hecho caso a su primer disco pero teníamos bastantes ganas de verles. Qué le vamos a hacer.

El cielo estaba completamente nublado y empezaban a surgir los primeros temores de que la eminente lluvia cancelaría alguna actuación. Yo por mi parte, no quise hacer caso y fui a esperar pacientemente al escenario Bilbao a que empezase la actuación de una de las bandas más atractivas de la segunda jornada del festival: The Vaccines. La lluvía caía suavemente y muchos rezábamos para que no aumentase el ritmo. Empezaron un poco más lento de lo esperado con Wetsuit y a medida que avanzaba la canción, también lo hacía la fuerza de la lluvia. Cuando se empezaron a animar con Post Break-Up Sex o la gran All In White, el arca de Noé amenazaba con aparecer y todo el público ya había huido a refugiarse.

The Vaccines

Yo permanecí delante del escenario, con ganas de oír Bad Mood o alguna de las canciones de su segundo disco, ese que les ha valido para despejar todas las dudas que había sobre ellos en su debut. Los altavoces dejaron de escucharse y los pobres Vaccines se marcharon dejándonos a todos sus fans con ganas de más. La cuestión es que el rato que estuvieron, lo hicieron muy bien. Otra vez será. A partir de este momento, huimos corriendo para refugiarnos en la carpa Vodafone de la fuerte lluvia que dejó todo el césped hecho un barrizal. Quién no se refugiaba en la carpa, lo hacía en los puestos de merchandising, que seguramente vendieron más en la hora que duró la lluvia que en el resto del festival.

Se hizo de rogar pero al final la lluvia cedió y se pudo retomar el ritmo de las actuaciones. Fuimos a comprar un bocadillo, un bien de lujo en esta edición, y de paso vimos un poco de la actuación de Gary Clark Jr. Dicen de él que es el próximo Jimmy Hendrix y la verdad es que dio una lección de cómo hacer música. Le espera un gran futuro. La lluvia nos dejó a todos el cuerpo cortado y no era plan de andar hasta el escenario Heineken a ver a Klaxons. Escuché la actuación desde lejos y pese a que al empezar el día tenía muchísimas ganas de escuchar aquel gran primer disco en directo, estaba más concentrado en descansar para el cabeza de cartel que en escuchar a los británicos. Ahora me arrepiento de no haberlo hecho.

Gary Clark Jr

Mientras que esperábamos que llegase la hora de los americanos Kings Of Leon, disfrutamos de la enérgica actuación de Fuel Fandango. Aunque hubo momentos en los que sonaban a techno rumba, supieron triunfar en una carpa Vodafone que estaba a reventar. Fue de los conciertos en los que más implicada vi a la gente, saltando sin parar durante toda la actuación. No me fascinaron pero sí que ofrecieron mucho más de lo que esperaba. Bonita sorpresa, habrá que ver cómo evolucionan.

Fuel Fandango

Una vez que conseguimos una buena posición entre el público en el escenario Bilbao, solo faltaba esperar a que Kings Of Leon entrasen. Para cuando a los norteamericanos les dio por salir, todo estaba abarrotado de fans. Muchos habían venido de propio al festival dado que hacía bastante que no tocaban en España. Mejor no pudieron empezar con la suave pero directa Bucket que se ganó al público en seguida, al menos a los que nos gustaba su sonido antiguo. La voz de Caleb Followill sonaba perfecta, desgarrada. Una auténtica voz de rock & roll. Es de agradecer que sus primeros discos acaparasen la mayor parte de la actuación con grandes canciones como Fans o Molly’s Chambers. El público se desconectó a mitad de concierto y buena parte de culpa es de la propia banda, ya que no interaccionó en absoluto y parecía que se tomaban el show como un mero trabajo.

Kings Of Leon

Menos mal que estaba Use Somebody para hacer que todos recuperásemos las ganas de dejarnos la voz coreando el ya tan famoso tema de la banda. A pesar de toda la fama que han conseguido con sus dos últimos trabajos, el mejor momento se vivió con Four Kicks, un tema de la vieja escuela, cuando simplemente se centraban en hacer rock y no en llegar a más gente. Cerraron con Sex On Fire y pasó lo mismo que con la ya mencionada Use Somebody, baño de masas y de coros que les dejaría satisfechos. Fue el concierto más corto de los tres cabezas de cartel y un detalle más: cuando hicieron un descanso, tardaron más de la cuenta en volver porque nadie gritaba para su vuelta.

La organización había decidido que Standstill tocase a las dos de la madrugada mientras que a los nóveles Zigarros les permitieron tocar un poco más tarde de las doce. Si somos justos, os diré que estos chavales, Los Zigarros, no lo hicieron mal. Garage rock versión española, de ese que ya no hay, por suerte o por desgracia. Durante un rato meditamos sobre la posibilidad de quedarnos a Standstill pero las piernas nos pedían descansar, así que nos marchamos a recargar las pilas para el que se suponía mejor día del festival.

