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Metaltown 2012

Metaltown Festival (Göteborg Galopp @ Göteborg, 15-16/06/2012)

La temporada festivalera de Suecia no se nos acababa con el Summerburst, festival dedicado a la electróncia en la bella ciudad de Göteborg. Tocaba el turno de preparase para el festival de metal más grande de toda Escandinavia: el Metaltown. Desde hace unos años celebrado a unos cuantos kilómetros del núcleo urbano (en un recinto de caballos llamado Göteborg Galopp) viene trayendo a grandes artistas como System of a Down, KoRn, Avenged Sevenfold (2011), Rammstein, In Flames (2010) y un largo etcétera durante todos estos años. La edición de 2012 no sería menos en cuanto a cartel y la verdad es que ha sido toda una experiencia. La organización, como es habitual, no ha puesto reparo ninguno en que acudiese acreditado como redactor para cubrir al evento y se mostraron siempre muy atentos y amables en todo momento. ¡Un 10 para ellos! Y no solo el trato fue impecable. La organización en general fue casi inmejorable: una verdadera flota de buses gratuitos salía cada pocos minutos desde y hacia la ciudad, había muchos (muchos) baños, agua gratis, un montón de puestos de comida «baratos» (4 euros por una pizza, una birra de medio litro por 5… y para lo que es Suecia creedme que es muy barato), seguridad, mucho staff trabajando y hasta los horarios no eran tan malos, salvando la coincidencia de Mastodon y Gojira a la misma hora.

Metaltown 2012

Viernes:

Tras haber organizado cuidadosamente los horarios de los grupos que queríamos ver, allí nos fuimos al recinto. Teníamos cuatro escenarios, siendo contiguos los dos principales y más lejanos dos más pequeños y con carpa: el Close-up y el dedicado al death metal y similares (Death Stage). Por las aglomeraciones de gente que se agolpaban en el lugar, finalmente llegamos al final de la primera actuación en uno de los escenarios secundarios. Se trataba de un grupo local llamado Who Torched Cindirella?. No tuvimos ni tiempo de escuchar un canción entera, ya que se encontraban en medio de una wall of death en el último tema, pero por lo que habíamos escuchado en Spotify tampoco sonaban tan mal.

DevilDriver

DevilDriver rezando por los villanos

Rápidamente nos dirigimos a ver a DevilDriver, uno de los primeros nombres conocidos. Pese a ser la una de la tarde, la gente rápidamente se encendió con la energía que desprendía el grupo y su cantante Dez Fafara. Primeros pogos, circle pits, y además tocaron sus temas más conocidos en un setlist bastante completo. Pese a un problema con la batería que los privó de tocar una canción más, cerraron con bastante caña una buena aunque corta actuación.

Pain of Salvation

Pain of Salvation… And Boredom?

Tocaba comer en el recinto al fondo de los escenarios principales, así que pudimos observar gran parte del concierto de Pain of Salvation primero desde la lejanía y luego casi desde primera fila. Su público, desgraciadamente, no era demasiado abundante ni estaba muy motivado. Pese a todo, ellos conseguían hilar sus canciones, muy cambiantes a lo largo de su setlist, mezclando fuertes y retumbantes riffs con melodías muy tranquilas. La voz del cantante Daniel Gildenlöw merece una buena mención aquí, quien hacía alguna que otra broma en su idioma natal mientras se solventaban problemas técnicos, y también, como curiosidad, decir que en el escenario la batería se encontraba tocando de lado, en una esquina.

Trivium

«In Waves» y también «In Göteborg»

Poco antes de acabar el concierto me fui corriendo a buscar un buen sitio para presenciar uno de los conciertos que más esperaba: Trivium. Sin duda uno de los conciertos más movidos de todo el día. Tras la intro de rigor (la del último álbum), en esta ocasión la gente cantaba con todas sus fuerzas las canciones (nos las sabíamos todos) y no parábamos de saltar. Su frontman Matt Heafy también ayudaba, quien correteaba por todo el escenario y nos entretenía continuamente, alternando las vocales con sus propios growls y los del otro guitarrista Corey Beaulieu. Su nuevo batería, Nick Augusto, se defendía perfectamente a la percusión, incluso dotando de mayor dinámica algunos de los temas como el ya rapidísimo Pull Harder On The Strings Of Your Martyr. El setlist fue bastante estándar, si lo comparamos con los últimos conciertos, aunque me dolió en el alma que no hubiesen podido tocar Down From The Sky, una de las que más esperaba. Contentísimo me quedé con el concierto, aún siendo solamente una hora.

