Para los vagos, esto es una mezcla de análisis más o menos objetivo y haters gonna hate, si es que es eso posible. Leedlo si queréis, pero si no os importa el tema para nada, podéis ahorrároslo. Para el resto, seguid leyendo, aunque me ganaré detractores de ambos bandos (y el blog también se los ganará). Ayer mismo me recordaba mi compi Scared Queen, una de sus mayores fans, que hoy se cumplían 18 añitos desde que una mujer canadiense de la misma edad diese a luz a un niño llamado Justin. Seguramente, esta mujer para nada pensaba que su bebé se convertiría en este fenómeno de masas que hoy conocemos como Justin Bieber. Odiado por muchos, amado por muchas otras… ¿Producto de la industria o fenómeno? Bueno, habrá mucha discrepancia entre los que leen esto, pero de lo que no hay duda es que sin un apoyo de la industria como el que tuvo, no habría obtenido tanto éxito. Ahora bien, ¿le quitamos todo el mérito por eso? Pues no, porque el chaval dentro de lo que cabe se lo ha currado algo y peores cosas hay en el panorama musical. Empecemos con un poco de historia…

¿No es adorable? Si no supiéseis que es él, os parecería hasta un poco mono

¿De dónde salió este chico? Desde niño le apasionaba la música. A los once años ya sabía tocar el piano, la batería, la guitarra y la trompeta, además de cantar no demasiado mal. Tras participar en diversos concursos musicales logrando buenos resultados, comenzó a subir vídeos a YouTube con dichas actuaciones. La casualidad quiso que en 2008 Scooter Braun, un caza-talentos americano, lo encontrase mientras buscaba por otro cantante diferente. Quedó impresionado y poco tiempo pasó hasta que le invitó a grabar con él, conoció al rapero Usher y éste le ofreció firmar con una compañía que era en parte suya, RBMG. Tras varias demos grabadas, cambios de residencia y otros hechos que no vienen a cuento, en 2008 es cuando firma con Island Records y Braun se convierte en su mánager. Su primer sencillo One Time llegó al top 17 en las listas canadienses y más adelante en el resto del mundo. Así fue que publicó pronto un EP titulado My World, el cual a día de hoy tiene más de un millón de copias vendidas, y comenzó a dar conciertos para promocionarlo (recordemos, esto todavía con 14-15 años).

Ya en 2010 llegó el turno de My World 2.0, título muy original (visto su EP) para su primer álbum. En él podemos encontrar su mayor éxito hasta la fecha, Baby, junto al rapero Ludacris. El vídeo de dicha canción es a día de hoy el vídeo más visto en la historia de YouTube, ya que entre fans que lo ven y haters que lo votan negativo han hecho que tenga ahora mismo 711 millones de visitas. Ahí es nada. Y eso que competía con el Bad Romance de Lady GaGa. Otros tantos sencillos de ese disco obtuvieron un éxito similar, ganó todos los premios a los que estaba nominado en 2010 y la fiebre Justin Bieber ya era una realidad. Millones de prepúberes de todo el mundo corean sus canciones y acuden en masa a los programas a los que Justin acude, al igual que los conciertos de sus giras mundiales. Twitter sufre varias veces cada mes cuando las «beliebers», que así se auto-denominan sus fans, quieren tener un trending-topic relacionado con él (dado que son el 3% de Twitter siempre lo consiguen). Su segundo álbum, Under The Mistletoe, sigue obteniendo un éxito increíble, y eso que es navideño y no es un álbum de estudio en sí. Pero vamos al grano. No todo es felicidad para él, ya que a la par de este éxito vino un efecto secundario: sus detractores.