Sábado 13 de julio

Todo aquel que ha ido a un festival sabe lo rápido que pasan las horas una vez que estás allí. Parecía que acabábamos de aterrizar en Bilbao y ya había llegado el último día. Dimos una vuelta por el centro de la ciudad para ver el concierto que daban allí El Columpio Asesino y no había más que gente con camisetas de Green Day, esperando a que llegase el gran momento. Sin duda, el concierto del trío californiano era el más deseado de toda la edición pero había muchos más grupos de los que disfrutar. Incluso desde el camping nos avisaron de que desde primera hora de la mañana ya había gente cogiendo sitio en las primeras filas. Locura desmedida.

Fuimos aún más precavidos que el día anterior y por tanto partimos antes hacia el festival para evitar los ya citados problemas con los autobuses. Lo que pasa es que no nos sirvió de nada y cuando llegamos acababa de finalizar Jamie N Commons. Podré vivir con ello. Pasamos página y fuimos a coger buen sitio para los suecos The Hives. Con su último disco, Lex Hives, no inventaron nada nuevo pero tampoco bajaron el nivel y eso es más que suficiente. Unas letras gigantes formaban en el escenario el nombre del grupo y siendo sinceros, no había demasiada expectación. La cosa es que por fin salió Pelle Almqvist, el cantante de la banda, con el resto de los componentes acompañándole y no tardaron nada en meterse al público en el bolsillo.

The Hives

Empezaron con Come On! y el público ya acompañaba cantando todos los coros. Para que os hagáis una idea, le pusieron a la actuación todas las ganas que Kings Of Leon no le puso el día anterior. Siguieron con Main Offender, con guitarrazos para todos y momentos de palmas con incursión de Pelle Almqvist en el público incluida. Vamos, un espectáculo total. Como tienen una cantidad de hits envidiable, todo el concierto fue una clase magistral de cómo mover y mantener activo al público. El nivel no bajó en ningún momento, con el frontman de la banda hablando un correctísimo castellano con el que consiguió ganarse aún más el cariño de todos. Destaco la parte final en la que se salieron literalmente con Walk Idiot Walk y Hate To Say I Told You So. Se fueron con Tick Tick Boom, dejándonos con ganas de más concierto. Simplemente, un show perfecto que les hizo salir por la puerta grande.

Mientras que Vampire Weekend se preparaban para salir, nos pasamos un rato por la carpa Vodafone a ver qué tal eran Delorentos, que llevan ya tiempo rellenando carteles de otros festivales. Fue una actuación divertida, con rock electrónico de ese que hacen para intentar que bailes, pero vamos, nada del otro mundo. A pesar de no ser los salvadores del rock, he de admitir que me gustaron. Se despidieron con la agradable Did We Ever Really Try para finalizar su entretenida actuación.

Delorentos

Por fin había llegado la hora de ver a una de las bandas que más ha crecido en los últimos años, tanto en calidad como en popularidad. Hablamos de Vampire Weekend, que hace unos meses publicaron el excelente Modern Vampires Of The City. Con este último disco, tienen ya tres en su discografía a cada cual mejor y por tanto, teníamos ganas de analizarlos en directo. Según sonaban los acordes de Cousins, la gente ya empezaba a prepararse para algo que tenía todos los ingredientes para ser un gran concierto. Pues bien, no sé si fue porque The Hives había dejado el listón muy alto pero se hizo algo largo. Acertaron con seguir la actuación con White Sky, con todos los que estábamos allí coreando sin parar dicha canción. No fue hasta el cuarto tema cuando pudimos ver alguna de las interesantes canciones de su nuevo trabajo, con Diane Young y Step seguidas.

Vampire Weekend

He de decir que todas las nuevas canciones suenan de maravilla, desde Ya Hey a Unbelievers. Eso les valió para construir una atmósfera íntima que alguno no tardó en definir como música para la siesta. Bueno, hay opiniones para todos los gustos. Con A-Punk despertaron a todo aquel que andase despistado y no supiese aún la gran banda que estaba actuando. Hicieron un repaso a todos sus discos, tocando un total de 17 canciones y bajo nuestro punto de vista, fue con Giving Up The Gun cuando más brillaron. El concierto gustó, pero muchos esperábamos algo más de conexión con el público. Antes de irse tocaron Walcott, una canción fantástica para despedirse y que mejoró las sensaciones que nos dejó el concierto. Ellos cumplieron pero quizás para seguir escalando en este mundo no baste con eso.

Los adolescentes presentes en las primeras filas (desde las cuatro de la tarde) veían como el momento de ver a su banda favorita por fin había llegado. Y es que, tras mucho esperar, ya había llegado el turno de Green Day. La última vez que tocaron en España fue hace cuatro años en la gira de su disco 21st Century Breakdown. Esto hacía que la expectación fuese máxima y minutos antes de que la cosa empezara, ya se podía observar como en el escenario Bilbao había más gente que en cualquier otro concierto. De repente, las pantallas se apagaron y los focos apuntaron al suelo mientras algo salía al escenario. ¿Era Billie Joe y compañía? No, simplemente era alguien vestido de conejo que hizo que la espera se hiciera más amena bailando con la mítica Blitzkrieg Bop de los Ramones.