Engel

En un recinto cerrado lleno de humo y sudor no esperéis mejores fotos…

Tocaba ahora un intervalo de conciertos que no nos interesaban al 100%, así que empleamos el tiempo inicial en el escenario secundario en el que tocaba la conocida banda Engel, proviniente de la propia ciudad Göteborg. No obstante, el guitarrista Niclas Engelin de In Flames también forma parte de este grupo y es uno de sus fundadores. Hacen una especie de melodic death metal que rozaba el industrial en algunas canciones. Realmente en aquella carpa sonaba todo demasiado similar (cosas de la distorsión), así que decidimos ir a tomarnos una birra a la zona principal mientras disfrutábaos de los potentes riffs de Kyuss Lives! dejando atrás toda la gente metalera «extrema».

Kyuss Lives!

«Hola, soy el cantante de Kyuss y no me muevo en el escenario. También canto y tengo gafas de sol»

Esta banda californiana es la resurrección (supuestamente impropia) de Kyuss, uno de los referentes del sonido stoner de los 90 en el que grandes nombres como Josh Homme, guitarra y voz de Queens of the Stone Age, hicieron sus pinitos. Hoy en día se encuentran en la banda el batería original Brant Bjork y su cantante John García. En marzo de este año, Homme y uno de los ex-bajistas en su historia (Scott Reeder) los denunciaron por usar la marca de la banda sin su consentimiento. En ese momento todavía estaba en la alineación el guitarrista/bajista Nick Oliveri, pero poco después de esa denuncia abandonó el barco. Todavía siguen dando conciertos y la verdad es que no está mal para disfrutar de sus canciones más conocidas en directo, pero es un poco feo por su parte, ¿no? Sea como sea, la interpretación del cantante deja bastante que desear (muy parado y poco expresivo), al igual que el guitarrista, pero contrasta con la energía del batería Brant y del bajista actual Billy Cordell. No nos dejó mal sabor de boca, pero no nos impresionó demasiado tampoco. Ni a nosotros, ni al poco público asistente. Poco antes de acabar nos movimos al otro escenario contiguo para coger un buen sitio, ya que uno de los conciertos más importantes de la jornada y del festival llegaba: Machine Fucking Head.

Machine Head

Tras verlos en directo, cada vez más convencido de que poco tienen que ver con Deep Purple

Con increíble puntualidad (casi todos los conciertos fueron así) se comenzó a escuchar I Am Hell y su Sonata In C#. Robb Flynn y el resto de su pandilla salían al escenario muy preparados para hacernos saltar, gritar y empujar a la gente en sendos circle pits, uno a cada lado del pasillo central. El setlist de Machine Head fue bastante bestia (todo lo que tenía que estar, estuvo) y la voz de Flynn se encontraba perfectamente después de los grandes problemas que tuvo dos semanas antes durante el Rock Am Ring. Además, y pese a que el bajo de Adam Duce sonaba demasiado y la batería retumbaba seguido con su doble pedal, los solos de guitarra sonaban muy claros, casi celestialmente. Estuvieron muy enérgicos con canciones como Imperium o Beautiful Morning, pero la segunda mitad de concierto fue impresionante. Desde su reciente Locust, pasando por Aesthetics Of Hate (dedicada a Dimebag Darrell, como siempre, y con un gran circle pit), y llegando a Halo «para liberar el odio que nos quedaba» y a un final perfecto con Davidian y su «let freedom ring with a shotgun blast«. Simple y llanamente brutal. Las voces, cuellos y piernas de todos los presentes quedaron destrozados tras esta hora de música bestial, pero también contentos tras presenciar uno de los mejores shows de la noche. Tras abalanzarse a por una de las púas que lanzaron (yo me llevé la del bajista), allí nos fuimos casi sin aire al otro escenario ya que los suecos Opeth actuaban en nada.