Aunque él los soporta estoicamente. Con lanzamiento de huevos incluido

Pese a que no tiene una mala voz (al menos mientras no le cambie demasiado, que ya le está tocando), pese a que toca varios instrumentos y pese a que no se le da mal el baile, todos le odiamos, o bien no sentimos simpatía por él, o bien nos es muy indiferente. La tercera Ley de Newton también se cumple aquí:

Con toda acción ocurre siempre una reacción igual y contraria: o sea, las acciones mutuas de dos cuerpos siempre son iguales y dirigidas en sentido opuesto

El éxito arrollador entre millones de quinceañeras de todo el mundo ha conducido a un movimiento anti-Bieber con la misma fuerza. ¿Las razones? Entre muchas otras, quizás la principal es que es un artista de música pop para adolescentes y su figura ha sido creada bastante en parte por la industria. Su éxito tan repentino no ha sentado bien, ya que para la mayoría de nosotros eso no es música de calidad, y hay muchas otras bandas o cantantes que llevan años currándoselo y no han tenido ni un 1% de su éxito. Todos conocemos otros artistas que fueron más de lo mismo: Jonas Brothers, Spice Girls, Backstreet Boys… Y siempre ha habido críticas respecto a este tipo de bandas. Algunas de esas críticas desembocaron en campañas desde diferentes ámbitos para combatir este «mal» para la música. Pero no fueron las únicas razones, como comentábamos. Sus épicas meteduras de pata o su romance con la joven y guapa cantante Selena Gómez también han ayudado a este odio hacia su persona.

Porque para qué negarlo, a muchos nos gustaría con su edad estar con una chica como ésa

Dichas meteduras de pata son debidas muchas veces a la ignorancia en los temas de los que habla, generando en nosotros esa «cosilla» que hace que queramos cebarnos con él. Recuerdo perfectamente un post hecho por mi colega L-Broda en el que simplemente rajaba de él porque sí, gratuitamente. Y nos gustó a muchos. Como ejemplo de esas susodichas pifias, hace poco no fue capaz de enumerar los continentes del mundo y hasta llegó a decir que Canadá era uno de ellos. Obviamente, Internet se llenó de burlas por esto. Y no fue la única pifia del joven. Cuando estuvo en España se negó a posar para los fotógrafos y le llamaron de todo.

Por otro lado, su devoción por el cristianismo afirmando que tiene una relación con Jesucristo o su oposición al aborto comparándolo con «matar bebés» también ha dado mucho que hablar. Al igual que su fama de mal conductor, ya que recordamos que en Estados Unidos se puede conducir con 16 años y él tiene en su haber Lamborghinis y otra serie de cochazos. Sobre el sexo, le han preguntado miles de veces si es de los que quiere llegar virgen al matrimonio y él ha contestado que «no se deberían tener relaciones con alguien a menos que lo ames», lo cual es perfectamente respetable, pero muchos lo tildan de «afeminado». A pesar de eso, ha salido una chica quien clamaba que él era el padre de su hija (caso desestimado a día de hoy).

Se me olvidaba: algunos de sus modelitos a lo rapero moderno también hace que la gente raje de él

Ni siquiera él tiene por qué ser el motivo directo de los problemas o del odio hacia él. Realmente sus fans son las que más ayudan a que le odien. Son incondicionales, se enfrentan a todo el mundo y en ocasiones llegan a ser peligrosas, ya que han amenazado de muerte a sus ex-novias y también a Selena Gomez. Además acaparan toda la atención en Twitter cada X tiempo y, bueno… Mejor ved este pequeño vídeo de las fans españolas:

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Hasta sus éxitos también han dado que hablar, ya que ha tenido cameos en series como CSI, ha actuado en la propia Casa Blanca, ya ha habido una película sobre él, ha sido MVP del partido de la NBA de las celebrities en el fin de semana del All Star del año pasado, y a día de hoy tiene casi 60 premios ganados, desde los American Music Awards hasta los MTV, con más de 100 nominaciones. Algo de envidia sí que da, ya que hoy mismo cumple 18 años y ya ha hecho una infinidad de cosas en su corta vida.

Finalizando ya: ¿es un artista tan malo como para generar tanto odio hacia él como artista y como persona? No lo creo. ¿Es un artista tan bueno como para ser de los más «importantes» del planeta a día de hoy y tener tanto éxito? Tampoco, para nada. Y he de decir que lo digo con más ganas que lo anterior. Pronostico que para lástima de muchos que no nos gusta su música y tenemos que aguantar la fiebre biebera no será de esos artistas adolescentes que pasan a la nada tras unos años, así que tendremos para rato. Feliz cumple, Justin, y aprovecha, que no creemos que vayamos a volver a hablar tan bien de ti en este santuario del mal gusto musical que es Tanaka Music.

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