Green Day

El conejo se marchó y empezó a sonar la melodía de el bueno, el feo y el malo, que ahora sí dio entrada a Billie Joe, Mike Dirnt, Tré Cool y el último en unirse de forma oficial, Jason White. Green Day, el grupo estrella del sábado, ya estaba aquí. La batería empezó a sonar, Billie a puntear su guitarra, el público a gritar y ya teníamos 99 Revolutions sonando. Empezaron de forma eléctrica, el público estaba más enloquecido que en ningún otro concierto y coreaba cualquier cosa que el cantante de la banda californiana dijera. Sin pausa alguna, tocaron solo una canción de 21st Century Breakdown y fue la segunda del concierto, Know Your Enemy. El nivel se mantenía intacto y empezaron a introducir canciones nuevas de su reciente trilogía, siendo la excelente Stay The Night la primera elegida. Le llegó el turno a Letterbomb y todo cada vez iba a más y más. Inmejorable arranque.

Green Day

Sin descanso, siguieron tocando las grandes canciones de ese American Idiot que les devolvió a la cima, sonando Holiday y Boulevard Of Broken Dreams. También hubo tiempo para rememorar aquellos himnos generacionales de Dookie, como Basket Case, She o Longview, además de Nimrod con Hitchin’ A Ride. Entre medias de esta última subieron a un chico al escenario para cantar, que por cierto, lo hizo de maravilla. Se marcaron otro gran momento haciendo un cover de ACDC, tocando un poco de Highway To Hell. Incluso se atrevieron con los Rolling en medio de la canción fiesta por excelencia, King For A Day, cuando tocaron el estribillo de Satisfaction. Sus grandes temas seguían sonando sin parar en el que fue el concierto más largo del festival. El mejor momento se alcanzó en los bises, cuando volvieron de descansar para tocar American Idiot y su obra maestra, la Bohemian Rhapsody del punk-rock, Jesus Of Suburbia.

Green Day

Tras maravillarnos con 24 canciones, tocaba despedirse. De esta forma, empezaron a tocar Brutal Love y a todos nos inundaba el mismo pensamiento de que habíamos presenciado algo realmente grande. Al terminar la canción, al irse la banda a los camerinos y en medio de la tristeza que eso supuso para todos, regresó Billie Joe Armstrong con una guitarra acústica para despedirse de verdad, dándonos el gusto de escuchar Time Of Your Life. Se creó una atmósfera mágica con todos coreándola hasta el final, cuando realmente todo acabó y tocaba salir de la masa que habían formado 37000 personas para ver a Green Day.

Y así fue cómo nos despedimos de Kobetamendi. Es cierto que después de Green Day tocaba el turno de Fatboy Slim, pero dado nuestro poco interés por su estilo de música y nuestro estado de cansancio, decidimos marcharnos definitivamente. Luego me enteré de que el DJ británico, que está de capa caída, estuvo realmente flojo pero bueno, eso es otra historia. La cuestión principal es que el Bilbao BBK Live reunió otro año más a una cantidad superior a 100000 espectadores y ya no le quedan prácticamente competidores por batir. Con el Festival Internacional de Benicàssim atravesando una situación financiera bastante delicada, tiene una gran oportunidad para convertirse de una vez por todas en la referencia de los festivales veraniegos de nuestro país. Si consiguen superar las limitaciones de espacio que conlleva Kobetamendi con algo más que la nueva zona de acampada en el monte Arraiz, seguramente lo consigan. ¡Hasta el siguiente año Bilbao!

Bilbao BBK Live

Nos volveremos a ver Kobetamendi

Fotos propiedad del festival
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Crónica: Festival portAmérica @ Porto do Molle (Nigrán, 18-20/07/2013)

El festival portAmérica, que se celebró este fin de semana pasado en la localidad de Nigrán, a unos pocos minutos de Vigo, pintaba muy bien y días después toca hacer balance de tres jornadas diferentes y a la vez tan iguales: una organización maja, un sonido bastante bueno en el escenario, precios razonables tanto para la comida como para la cerveza y mucho espacio para desplazarse de un sitio a otro con comodidad, tirarse sobre el campo y no menos importante, baños limpios, aunque las colas fueran interminables. La excelente calidad del cartel no era el fuerte de esta segunda edición por algunos grupos y sin embargo, bandas como Editors, Standstill o Él mató a un policía motorizado ayudaron tal vez a equilibrarlo. Pero procedamos, pues, a intentar relatar cómo fueron esas tres jornadas, no sin antes agradecer a Cris Andina (una vez más) por las fotos. Podéis ver éstas y muchas más aquí.