Opeth

Afortunadamente, su cantante no se abrió la cabeza en esta ocasión

Sorprendemente con bastante poco público (y además callado) se escuchaban las primeras notas de The Devil’s Orchard, el primer tema que sonaría de su nuevo disco Heritage. No despertaban demasiadas pasiones durante el comienzo de la actuación y tampoco ayudaba demasiado el que no interactuasen casi nada por el momento. Prosiguieron con más y más pistas de su último trabajo, mucho más progresivas y melódicas que su material más antiguo, y seguían sin llamarnos demasiado, pero todo sea dicho, con una ejecución impecable y digna de usar babero. Mikael Åkerfeldt, su cantante, poco a poco comenzó a animarnos haciéndonos reír con varias bromas en sueco. No pillé ninguna, pero por ejemplo, nos obligaron a estar headbangueando durante un minuto sin música alguna, provocando uno de los momentos más divertidos de toda la jornada; pena que no haya vídeo del momento.

Con los primeros acordes de Demon of The Fall, decidimos ir a casi primera línea de concierto donde la gente se encontraba ya muy animada (mención a un techno-viking sueco que empujaba demasiado fuerte a todo el mundo antes, durante y tras los pogos que hubo) en contraste al pausado resto del público en posiciones más retrasadas. Los growls hicieron acto de presencia, dejando atrás la cuidada voz de Mikael, y la verdad es que la parte final fue de quedarse con la boca abierta. Tras Demon Of The Fall, llegó el turno de The Grand Conjuration y los trece minutos que dura Deliverance, cerrando un buen concierto que quizás pecó de tener demasiados temas recientes dejando a un lado el estilo que los dio a conocer en sus primeros discos y dejándonos con ganas de más (sólo siete canciones). De todas maneras, muy muy grandes y lo disfruté mucho musicalmente hablando.

Within Temptation

El guitarrista ligando mucho con las suecas del lugar. Yo también sonreiría así

Un gran público femenino se juntó en las primeras filas del otro escenario. Llegaba el turno de Within Temptation. Aunque aprovechamos para tomar una cervecita más lejos del jaleo, llegamos sobre la mitad del concierto. Tenían dos pisos y una gran pantalla en la que proyectaban imágenes que acompañaban a las canciones. En alguna canción, incluso pudimos ver a un cantante que colabora originariamente en el álbum de estudio. Sí, playback en este caso, pero la guapa cantante Sharon den Adel hizo gala de una muy potente voz en todo momento, saltando y moviéndose seguido. Fue una puesta en escena nada mala, pero no era nuestro estilo realmente. Nos encantó su interpretación de Stand My Ground (¡que en su día había llegado a sonar en Los 40 Principales!), pero desde la lejanía, ya en el escenario principal esperando para la mayor actuación de la noche. Y sí, soy consciente de que este párrafo es una bazofia de crónica de su concierto, pero no prestamos demasiada atención. ¡Se siente!

Lamb Of God

Oh My Fucking Lamb of God

Llegó la hora de la verdad y aquí no se andaban con tonterías. La gente sabía a lo que se venía y cuando las luces se encendieron y la intro de Lamb of God se pudo escuchar, una marea de gente presionó de tal manera hacia delante que estábamos en la mitad de distancia que antes sin poder movernos, completamente apretujados. Con casi toda la banda fuera, Desolation sonaba y la locura se desató. Randy Blythe, su cantante, se erigía como un coloso en medio de la pista y sus guturales growls llenaban todo el escenario. El resto de miembros fueron muy correctos durante toda la actuación, pero el foco de atención era irremediablemente Randy con su ostentosa presencia. Su simple silueta en medio de las luces (no paraba de moverse y era imposible sacarle una foto buena) nos incitaba a empujar, saltar y loquear. Una verdadera apisonadora que nos dejó el mayor circle pit de todo el festival, momentos graciosos cuando se dirigía a la gente presente como si fuesen Estocolmo o Copenague, y mucho dolor de cabeza. Mucho. Los headbangs eran demasiado continuos y demasiado fuertes… Tras una hora de esa manera, la verdad es que no podíamos más.

La única pega que encontramos a este show fue que la voz de Randy no se entendía demasiado. Más tarde descubrimos que cerca de donde estaba el técnico de sonido (40-50 metros más atrás) se escuchaba perfectamente, pero delante se escuchaban los instrumentos muy por encima de las vocales. Un pequeño fallo que sólo consiguió empañar mínimamente esta increíble actuación cerrada con Redneck y en la que no faltaron Laid To Rest, Ghost Walking o Walk With Me In Hell (eché de menos In Your Words, casi un must en sus conciertos). Mención especial al eléctrico comienzo de Set To Fail a mitad de concierto que estuvo a punto de provocar más de un herido grave. Recomendadísimos si os gusta la caña burra en los conciertos. Ojalá vengan al Resu un año de estos.

Marilyn Manson

Marilyn Manson y su «Dope Show»

Tuve el corazón totalmente dividido por la actuación de los polacos Vader a la misma hora, pero con semejante cantidad de gente esperando por Marilyn Manson no pudimos acudir ni un ratito al escenario Death. Ahora sí, el 95% de las féminas del festival se encontraban en las primeras posiciones (algo que me sorprendió, que ni que fuese un Adonis). Mucho humo en el escenario y tras un pequeño retraso Disposable Teens se pudo escuchar. Su guitarrista Twiggy Ramírez vistió una cabeza gigante de bebé durante varias canciones, junto a un vestido rosita de muñeca que no quitó, y Marilyn no pasaba más de dos canciones con la misma ropa ni con el mismo micrófono (a veces un cuchillo, otros una linterna, otros ¿un consolador?), así que me ahorro la enumeración. La mala suerte quiso que por un lado comenzase a llover y que por otro mi cámara de fotos se muriese a la mitad. Fue la hora de empezar a usar el móvil y obviamente las fotos no fueron tan buenas a partir de este momento. Pero es normal tras 12 horas ya funcionando.

Me sorprendieron gratamente muchos de los temas de Manson que normalmente me pasaron siempre desapercibidos, pero que en directo ganaron una barbaridad y me encontré con alguna decepción: una de mis favoritas, Rock Is Dead, no fue tan espectacular como me la podría esperar, y Sweet Dreams fue un enorme bajón, que por muy temazo que sea, en directo es aburrida. Tocó todas sus canciones más conocidas, además de unas cuantas de su nuevo disco (me encantaron en vivo) y tras subirse a un púlpito a hacer de Hitler en Antichrist Superstar, The Beautiful People dio fin a un show que tuvo sus buenos momentos. Destaco la profesionalidad de todos los miembros de la banda, quienes saben perfectamente quién es la estrella y se mantienen al margen incluso en los solos, la provocación continua de Manson a las cámaras (escupiendo al pobre cámara de pie de escenario, por ejemplo) y la buena condición de su voz.

In Flames

Through The Fire And In Flames

Muy empapados ya y sin chubasqueros a mano, nos dirigimos al concierto de In Flames. Habían prometido un show muy especial para su ciudad natal, lleno de luces, fuego y sorpresas, y la verdad es que lo consiguieron. Mientras esperábamos podíamos apreciar sobre el fondo del escenario como si hubiese un andamio de tres pisos, o bien una proyección. Numerosas discusiones tuvieron lugar debatiendo sobre este hecho, porque era muy real y a veces parecía que era mentira, pero cuando el show comenzó nos dejó con la voz abierta. Aunque más alucinados nos dejaron los efectos de la primera canción, Cloud Connected. Ved dicha intro y la canción, porque merece mucho la pena. La acción verdadera sobre el minuto 3 en adelante.

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Tras estar con la boca abierta y mojándonos todavía más, intercalaron sus antiguos éxitos con otros nuevos (la voz de Anders Fridén, su cantante, no es la misma que la de antaño, lamentablemente) y con otros que hacía muchos años que no tocaban. Anders tuvo tiempo también entre canción y canción para un montón de bromas, en especial sobre los futboleros que se quedaron a ver a la selección sueca en la Eurocopa en vez de venir al concierto. Mucho fuego, muchas luces constantemente pero también mucha lluvia fueron las constantes del concierto. Quedando poco para el final, astutamente fuimos al ropero corriendo a por nuestras sudaderas y a cambiarnos. Justo coincidió con su tema final My Sweet Shadow, en el cual pudimos ver a lo lejos mucha pirotecnia y fuegos artificiales. Un problema de sonido en medio de la canción alargó la actuación y provocó que el brutal comienzo del concierto de Soulfly se escuchase a varios cientos de metros de allí, peo pronto lo solucionaron. Tras acabar con una improvisada Pinball Map, nosotros corrimos a ver Soulfly, aunque ya nos habíamos perdido cosas, y el 90% del público huyó a sus casas o al cámping como una marabunta.