La tarde del jueves empezaba, al menos para mí, a las siete y poco con Sethler amenizando un escenario principal que, poco a poco, se iba llenando mientras el sol empezaba la Batalla de esconderse. Le había tocado la típica papeleta de tratar de calentar a un público al que le faltaba un poco para entrar y empezar a llenar el recinto. Afortunadamente, los siguientes en salir, Amaro Ferreiro y Fon Román, tenían éxitos de sobra para salir del paso jugando en casa con momentazos como Tristeliz, (de su trabajo en solitario) y Bambi Ramone, del nuevo álbum de su hermano Iván Ferreiro. Y por parte de Fon: El séptimo cielo y Dos elevado a uno, entre muchas otras, empezaron a arrancar aplausos entre el público conocido y secundado en todo momento por Javi y Loza de Los Coronas. Aunque el escenario venía un poco grande para ese indie-acústico que montan, supieron aprovechar a la perfección la extraordinaria calidad de sonido que emanaba de él que propició a los Sala & The Strange Sounds los cuales repasaron su álbum It’s alive e incluso se atrevieron a burlarse de la ‘vida moderna’ con su canción Fotomatic.

Editors

Los Coronas saltaron al escenario para deleitarnos con el sonido de su último trabajo Adiós Sancho que vio la luz hace solo unos meses y ofrecieron un recital sólido, divertido y frenético. Es decir, lo que se esperaba de ellos y un poquito más: ritmos a lo Tarantino y canciones como Corazón contento de Marisol, que hicieron cantar a todos los allí presentes. Un terremoto la mar de divertido que dio paso al esperadísimo concierto de Editors, uno de los cabezas de cartel de esta segunda edición. Su directo les obligaba a perfilar un repertorio bastante atractivo y así lo hicieron, encajando como se esperaba sus nuevos temas con sus grandes hits. De modo que, aunque se sigue echando en falta el guitarreo de antaño, Tom y los suyos demostraron que que Sugar, Formaldehyde o Nothing encajan brillantemente con Bones, Munich o Smokers Outside The Hospital Doors, marchándose entre los vítores de un recinto cada vez más lleno que celebró el adiós sin parar de saltar y bailar al compás de Papillon y que dio paso a unos coloridos The Gift. He de decir que llegué unas canciones tarde a verlos por reponer fuerzas después del concierto anterior y no es que me arrepienta ya que la fiesta que tenían montada en el escenario era bárbara y se notaba que también las últimas filas disfrutaban muchísimo. Con casi una media docena de personas sobre el escenario, la banda emanaba una atmósfera de optimismo y buen rollo repasando temas de sus discos Primavera, Explode… Eso, unido a una forma de hacer música que ya no se ve tanto (por ejemplo, pudimos ver a Nuno utilizando un theremín), hizo de la actuación algo vibrante y divertida.

El segundo día fue para tomarse las cosas un poco más con calma porque era viernes y la afluencia del público al recinto del festival prometía ser mayor. De este modo el recorrido fue algo más relajado guardando fuerzas para poder ver a algunos grupos que cambiaron el orden de su actuación y por lo tanto tocarían muy al final de la noche. La primera parada de la tarde entre olor a after-sun corrió a cargo de Niño y Pistola que continúan presentando su álbum There’s A Man With A Gun Over There que se ajustó plenamente a la cálida tarde del viernes. Dimos la bienvenida acústica a la América profunda desde Nigrán donde poco a poco las guitarras y la interpretación de estos muchachos se fue sumando hasta conseguir una psicodélia a mansalva que detonó en Looking For The Sun. Acabaron completando un concierto correcto con momentos muy brillantes y dando paso a unos Revolutionists The Soul Jacket, que presentaban Wood Mama ante un tímido público que poco a poco se iba acercando al escenario. Tras la actuación de los vigueses se abrieron unos minutos de descanso para mí que me permitieron pasarme de nuevo a por algo de beber mientras Delafé y las flores azules daban comienzo a su colorida y repetida puesta en escena. Temas tan cantados y bailados como Volvemos a empezar de cero, Qué sentido tendría, La primavera, Enero en la playa

Standstill

Total, que al final decidí darles otra oportunidad al bailongo dúo, e hice bien, ya que llegaba el momento más complicado del fin de semana: explicar qué me pareció el concierto de Standstill. Ya lo avisé en algunos tweets previos sobre el festival: le tenía miedo a Cénit, la puesta en escena de su último álbum Dentro de la luz. La capacidad creativa de los catalanes a la hora de hacer un disco resulta admirable porque crea opiniones muy variopintas. Pero a la hora de llevarlo al directo, o te emocionan o… Cosa que me parece imprescindible a la hora de decir que una u otra banda gusta. De modo que me quedé a verlos más que con ilusión, curiosidad, por descubrir esa magia visual, ese juego de luces, humo, etc. Y no decepcionaron, aunque muchas críticas digan que sí. Al igual que sus sucesores, los argentinos Él mató a un policía motorizado. Con El magnetismo saltaron al escenario ante un público muy poco atento a su directo. Un gesto feo a mi gusto y que no dependió obviamente de la banda. De este modo, Más o menos bien, hicieron un concierto que parecía solamente hecho para sus fans, que se intercambiaron mientras por sorpresa aparecieron Xoel López e Iván Ferreiro sobre el escenario deleitándonos con Tierra y Turnedo. Actuación que podéis ver aquí.