Soulfly

Max Cavalera implorando por «circle pits»

Nos perdimos, como decía, World Scum, un muy crudo inicio que presentaba lo nuevo del grupo Soulfly. Llegamos justo al final de Refuse/Resist, tema original de su antigua banda Sepultura, y la gente estaba muy loca, a pesar de las 15 horas de festival que teníamos encima. Back to the Primitive, Seek ‘N’ Strike, Intervention (Iron Man de Black Sabbath de por medio, provocando euforias) y Porrada sonaron sin pausa ninguna, hasta que se les dio por montar unos tambores, traer a alguien del público y empezar a tocarlos. Su guitarrista Marc Rizzo, quien dejó su excesivamente elevada guitarra, tocaba su tambor con una fuerza sobresaliente, por cierto. Más tarde entrarían en escena Max Cavalera Jr. (Ritchie Cavalera) e Igor Cavalera Jr. (el hijo de su hermano Igor) para cantar Revengeance y, una vez más en lo que llevamos de día, entramos en trance con un apoteósico final de jornada. La verdad es que estaban en su salsa y podían seguir tocando lo que quisieran para los pocos cientos de personas todavía presentes. De todas maneras, quisieron cerrar fuertemente: con Roots Bloody Roots de Sepultura, una intro de Slayer con Angel of Death, Jumpdafuckup y Eye For An Eye. Increíble a pesar de ser las dos de la mañana y estar muy húmedos, cansados y hambrientos, pero nos encantó. ¡Gracias, Max! Que por cierto, Max Cavalera, su líder, cantante y guitarrista, está gordo, muy gordo. No nos engañemos. Pero también hay que reconocerle que sigue dándolo todo en el escenario, bien sea saltando, cantando o pidiendo circle pits, porque en el rato que estuvimos viéndolo los debió pedir en diez ocasiones al menos.

Sábado:

Al día siguiente decidimos tomarnos nuestro tiempo. El día anterior había dado para quemarnos levemente la cara durante las primeras horas de la tarde (el sol en Suecia pega mucho más, incluso con solo 13º C) y para coger frío por la noche por culpa de la lluvia, así que fuimos con calma. Lo malo es que mucha más gente decidió lo mismo y llegamos tarde. Finalmente, nos perdimos una de las actuaciones que queríamos ver (Pain) y todo menos la última canción de Adept. Pudimos ver desde lejos mucho humo y fuego y sacarles unas cuantas fotos, pero ya nos quedamos al lado para el siguiente concierto.

Candlemass

El cantante de Candlemass marcando paquete

La banda sueca Candlemass, maestros del doom metal desde 1984, fue la primera banda del día para nosotros. Nos dieron una gran lección de cómo coger las influencias más heavies y stoner de Black Sabbath, hacerlas suyas y crear un sonido genuino y propio. De verdad, me encantaron todas sus canciones y su concierto, no sé cómo son tan poco conocidos… Su nuevo cantante, Mats Levén, quien es casi nativo de Göteborg y tiene una enorme experiencia en los escenarios (Therion, Firewind, Apocalyptica, Hellfest, Graspop…), era todo un portento a la voz sin importar qué tipo de canción estaban tocando. Por veces recordando a Heaven and Hell con Dio a la cabeza. Una pasada. Su líder, bajista y fundador Leif Edling también ganaba presencia en numerosas ocasiones dotando de enorme potencia muchos riffs y tras alternar el heavy metal, con el power metal, el stoner y el doom, encantados nos fuimos a falta de tres canciones para el final para poder presenciar un poco de Skeletonwitch en el escenario secundario.

Skeletonwitch

¿Sabéis cuando escucháis algún imitador de Immortal malo? Añadidle distorsión y eso era lo que se escuchaba

No nos quedamos demasiado tiempo, quizás quince minutos, pero suficientes para probar en nuestras carnes la mezcla de sonido de la banda, auto-denominada «black thrash metal». En ocasiones escuchábamos buenos temas thrash o casi death, y en otros un black metal muy sucio que no nos gustó nada. Nos fuimos al rato tras unos cuantos temas pensando que haría una mierda de crónica de este concierto. y así fue, pero debíamos comer, ya que teníamos que estar preparados para el primer plato fuerte del día: Killswitch Engage.

Killswitch Engage

Ahí no se ve bien, pero creemos que el guitarrista le estaba enseñando algo al batería

La gran duda de este concierto era si el viejo amigo de la banda, Jesse Leach, daría la talla como cantante. Para quien no lo sepa, Leach fue uno de los fundadores, pero tras tres años con ellos y dos discos de estudio, los dejó con un escueto email unos días antes de un concierto importante. Se encontraba inseguro, deprimido y mentalmente débil desde hacía tiempo, provocando que la «cagase» en muchos conciertos y fastidiase la voz durante mucho tiempo. Howard Jones lo sustituyó hasta este año, pero el propio Jesse se presentó a las audiciones para nuevo cantante y dio la talla para sus antiguos temas y los de la era Jones. Y aquí lo teníamos Muy enérgico en todo momento, se apropió del escenario con su potente voz y sólo el show personal del guitarrista Adam D lo eclipsaba por momentos. Adam D es ampliamente conocido por liarla en los conciertos a su manera. Siempre. Este no fue una excepción y tras la primera canción, acabó con una guitarra rota entre sus manos. También nos preguntó cómo nos sentíamos sabiendo que mañana nos preguntaríamos «cómo sabría cierta parte de nuestras novias tras haber sido… por él». Bueno, hay menores, pero lo entendéis. Risas generalizadas, saltos por doquier, lluvia de cerveza y mucha lluvia de agua como el día anterior. Y nos fastidió, porque todo el día hasta ese momento estuvo soleadísimo. Un gran show en el que no faltaron todos los éxitos de la banda My Curse, A Bid Farewell, The End Of A Heartache, My Last Serenade y el cierre definitivo, Holy Diver, versión metalcorera de la canción de Ronnie James Dio.

HammerFall

HammerFall, burning burning with desire

Afortunadamente, ahora sí se vendían chubasqueros. Cutres, pero cundían. Esto nos permitió a muchos valientes ir a primera fila del concierto de otra banda nativa de Göteborg: HammerFall. Me entristeció que tuviesen que empezar con tan poca gente delante (¿50 personas?), pero poco a poco fue escampando y la gente se acercó, mejorando notablemente el aforo en la segunda mitad del concierto. Nos gustó bastante, a decir verdad. Joacim Cans, su cantante, tiene una voz perfecta para el estilo de la banda. Any Means Necessary, Renegade, Let The Hammer Fall, Last Man Standing, Steel Meets Steel… Todos eran himnos para los asistentes, quienes seguramente crecieron escuchando esto a diario (como nosotros hemos hecho con los 40 Principales, por así decir), y se sabían todas las letras. La sorpresa que nos dio la banda para la ocasión fue la presencia de Stefan Elmgren, su guitarrista de siempre hasta 2008, quien se unió al resto de ex-compañeros para tocar temas de su época. Un momento muy bonito, pero del que no podemos comentar más ya que estuvieron hablando en sueco una vez más y no nos enteramos demasiado. El final no pudo ser mejor y ya sin lluvia ninguna, Hearts On Fire hizo que nos quedásemos sin voz durante un tiempo.

Anthrax

Anthrax, o «el marginado del Big Four del Thrash Metal»

Otro concierto que esperaba con muchas ganas era el de Anthrax. Pese a verlos hace menos de un año en un show del Big Four, quería ver a su líder Scott Ian en acción y a la banda tocando algo más de tiempo. El resultado no pudo ser mejor. El cantante Joey Belladonna, a sus 51 años, estuvo pletórico y jovencísimo. Corriendo, cantando, alentando… No paró en todo el concierto y hasta le robó el aparato al cámara y grabó durante minuto y pico lo que él quiso ante la sorpresa del dueño. Quien tampoco para nunca es Frank Bello, su bajista, en contraste a su guitarrista principal Rob Caggiano, permanentemente embuchado en su gorro y en el lado izquierdo del escenario (¡aburrido!). Por suerte, Joey y Scott se dedicaban a interactuar con el público (saben realmente cómo animarlo) y nadie se aburrió.