En el caso del concierto de Lori Meyers había muchos fans e hicieron un directo sin duda intachable, como si les diera lo mismo tocar ante diez que ante miles de personas. Levantaron más ovaciones entre el público los granaínos que los dos grupos anteriores juntos. Y como no podía ser de otro modo, la ejecución de Emborracharme, Dilema, Impronta, Luces de neón, Mi reaidad… Todas esas canciones que interpretaron hace unas semanas en el Pop Up!, pusieron de acuerdo a todos los sectores del público en que había que cantar, animarse y dar palmas y hasta sorprendieron con el acompañamiento de Anni B Sweet para el tema El tiempo pasará. Tras ellos y rozando las dos de la madrugada llegaban La habitación roja para incrementar El resplandor en la recta final del viernes y para tirar más fuerte del público. Finalmente la belleza cautivadora de Indestructibles y Ayer hicieron de estos últimos temas el concierto memorable y divertido (hasta Jorge tropezó en el escenario) que estuvimos esperando. Así que sí, la guinda final la pusieron Bomba Estéreo. Directo que escuché desde el cámping por cansancio.

Lori Meyers

En contraste con el viernes, la tercera y última jornada del sábado era quizá la menos sobrecargada de actuaciones interesantes de todo el festival. Tras pasar nuevamente unas horas en la playa, los primeros en abrir fuego fueron Banda de turistas seguidos de la extravagante Francisca Valenzuela, que sin duda, sorprendieron por las filas de público que tenían y que minutos después descubrimos que eran fans del plato fuerte de la noche. Quizá se les quedaba grande cuando en esa misma tarde varios grupos con bastante más solvencia hicieron que en la zona del escenario no cogiera un alfiler. Y no es que se me ocurra decir que los anteriormente mencionados ofrecieran una mala actuación ni nada por el estilo: es la ‘maldición’ de abrir el ultimo día de un festival. A continuación era el turno de Javi Vielba y los suyos que para nuestra sorpresa saltaron al escenario rebosantes de fuerza y alegría y a golpe de sonrisas, buen rollo y una ejecución mucho más rockera de lo que esperábamos, Arizona Baby se fueron metiendo poco a poco al público y a sol en el bolsillo. Where The Sun Never Sets, Gateway y las coreadísimas Shiralee y The Truth son algunas de un repertorio que resultó entretenido aunque algo antes de que terminara su actuación, varios de los que abarrotaban el escenario se fueron retirando a cenar mientras los austríacos Gin Ga nos hacían bailar a ritmo de su Dancer.

Las primeras notas de Cómo te extraño y Adelita sonaron para desatar la furia, la locura y, sobre todo los nervios expectantes por disfrutar del directo de Café Tacvba que pusieron a todo el público del revés. Tan violenta (en el buen sentido de la palabra) fue su actuación que desde un primer momento se escuchaban gritos entre el público que duraron hasta el fin de la actuación, hasta El fin de la infancia. Tras los mexicanos, uno de los grupos esperados por el público mayoritario de la última jornada. De repente y entre una bruma de humo salieron los andaluces Supersubmarina para darlo todo en el escenario con canciones de su útimo álbum como Canción de guerra, Hermética y otras que les han hecho estar donde están: Cientocero, Kevin Mc Alister… Y antes de que saliera el grupo más esperado de la noche, Eladio, guitarra en mano, nos contó lo que es El tiempo futuro.

Vetusta Morla

Mi relación con Vetusta Morla es complicada. De esas de quiero y no puedo. Siempre sentí un indudable interés por lo que hacen, les encuentro calidad y muchas de sus canciones consiguen emocionarme y la verdad es que cuando el pasado sábado saltaron al escenario, el recinto estaba a rebosar. Durante su concierto vi mucha intensidad nada más empezar con Boca en la tierra, Un día en el mundo, Mapas… Quizá ya abusan un poco de los temas con los que llevan años recorriendo ciudades, pueblos… Pero lo cierto es que dicha sensación se fue diluyendo a medida que se sucedían las canciones y el público cantaba por encima de Pucho y los últimos minutos del concierto fueron verdaderamente emocionantes al juntar Los días raros y La cuadratura del círculo. Eran el plato fuerte de la noche, el cabeza de cartel que más me interesaba y la de Porto do Molle era su única actuación dentro de nuestras fronteras. Fue un buen concierto, una actuación correcta en la que se repasaron grandísimas canciones ellas tuvieron una gran acogida por parte del público. A continuación y tras coger aire, a los vascos Delorean les tocaba cerrar la jornada antes de los temazos que pincharía Dj Lagartija (Get Lucky de Daft Punk entre ellos) para finalizar el festival. Muchas veces he dicho que es un grupo que tienen una hora y un lugar determinado para tocar: cualquier festival de madrugada. Es en esta situación en la que muchos nos desmelenamos y el pasado sábado el ánimo entre el público a esas horas ya estaba más que caldeado y a ello hay que añadirle las luces azules con las que comenzaron su nuevo single, Spirit. La actuación transcurrió frenética, prestando más atención a los éxitos rompepistas de Ayrton Senna o Subiza, que a las composiciones algo más complejas del tercero.