Tocaron casi todos sus mejores temas: Caught In A Mosh (provocando dichos pogos de la canción), la frenética Got The Time, su nuevo single Fight ‘Em ‘Til You Can’t, Antisocial, Indians (la cual pararon para que se hiciese una mayor war dance de la que se habla en la canción, ya que con la lluvia de nuevo la gente estaba algo apagada), Madhouse… También hubo una versión que no hubiesen grabado en estudio. Fue Neon Knights de Black Sabbath, en honor a su gran amigo Ronnie James Dio. Finalmente y tras avisar de que llegaba algo muy muy thrash, sonó Deathrider, el Hit The Lights de Anthrax, la primera canción de su primer disco, y primera vez que la tocaban en Suecia. Genial Charlie Benante a la batería y mortal meneo que nos metieron. Cerraron magistralmente con I Am The Law con intro de I Am The Man rapeada por Frank Bello y Scott Ian (vedlo) y el cantante Joey acabó corriendo por medio de la gente, dejándonos con casi el mejor concierto del día. Y una vez más, pese a la lluvia. Por cierto, al final me hice con una de las púas de Scott Ian tras pelearme con dos suecos en el suelo. True story. Pero yo fui más raudo y listo.

Mastodon

Pobre Moby Dick

Otro de los grandes y más esperados eran Mastodon. Con sueca puntualidad, comenzaron con Black Tongue, de su último trabajo The Hunter… y siguieron bastante tiempo con él. No obstante tocaron todo el disco menos cuatro canciones (13 en total). También hubo tiempo para clásicos de los atlanteses como Crack The Skye o el cierre Blood And Thunder, pero fue un impecable concierto que nos dejó maravillados con un largo setlist de quince canciones (¡y eso que algunas canciones eran largas!). En lo técnico, es maravilloso ver cómo casi todos los miembros de un grupo pueden cantar y no sólo haciendo los coros. Pena que el cantante principal, el bajista Troy Sanders, sufriese del mismo problema de Lamb Of God durante el día anterior y no se escuchase lo que decía. El guitarrista Brent Hinds, por su parte, imponía con su presencia y el público, quien comenzó muy frío (ya que es un concierto de disfrutar, no de hacer el loco) acabó vitoreando al grupo. Personalmente, muy contento del espectáculo. Su música es genial.

Sabaton

Feel Like World War II

Una mala noticia mientras presenciábamos la actuación anterior era que en las pantallas de información explicaban que la actuación de Mayhem, prevista para ahora mismo, se posponía justo cuando Slayer tocaba, así que al final no los vimos. Una pena… A quien sí vimos fue a los suecos Sabaton. Jugaban en casa y se notaba. De los más alabados en todo el festival. Eran otros de los que habíamos visto hace menos de un año teloneando a Iron Maiden y nos habían gustado, pero este año hubo espantada general de la banda y el cantante Joakim Brodén se quedó solo con el bajista, siendo abandonados por ambos guitarristas, batería y teclista. Nunca se explicaron las razones de esta ruptura, pero en el concierto el propio Joakim les deseó lo mejor y dio las gracias por el apoyo recibido en estos duros momentos con su nueva formación.

Durante la actuación, Brodén estuvo magnífico y el público respondió como mejor pudo. En cada pausa todos cantaban «SA-BA-TON», y no exajero si digo que fue en todas las pausas entre canción y canción. No vi a un público tan entregado en mucho tiempo. Incluso en la intro, el Final Countdown de Europe, todos cantamos y saltamos. Dada la temática bélica y power-metalera de las letras del grupo, hubo mucho fuego, enérgicos coros y mucho movimiento. Ghost Division fue la encargada de abrir el concierto, seguida de Uprising y de una sorpresa: el cantante de Pain, Peter Tägtgren, se unió a ellos vistiendo una camisa de fuerza para tocar la versión sueca de uno de sus nuevos temas, Gott Mit Uns. Porque obviamente y tras haber grabado su último álbum en sueco e inglés, preguntaron al público en qué idioma lo querían y todos gritaron «svenska!» (sueco). Yo aproveché que los había visto para ir a por la sudadera al ropero y ahorrarme inagotables colas al final del festival, y no me perdí más que una canción. La gente seguía saltando y gritando, aunque esto se agudizó con los mayores éxitos de Sabaton: Attero Dominatus, The Art Of War y una muy épica Primo Victoria. Pensando que acababan (siempre suele ser su última canción), nosotros y mucha más gente nos trasladamos al otro escenario a hacer cola para Slayer, pero aún tuvieron tiempo para deleitarnos con otra canción que disfrutamos de lejos. Como balance, puedo decir que pensaba que la banda estaría muerta tras semejante separación, pero el público los ama aquí. ¡Larga vida a Sabaton!

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Resumen pequeño hecho por ellos mismos

Los reyes de la noche serían sin duda alguna Slayer. Eran otros que había visto el año pasado teloneando a Metallica en el concierto del Big Four pero hoy ellos mandaban, eran los cabezas de cartel de este día. Esto se notó en el ambiente (la gente venía a verlos, no esperaban por Metallica) y obviamente en su setlist, que llegó a ser de hora y cuarto (16 canciones). Su guitarrista Jeff Hanneman todavía sigue convaleciente de su operación y así que Gary Holt de Exodus lo sustituyó, como lleva haciendo desde el año pasado. Tras mucha espera (no sé si hubo problemas técnicos, pero tardaron), las primeras notas de South Of Heaven sonaban. Era la hora de que todo se llenase de rojo y que el verdadero espectáculo sonase. Una versión corta de World Painted Blood seguida de la siempre perfecta War Ensemble le daba continuación. El escenario cambiaba de color cada poco y por veces tenía un cariz terriblemente terrorífico. Lo bueno es que el cantante Tom Araya hoy gozaba de un buen estado vocal, así que se podía permitir grandes gritos mientras nos dejábamos el cuello en el lugar.

Chemical Warfare, Mandatory Suicide, Hate Worldwide, Snuff…. Muchos éxitos de los americanos se enlazaban entre sí casi sin pausa alguna. Cuando la tuvimos, Araya nos preguntó si queríamos morir, a lo que todo el mundo respondió con un sonoro y automático «sí». Todavía riéndose, Postmortem nos hacía delirar y uno de los mayores circle pits se creó. Poco después nos violaron musicalmente con Angel of Death, literalmente. Mi garganta se desenchufó y mi cabeza también; estábamos casi en trance. A ello ayudó un impresionante Dave Lombardo a la batería (su doble pedal siempre estará en nuestras peores pesadillas) y un enorme Araya a la voz con el grito inicial. Pero no acababa ahí la cosa. Tras el corte de los bises, tocó el turno de Dead Skin Mask y de la intro de Raining Blood, el estandarte de la banda. Wall of death gigante, solos infernales y ahí es donde empleamos las últimas energías del fin de semana. El resto ya es historia.

Slayer

Slayer, o taladros de broca gorda en forma de solos y doble pedal

Al llegar a casa, recuento de trofeos (aquí debajo) y mirada rápida de las fotos sacadas, quedando bastante satisfecho. Salvé muchas y podéis disfrutar de ellas aquí debajo o en este álbum de Facebook. En general me quedo con un sabor de boca muy bueno. Habría cosas mejorables, que ya fueron indicadas por muchos a la organización y esperemos que el año que viene se solucionen, pero el evento nos encantó a todos y es totalmente recomendable pese al precio. Y es que el Metaltown no sólo es un festival de metal, sino una cultura en sí. Miles de personas que viven verdaderamente en la cuna del metal (Escandinavia), viven según su estilo, respiran metal, comen metal y beben metal. Toda una experiencia el estar entre ellos e incluso hablar con ellos. Me guardo una anécdota para cuando me encontréis un día en un concierto y me la preguntéis.

No creo que nadie se leyese todo el tocho, pero si ha sido el caso y queréis consultar los setlists de canciones de los grupos, aquí en Setlist.fm tenéis todos. ¡Hasta el año que viene!

A la derecha mis dos trofeos de este año, y a la izquierda uno del año pasado

Fotos:

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