Ambiente

He mencionado muchas veces a lo largo de esta interminable crónica que el sonido en el escenario era bueno, pero es que además había multitud de casetas de comida y bebida que sólo se podían adquirir con ‘Amaros’, la moneda del festival; y bastante espacio en el que los asistentes podían sentarse. En resumen quiero dejar clara la sensación de comodidad que tuve durante los tres días que duró el evento por la zona de prensa habilitada que tuvimos y según hemos leído, la organización está pensando ya en una próxima edición. Y si no pasa nada raro, ahí estaremos para contarlo.

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Crónica: Pop Up! Festival @ Praia de Razo (A Coruña, 06/07/2013)

Imaginad lo atractivo que resultaba el plan para la primera edición del PopUp! Festival que sólo con compartir lugar con el Sereas e Piratas, que se celebrará en dos semanas también en la playa de Razo (Carballo, A Coruña), valía la pena acercarse. Buen tiempo, playa, camping y conciertos, ¿qué más se podía pedir? Ah, sí, que dos de los tres días fueran gratis. No sabemos a ciencia cierta si el fuerte de esta primera tirada era acercarse a esta tendencia tan actual a la masificación en festivales y a la caja fácil de traer a ciertos grupos (algunos ya habían tocado hace menos de un mes en la misma provincia), pero aún así, lo que realmente va a ser difícil borrar es el placentero recuerdo que nos dejó ver la puesta de sol sobre la playa mientras tocaban Pull My Strings, primer grupo de la jornada del sábado del cual no pude disfrutar por causas de fuerza mayor (al igual que los dos días anteriores).

Dorian

A ellos les siguieron Dorian, a los que vimos hace un par de meses en el Festival do Norte, que regresaban de nuevo a tierras gallegas para seguir presentando las canciones de La velocidad del vacío, cuarto disco de la banda barcelonesa, y lo hicieron ante un público que al principio resultaba un tanto hostil. Primeras filas de incondicionales esperando a que Marc y los suyos empezaran la función. Ningún mar y Tristeza daban comienzo a ese negro electropop que tanto les caracteriza. Negro por la vestimenta de todos ellos encima del escenario, y por esas letras tan melodramáticas. Las canciones de La ciudad subterránea y su último disco se sucedían mientras algunos de los asistentes rompían en saltos y gritos cuando llegaron hits como Verte amanecer o El temblor; pero fue con Cualquier otra parte cuando todos, personal del festival incluido, corearon ese himno generacional a pleno pulmón. Lo habitual en sus directos es dejarse las canciones más conocidas para el final hasta el último toque de baqueta y cuando ya se despedían con La tormenta de arena y Los amigos que perdí, tocaba abandonar el espacio habilitado para los conciertos y probar los cómodos sófas de cojines y palets.

La noche no había hecho más que empezar y tras dar una pequeña vuelta por el recinto volvimos para la zona del escenario donde se observaba mucho más público con ganas de recibir a Lori Meyers, que al igual que sus predecesores, venían con Impronta bajo el brazo. Noni y los suyos dieron un muy buen concierto ante los saltos de la muchedumbre. Ya os lo podéis imaginar: los ‘granaínos’ sacaron a pasear sus hits más recientes, Planilandia, A-Sinte-Odio, El tiempo pasará… Pero prestando atención a sus grandes temas de hace tiempo, como Luciérnagas y mariposas, Tokio ya no nos quiere, Luces de neón y con la muy agradable sorpresa de recuperar Sus nuevos zapatos, una de mis favoritas. Los momentos más festivos se vivieron hacia el final del concierto, cuando sabían que tenían al público en el bolsillo para descargar el resto de su arsenal con otras grandes como ¿A-ha han vuelto? o la final, Alta Fidelidad, donde hicieron un guiño (de desacuerdo) al gobierno de Mariano Rajoy por el tema del IVA. «Todo esto es culpa de la gente…». Todos bailaron y corearon, pero eso ya hace mucho tiempo que dejó de ser una novedad en sus directos, quienes sin lugar a dudas están muy arriba en la escena nacional.

Lori Meyers

Es posible que los santanderinos Estereotypo fueran la propuesta ideal para continuar la noche y moverse hasta quedar exhaustos con su indie rock bailable. Y así lo demostraron con un buen puñado de temas de su nuevo álbum homónimo: New Rules, Under Show, o Everybody Is Singing fueron algunas de las que interpretaron y aunque muchos de los asistentes no conocían las canciones, al menos consiguieron animar la velada y sorprender con su versión del Love Me Do de The Beatles. Y poco antes de que terminara su directo, abandonamos el festival con el «llévate una rebequita que por la noche refresca» grabado en nuestra mente. Porque pese a la ola de calor que estamos sufriendo, a altas horas de la madrugada se notaba el fresquete y más si estabas en sandalias. A ellos les seguirían The Warriors y Dj Faber para clausurar un festival que esperemos que no se quede sólo en ‘piloto’. Las fotografías son de Cris Andina y podéis ver más aquí.

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The Whip El Ensanche

The Whip + Overhear @ El Ensanche (Vigo, 28/06/2013)

La creación de la Estación Marítima de Vigo allá por el mes de abril creo un gran revuelo en una ciudad a la que le faltaba una gran sala como esta. La expectación se hizo aún mayor cuando se anunciaron los primeros nombres que pisarían la ciudad olívica gracias al lugar, entre los que destacaban dos nombres sobre el resto: The Whip y Crystal Fighters. Ayer fue el turno de los primeros, y pese a que hubo un cambio de emplazamiento a una sala con menos capacidad, El Ensanche, al que agradecemos la acreditación, se quedó pequeño y vibró con la actuación de los ingleses.

El cartel creado para la ocasión anunciaba la actuación también de un grupo invitado. Llegado el momento, y con el local vigués aún sin mucho público, cinco músicos se subieron al escenario. Sin presentaciones de por medio se sacaron una canción rápida y directa que descolocó y encandiló un poco a una audiencia deseosa de buena música. Acto seguido, Pau Herrero, vocalista de la banda, anunció lo que muchos se preguntaban en aquel momento: ¿Cómo se llaman estos chicos? Overhear era su nombre y llegaron con descaro y ganas de gustar.

Overhear El Ensanche

Con un repertorio de ocho temas, cinco en español y tres en inglés («para poner a prueba a The Whip», dijo la cantante), los gallegos se metieron al público en el bolsillo. Tras tres canciones rockeras era el momento para una más lenta, ya que como el calor iba subiendo, tocaba «algo de llorar y de estar quietitos». Sin embargo, lo mejor quedaba para el final. La versionaza que se marcaron del último single de Daft Punk, Get Lucky, acabó por hacer que se ganaran el favor del público, algo que se incrementó con The Precipice. Lo cierto es que se notaba que dejaron a los espectadores con ganas de más, pero esperemos que los ganadores en 2011 del premio Maketón Estrella Galicia de los 40 Principales vuelvan con nuevos temas pronto y los volvamos a ver sobre unas tablas, esta vez, protagonizando su propio recital.

Pasaban ya de las 12 de la noche y entrábamos en sábado cuando desde la mesa anunciaban una demora en el inicio del concierto de The Whip debido a «un retraso de dos horas en su vuelo». Ya desde hacía unos minutos se podía ver a los integrantes de la banda de un lado para otro colocando y enchufando los instrumentos. Sobre las 00.30 horas, Fee Daniel, Nathan Sudders and Bruce Carter (que estuvo de cumpleaños hace unos días) se subieron al escenario para hacer que la pequeña espera de sus fans valiese la pena. Los «latigazos» no tardaron en llegar y un «¡hola Vigo!» fue el pistoletazo de salida.

The Whip El Ensanche

Con dos álbumes de estudio a sus espaldas, los de Manchester, que ya estuvieron en la última edición del FIV, optaron por comenzar con Sister Siam, uno de los éxitos de su primer trabajo, X Marks Destination (2008). Impecable ejecución y gran aceptación entre la gente, que veía como un comienzo prometedor el concierto que llevaban días esperando. La emoción no paró en ningún momento pese a algunos problemas técnicos que tuvo Bruce con su micrófono, que por momentos dejó de sonar y tuvo que ser rápidamente reemplazado por el de Lil Fee, la batería, mientras Nathan Sudders animaba sin parar al público (incluso intercambió impresiones con una asistente sobre la cerveza Estrella Galicia que se estaba bebiendo entre canción y canción).

Con temas como Blackout o Keep Or Delete (este último perteneciente a Wired Together, de 2011), The Whip hacía mover el esqueleto a los que estaban delante del escenario, en la zona baja de la sala, y a los que estaban en la parte superior. El vocalista, entre cada canción, aprovechaba para agradecer a la audiencia todo el apoyo en forma de aplausos que recibían. Pero la mejor forma de agradecerlo fue tocando grandes canciones como Movement o la enorme Riot, con la que además hizo cantar a todos, brazos en alto, el estribillo marcado por esa potente base.

The Whip El Ensanche Bruce Carter

Aunque, como no podía ser de otra forma, lo mejor se hizo esperar. Secret Weapon, la favorita de muchos, irrumpió con fuerza con ese ritmo in crescendo hasta llegar al explosivo estribillo. Nadie se quedaba callado ya en aquel momento. Sin embargo, cerca de las 01.15 horas, Bruce metía el miedo en el cuerpo a todos al anunciar, alto y claro, que tocarían «one more song». Muchos se miraron extrañados, se escuchó un «motherfucker» de fondo y, de repente, comenzó Trash. El himno de la banda no defraudó y todos y cada uno de los «I wanna» de la canción eran coreados. No obstante, la apoteosis formada por Riot, Secret Weapon y Trash llegó a su final y un «gracias Vigo» despidió a los tres integrantes.

No hubo un bis, tampoco se pidió a gritos, pero la gente esperó la vuelta del grupo a las tablas hasta que un empleado apagó uno de los amplificadores, que había quedado encendido haciendo ruido. Una hora de concierto fue lo que The Whip ofreció en Vigo. Muchos pensaron que fue corto y se quedaron con ganas de más, otros agradecieron el haberlos visto al fin y se fueron contentos. Lo que quedó claro es que no dejaron a nadie indiferente. Esperemos que Galicia les haya gustado y se decidan a volver por aquí con su látigo, una vez más, preparado.

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Crónica: Igloo @ Sala Mardi Gras (A Coruña, 14/06/2013)

No recuerdo la última vez que pisé la Sala Mardi Gras, pero el pasado viernes los chicos de Igloo volvían a la ciudad herculina para presentar su nuevo álbum, Ø4. El conjunto vacío, y no me lo podía perder. Tras la pequeña entrevista que tuvimos el placer de hacerle a su cantante Beni Ferreiro, era el turno de quitarse la espinita de saber cómo sonarían las nuevas canciones en directo. No llenaron la sala, pero resultó ser un concierto de lo más familiar, como si jugaran en casa.

Pasadas las once de la noche, Beni, Pablo, Juan y Fran dieron el pistoletazo de salida sorprendiendo con Silvia Saint. Un claro protagonismo del punteo distorsionado y por momentos, incluso también la línea de bajo estaba por encima de la voz. Resultó ser el preludio del ‘ruidoso’ tono en el que se iba a desarrollar el directo. Pero no sólo demostraron su vocación más cañera, como en Todos somos átomos. Concentrados en sus bien equipados pedales y correspondientes instrumentos, y como si siguieran un guión de lo más matemático, continuaron desgranando canciones nuevas. Aunque el primer momento que redujo velocidades fue para demostrarnos que pese al rodaje que llevan encima, los Igloo originales siguen ahí. Y eso se notó en una de sus nuevas canciones más personales, Hada. Para mi gusto, una de las mejores del disco que traían bajo el brazo.

Igloo

Su repertorio venía escogido principalmente desde lo nuevo, pero pero también tuvieron tiempo para rescatar temas de ayer que provocaron saltos y bailes entre el público. De su ∞3 (Infinito 3): Ausencia parcial, para ir abriendo boca; de su álbum debut: El principio del final, y ya hacia el primer pequeño apogeo, El pase de la muerte, de #2. La transición de fase. Muy aclamada y en la que Beni apenas tenía que esforzarse en cantar ya que fue bastante coreada y el público empezaba a entrar en ebullición. En ese momento, daba comienzo otro tramo centrado en lo nuevo, que, a pesar de que fuese obligado, nadie percibía como ese paso un ápice menos deleitable que lo anterior. Fue una lástima que el sonido no fuera de lo más competente, sin embargo, un tema como Todos los días amanece intentó quitar hierro a los problemillas y aminoró un poco la energía de su concierto hasta que Halloween vs Samaín, nos dejó siguiendo el ritmo de la batería y observando a través de sus ojos un nuevo mundo totalmente desconocido del que nos costaba encontrar la salida. «¿Hay alguien ahí?»

Sin dejar de seguir el ritmo de la batería, de la quietud volvimos a donde empezó Todo enlanzando directamente El día que me quedé solo. Uno de sus primeros temas que sigue sonando como el primer día y que, a su vez, dio paso a Han Solo, la canción escogida como single y esperada por muchos que desató bailes y ese ‘colegueo’ simultáneo entre asistentes y músicos. Sea como fuere, se dejaron en la manga algunas de sus mejores canciones para el final, incluyendo la canción más pedida de la noche, Sin Mentiras, y que me perdonen si me equivoco pero éste me pareció un tema muy acertado para el final ya que a la voz de Beni se iban sumando batería, bajo y ambas guitarras anticiparon una eclosión de rock psicodélico que se prolongó hasta que Nanook, la última de su álbum debut, puso el punto final, agradecimientos mediante, a una actuación satisfactoria y con los peros normales de un concierto de presentación.

Pero ahí no termina todo. Según nos contaron al final del concierto, el próximo año habrá una continuación de este trabajo, de manera que la última palabra sobre él aún estar por decir. Mientras tanto, nos quedamos con la extensa agenda de conciertos que tienen programada. Y seguro que volveremos a coincidir.

ALIM0613

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